La Jornada 18 de mayo de 1997

Camacho: México necesita la verdad sobre el salinismo

Elena Gallegos Ť Manuel Camacho Solís plantea que mientras no se sepa toda la verdad de lo que ocurrió en el gobierno pasado, México estará en el peor de los mundos: el de la confusión. Pone como premisa para que el país encare su futuro y se eviten las recurrentes crisis de inestabilidad política, ``resolver el pasado con la verdad. ¡Justicia sí, oportunismo político no!''

Al hacer una larga reflexión sobre la actual coyuntura política del país, inevitablemente --porque a fin de cuentas su historia está ligada al grupo que lo encumbró y luego lo combatió-- se aborda el controvertido tema del salinismo y los saldos que dejó ese sexenio en la vida del país. Insiste: ``la verdad, el pasado debe resolverse con la verdad''.


Manuel Camacho Solís durante la entrevista con
La Jornada.
Foto: Pedro Valtierra

Dice que para ello, y como protagonista destacado de ese episodio hoy tan cuestionado, él está dispuesto a hacer la contribución que sea. ¡La que sea!, remarca pero también deja claras sus diferencias con quienes años después se deslindan del salinismo: ``los conozco a todos y entonces no tenían la posición que ahora asumen''.

Enseguida discrepa de lo que ha venido sosteniendo en los últimos días Humberto Roque Villanueva, líder del PRI, en el sentido de que el ex presidente Carlos Salinas de Gortari gobernó con el PAN y terminó debilitando a su partido: ``nadie puede negar que el eje de la estrategia desde el primero de diciembre de 1988 al último día de noviembre de 1994 fue fortalecer al régimen donde el PRI es pieza central''.

Sobre la actual coyuntura política del país, expresa su preocupación en cuanto a que en México quede claro por qué se está luchando. Se pregunta: ¿únicamente por derrotar al PRI o por provocar, en una situación extrema, el derrumbe del régimen?, o ¿estamos luchando por reconstituir al Estado y represtigiar las instituciones? Resume que el cambio se dará cuando el PRI deje de controlar los principales instrumentos de poder y cuando se dé el diálogo político tantas veces pospuesto. ``No queremos que se caiga un régimen y que en ese vacío aumenten su fuerza las mafias. El cambio debe tener destino''

Sostiene entonces que la administración del presidente Zedillo, tanto como la del presidente Salinas, cometieron una grave omisión: no haber preparado los acuerdos políticos de fondo que nos permitieran estar en este momento con muchos mayores márgenes de seguridad frente al proceso de 97 y frente al proceso de descomposición que aún no termina.

Durante una larga entrevista, los temas se van entretejiendo, y quien fuera fuerte contendiente por la candidatura del PRI a la Presidencia de la República el sexenio pasado, se autoexculpa, desmenuza la situación política, adelanta los escenarios que pudieran presentarse el 6 de julio, y se refiere al tono que han adquirido las campañas, lo cual ``no debe sorprendernos'', opina.

Amalia Solórzano, víctima de decisiones no propias de una vida civilizada

-¿Está usted de acuerdo con estrategias como la de Carlos Castillo Peraza al usar asuntos como el de la Playa Eréndira?

-Yo conozco a Carlos, sé que es un hombre honesto. Sé que si dice algo lo hace porque lo cree. Como hombre que se formó en la oposición, su visión del mundo es que todo lo que fue PRI es negativo y lo que es PAN es la cara buena de la política.

Sin embargo, y luego de precisar que Castillo Peraza es su amigo, califica como ``un error'' el haber usado ese argumento para desacreditar a su contendiente.

``Yo no estoy dispuesto a meter las manos al fuego por nadie, pero lo que sí estoy dispuesto a decir es que conozco bien a doña Amalia (Solórzano). Sé de su calidad y de sus virtudes, y me consta que en la administración anterior fue objeto de decisiones en su contra que no son propias de una vida civilizada''.

