Las revelaciones sobre la política y los negocios durante la administración de Carlos Salinas muestran la existencia de un patrón en las decisiones sobre el gasto y los recursos públicos, y no una simple suma de casos aislados y excepcionales. Según el actual gobierno, el denominador común de la corrupción es Raúl Salinas, pero la investigación en Conasupo muestra que el tráfico de influencias probablemente se extiende a otros miembros cercanos al ex mandatario.

El presidente Ernesto Zedillo insiste en que tiene la decisión firme de aplicar la ley en todos los casos de corrupción, pero en la práctica las autoridades responsables parecen conspirar para circunscribir las pesquisas a Raúl Salinas. Sin embargo, Raúl no realizó sus negocios en el vacío, sin socios empresariales o relaciones en el gobierno. Sus declaraciones judiciales han involucrado hasta ahora a Carlos Peralta de Iusacell, Ricardo Salinas Pliego de TV Azteca, Abraham Zabludovsky de MASA, y a José Madariaga de Probursa-Bilbao Vizcaya, pero la lista de empresarios amigos de Raúl es mucho más extensa.

Para justificar sus vínculos de negocios con Raúl Salinas, el presidente de TV Azteca, Ricardo Salinas, dijo que en 1993 ``ningún empresario le podía decir que no'' al hermano del ex presidente Salinas. Sin embargo, el periodista Pedro Ferriz de Con ha difundido la versión de que Joaquín Vargas, presidente fundador de Multivisión, sí rechazó asociarse con Raúl Salinas para competir por Imevisión (hoy en día, TV Azteca). Ferriz de Con no dijo por qué no hizo pública esta información entonces, pero reconoció que Raúl Salinas ``sí era muy fuerte y muy influyente''.

Sin embargo, no pudo haber sido tan fuerte o influyente como para hacer negocios por sí solo; o para hacer todos los negocios del sexenio. En el curso de sus investigaciones sobre la gestión de Raúl Salinas en Conasupo, por ejemplo, la comisión especial del Congreso se topó (sin propornérselo) con indicios de que el ex secretario de Comercio, Jaime Serra Puche, pudo haber cometido ``un acto ilegítimo o de corrupción'' durante su gestión en su calidad de presidente del Consejo de Administración de Conasupo.

La información sobre los lazos entre Raúl Salinas y varios empresarios mexicanos muestra que la corrupción no se limita al sector público ni a un funcionario aislado. El hallazgo sobre posibles actos ilegales en Conasupo le da un giro distinto al hilo de revelaciones sobre el sexenio anterior. La corrupción aparece como el vehículo de la política y los negocios: un modo de hacer las cosas y tomar decisiones sobre el uso y el abuso del patrimonio nacional.

A partir de la información que se conoce existen indicios sobre la corrupción del gobierno anterior en varios rubros de la administración pública, tales como: 1) las privatizaciones (Televisión Azteca); 2) el otorgamiento de concesiones públicas (Iusacell); 3) el rescate bancario (Probursa) y 4) el gasto social (Maseca). Estas vertientes potenciales de investigación incluyen, pero trascienden, los negocios de Raúl Salinas de Gortari.

El común denominador de la corrupción en el sexenio anterior es mucho mayor que el hermano del ex presidente Salinas. Muchas de las decisiones más importantes que tomó el gobierno de Carlos Salinas fueron discutidas y aprobadas en el seno del Comité de Gasto-Financiamiento; sus archivos resultarían muy valiosos para esclarecer la forma en que se llevaron a cabo las privatizaciones, se otorgaron las concesiones y se asignó el dinero durante el sexenio anterior.

El compromiso ``firme e inquebrantable'' del presidente Ernesto Zedillo de combatir la corrupción está a prueba: depende de los resultados que se alcancen en cada una de las vertientes abiertas de investigación. Las pesquisas no deben circunscribirse (o agotarse) en los posibles delitos de Raúl Salinas si se quiere llevar la lucha contra la corrupción en forma convincente; cada expediente se conforma de una amplia red de políticos y empresarios que debe ser investigada por las autoridades hasta sus últimas consecuencias