En su momento, en círculos políticos se comentó que esas decisiones no fueron avaladas por Camacho. Ayer, en una sobria sala de juntas de la casa de la colonia Del Valle que alberga la fundación que él creó, este hombre que ha estado en el ojo del huracán desde hace más de tres años defiende:

``Me refiero, entre otras cosas, a que algunas de sus prerrogativas y derechos como esposa de un ex presidente de la República le fueron arbitrariamente retiradas. Cosas mínimas como el personal de su casa. Entiendo que Castillo Peraza está en una campaña política, él está en su derecho pero yo tengo la obligación moral de decir que la familia Cárdenas, hasta donde yo conozco, no ha estado en la política para hacer dinero. Ni las preocupaciones de los Cárdenas ni las de Castillo Peraza han sido las económicas. Este es un capítulo que debe cerrarse''.

Córdoba tenía influencia en muchas áreas, pero no era capaz de tanto

Surge en este punto de la conversación José Córdoba Montoya. Se le recuerda que el PRD lo ligó directamente con el asunto de Playa Eréndira.

-¿Qué piensa ahora Camacho de él?

-Hay una realidad y también una mistificación. Fue mi mayor adversario durante toda la administración salinista. Ciertamente, tenía influencia en muchas áreas, pero hay que ver con objetividad las cosas: no era capaz de tanto. Si su actuación tuviera alguna implicación legal, bueno pues que se investigue. Ni al peor enemigo se le puede responsabilizar de crímenes graves si uno no está seguro de ello.

El primer tema que se aborda es el de las elecciones en la ciudad. Para Manuel Camacho Solís, regente durante casi cinco años, la complejidad social y política de la ciudad obliga a que quien resulte electo demuestre rápidamente, en un plazo de días, que hay garantías para todos y que se podrá consolidar el nuevo gobierno con el apoyo popular que tenga. Pero agrega que hay muchas otras decisiones políticas que tendrán que tomarse.

-En las campañas políticas se ha puesto en el centro el factor Salinas para el prestigio o el desprestigio.

-Yo conocí a todos los que están en la lucha política. A todos los que estuvieron en los dos anteriores gobiernos. Uno sabe la historia. Me parece que no debe sorprender esto. Hay un problema que no está resuelto. No está aclarado qué pasó con las investigaciones que se han abierto.

``En tanto que esos asuntos no estén concluidos, algunos en términos judiciales y otros en términos de un arreglo político nacional, pues es lógico que estas cosas salgan algunas veces de manera natural, espontánea, y que otras se conviertan en tácticas de campaña''.

No sólo cómo vamos a resolver el pasado, sino qué es lo importante para el futuro

Es aquí cuando señala que no debe plantearse sólo cómo vamos a resolver el pasado, sino definir qué es lo importante para el futuro político del país. Por lo tanto, apunta a una ausencia en todas las campañas políticas, ya que ``candidatos y partidos no han hecho un compromiso explícito para arreglar la vida institucional, que está tan lastimada''.

-Usted pone como condición resolver el pasado, y el salinismo está ahí. La opinión pública se despierta frecuentemente con un nuevo escándalo de corrupción...

-Hay que resolverlo con la verdad. Es decir, si la nación no termina sabiendo exactamente qué fue lo que ocurrió, pues va a ser muy difícil que la gente quede tranquila, y entonces estamos en el peor de los mundos. Uno en el que quienes pudieran tener verdaderas responsabilidades finalmente estén impunes y donde quienes no estuvieron de acuerdo con esas posiciones e impidieron que otras cosas ocurrieran, son involucrados en lo mismo y entonces terminamos en esta confusión que nunca hace bien.

``Tiene que resolverse esto con patriotismo, con base en la ley, la justicia y, yo diría, no buscando manipular estas cosas, porque si bien puede reportar alguna ganancia de muy corto plazo, se va a convertir en búmerang contra quienes las lancen. Justicia sí, oportunismo político, no''.

-Pero usted fue un ejecutor político del salinismo y Roque dice ahora que se gobernó con el PAN y se debilitó al PRI, y este señalamiento a usted también le toca.

-Sí, hay toda una historia de las cosas que pasaron y creo que en este momento ir al detalle, pues, lo único que haría es contribuir al mismo clima y simplemente lanzar dardos contra unos y otros. Muchos de los que hoy están en otras posiciones no las sostenían entonces. No creo que tenga caso utilizar, filtrar información para lastimar a tal o cual personaje, pero sí creo que hay hechos que deben ser reconocidos:

Primero, que el ingeniero Cárdenas fue el principal adversario de la anterior administración y que la larga lucha que ha dado el PAN no debe demeritarse porque en algún momento dado haya tenido una relación con el gobierno. Incluso, que gente que estuvo en el gobierno hizo lo que tenía que hacer, bien y con limpieza. Lo que sí es claro es que sí hay unos asuntos muy delicados que tienen que resolverse con patriotismo y, obviamente, dentro de la ley, pero tienen qué resolverse''.

-¿Por qué en el 93 no se deslindó?

-Lo que hice fue establecer una diferencia mínima. Yo no estaba de acuerdo con cosas y no iba a apoyarlas. Eso fue suficiente para haber desatado todo lo que desató. Eso que fue una posición bastante moderada, provocó todas las furias de las fuerzas del régimen. Tomé la decisión que me recomendó mi cabeza y mi conciencia (...) Yo no era un ingenuo para suponer que porque tenía equis popularidad, con eso iba a derrotar a todos los aparatos del poder.

-¿No fue miedo a la figura tan fuerte de Salinas, miedo a que el sistema que usted conoce tan bien se le fuera encima?

-Jamás en mi vida he tomado una decisión por miedo. Yo sí he estado dispuesto muchas veces a morirme. Unos días después del estallido en Chiapas me enfrenté al presidente Salinas en su momento de máximo poder. Le dije que, si no cambiaba la línea política, yo me iba a la calle a encabezar el movimiento cívico a favor de la paz. Nunca me he echado para atrás por miedo.

El ex presidente Salinas está tratando de sobrevivir en este mar tan proceloso

-Salinas dice que se equivocó al designarlo comisionado para la paz en Chiapas y...

-Es una posición contradictoria porque, por un lado, dice que fue un error pero por, el otro, cuenta todo lo que fuimos a hacer allá y, además, esa es su justificación y es lo que mejor le salió. En ese sentido, simplemente uno piensa que más que nada lo que está haciendo el ex presidente es buscando sobrevivir en este mar tan proceloso de hoy en día.

``Siempre le tuve toda la lealtad institucional. Le dije las cosas que había que decir en su momento. El jugó siempre a proteger los intereses del PRI y yo jugué siempre a proteger los del Estado Mexicano, y ahí no había una posición idéntica'', argumentó en su favor Camacho.

-¿Eso terminó separándolos?

-Eso y muchas otras cosas y algunas cosas que yo ya no quiero ni siquiera comentar, que si Salinas. que si Zedillo... Ha habido situaciones tan desagradables. Momentos en que uno dice, bueno, ¿qué necesidad había de llegar a esto? Que lo mejor es cerrar ya ese capítulo. Yo ya lo cerré. Ya no me lastima.

-Para dejar atrás ese pasado, ¿qué contribución estaría dispuesto a hacer Manuel Camacho, como protagonista del mismo?

-La que fuera, la que fuera. La que me correspondía legalmente la hice al dar la información que yo tengo sobre los asuntos del pasado al Ministerio Público. Estoy cumpliendo conmigo y estoy cumpliendo con lo que yo creo que debe ser el país. Otra es la situación personal: o eres un esclavo de tu pasado o eres un hombre con independencia.

-¿Y los escándalos de corrupción del régimen en el que usted fue personaje de primera fila?

-Conozco demasiadas cosas de todos y del país como para convertirme en juez moral o quererme tapar los ojos frente a lo que ha pasado y sigue pasando. Lo que veo me lleva a confirmar dos asuntos: qué bueno que tuve la fortaleza para, dentro de ese mar, no entrar a los negocios, no vincularme con el narcotráfico y jamás estar dispuesto a mancharme las manos de sangre, y que debe construirse un orden que dé seguridad a todos y no que proteja intereses que dañan tan seriamente al país.

Esas son sólo algunas de las reflexiones que hoy hace Manuel Camacho Solís.