La Jornada 6 de julio de 1997

Presunta muerte de Amado Carrillo, El señor de los cielos

Ciro Pérez Silva, enviado, Culiacán, Sin., 5 de julio Ť Aurora Carrillo Fuentes, hermana de El señor de los cielos, confirmó ayer por la noche la muerte del narcotraficante más buscado del país. Ocho especialistas y un coordinador de la Procuraduría General de la República (PGR) realizaron peritajes al cuerpo en el anfiteatro de la funeraria San Martín, de la ciudad de Culiacán, al que arribó a las 9:45 horas.

Al filo de las 23:10, un grupo de jóvenes con corte militar y portando fusiles M1 impidió que los familiares de Amado Carrillo -entre ellos su madre y su hermana- abandonaran el local. Elementos de la PGR aseguraron el cuerpo del capo, el cual habrían enviado a la ciudad de México. Sin embargo, versiones de personas allegadas a la familia señalaron que probablemente el cadáver hubiera sido llevado a las oficinas de la PGR en Culiacán.

Los restos de Carrillo Fuentes fueron trasladados desde la ciudad de México a esta capital en el segundo vuelo de Aeroméxico; fue documentado con nombre y dirección falsas, y en el reporte sólo se especificaba que había muerto por un ataque al miocardio.

Parte de la población de Guamuchilito se habría trasladado a Culiacán al saber que las autoridades habían asegurado el cadáver de Amado Carrillo y que no lo entregarían a sus familiares.

La misma camada

Desde ayer, en ese poblado todos hablan de la muerte del capo, aunque nadie había visto el cadáver. ``Ni mirándolo allí tendido lo vamos a creer, si estaba nuevo'', comenta Bonifacio antes de regresar a la finca Santa Aurora, con los ojos aún enrojecidos por la desvelada. ``Es que desde el viernes en la noche estuve en su casa''.

El es uno de los 650 habitantes de esa comunidad, distante 500 metros de la finca, que desde ayer van y vienen por el camino de terracería que nivela constantemente una mototransformadora -``propiedad de la familia'', se apresura a precisar Bonifacio-, para presentar sus respetos a doña Aurora, a la viuda y a los muchos familiares ``que han llegado de casi todo el país, porque siempre fue muy amable con todos''.

Bonifacio vive en la calle principal del pequeño pueblo, también de terracería. Receloso, parece medir con la mirada a quien lo interroga sobre Amado Carrillo, y como todos los del pueblo su respuesta es el silencio. Sólo después de mucho insistir decide hablar: ``Somos de la misma camada -dice-, asistimos a la misma escuela en el pueblo de 5 de mayo, aquí cerca -señala con el dedo-, pero únicamente hasta el tercer año, porque no había más.

``Lo que más recuerdo es cuando arriábamos vacas y chiroteábamos los caballos, cuando venía a jugar volibol con la raza; qué quiere que le diga, si es también mi compadre'', y como para probar su dicho sube a una vieja camioneta, toma el camino hacia la finca de doña Aurora y a su llegada, sin mediar palabra o contraseña, las puertas metálicas de la casa se abren, dándole paso mientras más de 50 vehículos de todo tipo permanecen estacionados afuera.

Otros entran con el mismo método. La diferencia es que se trata de automóviles y camionetas de lujo, con placas de Jalisco, Sinaloa, Chihuahua y, por supuesto, Sonora, formando una larga fila desde la entrada hasta donde se levanta la casa, construcción de un solo piso, ``pero con todos los servicios'', revelan los vecinos, planta de luz incluida, gran extensión de rosales en los cuidados jardines, animales disecados en los pasillos que comunican las habitaciones y una hilera interminable de coronas y arreglos florales que se acumulan hasta llenar el patio.

La puerta metálica de acceso, empotrada en una barda de dos metros y medio de alto que rodea los más de 3 mil metros cuadrados de la propiedad, es custodiada por dentro. Una docena de vigilantes la abren y cierran al paso de personas y vehículos, pero el extraño que pretende ingresar es interceptado de inmediato y devuelto con firmeza. ``Sólo pasan quienes deben pasar'', advierten como única explicación.

Mezclados con los del pueblo y sus enlutadas mujeres están también los ``rancheros bien vestidos'' o ``los narcos a los que les va bien''. Tocados con sombreros Steetson y cinturones paticados (bordados con hilo de maguey o piola), botas de avestruz, reloj de oro y cadena con una gran cruz pendiente del cuello, entran cabizbajos, devolviendo apenas una mirada de reojo a quienes se apresuran a saludarlos.

``De éstos también hay en la funeraria'', decían los periodistas, refiriéndose a la de Navolato, rodeada por judiciales, a donde había llegado por la mañana un cuerpo identificado como Antonio Flores Montes, de 48 años que, se presumía, era el de Amado Carrillo Fuentes, El señor de lo cielos, ``el narcotraficante más buscado por la justicia mexicana'', afirman los de Guamuchilito, aunque ninguno del pueblo haya visto el cadáver.


Gustavo Castillo García; Víctor Guerra y Rubén Villalpando, corresponsales Ť Un hombre identificado como Antonio Flores Montes ingresó el jueves al hospital Santa Mónica, en esta ciudad. El viernes murió por un paro cardiaco. Fue trasladado a la funeraria García López, en la colonia Juárez, y velado unas cuantas horas. Después fue despachado en vuelo comercial hacia Culiacán.

Durante el viaje surgió el rumor: es Amado Carrillo, el capo di tutti capi, el jefe del cártel de Juárez -principal socio del de Cali-, El señor de los cielos. A la medianoche del sábado, la PGR admitió: ``Se tienen sospechas de que el citado Flores Montes, originario de Fresnillo, Zacatecas, pudiera ser en realidad el mítico narcotraficante''. En virtud de esa sospecha, la PGR aseguró el cadáver en Sinaloa.

Horas antes, la propia PGR se había declarado sin ``aptitud de confirmar'' la muerte del narcotraficante.

Un empleado de la modesta funeraria capitalina, Ignacio Zamudio, informó a La Jornada sobre la procedencia y el destino del cuerpo que, con el nombre de Flores Montes, requirió los servicios de velación. Cerca de las ocho de la noche, en la PGR se rumoraba ya que el gerente Raúl Trejo era interrogado por policías judiciales federales en el interior de la Fiscalía Especial para Delitos Contra la Salud.

También fueron interrogados elementos del personal médico, la enfermería y la administración del Hospital Santa Mónica.

Adicionalmente, según se informa en un boletín, la PGR realizó varias diligencias más: inspeccionaron el cadáver, realizaron una necropsia y una renecropsia e hicieron una confrontación dactiloscópica. De todos esos peritajes, la dependencia sostiene que ``no se ha podido determinar la causa definitiva de la muerte''.

Otros datos recopilados por los investigadores de la PGR son:

El presunto señor Flores Montes, de 42 años, fue internado en el citado hospital para someterse a una liposucción y una cirugía facial ``amplia''. La intervención quirúrgica duró unas ocho horas. Después de pasar por la sala de recuperación postoperatoria, fue conducido a la habitación 407. A las 6 horas del 4 de julio el médico de guardia descubrió que el paciente había muerto.

Según el acta de defunción expedida por el Registro Civil del Distrito Federal, la causa de la muerte de Antonio Flores fue un infarto al miocardio. Se señala las 4 de la madrugada como hora del deceso.

En ningún momento la PGR cita a la o las personas que acompañaron al paciente cuando se internó en el hospital, ni quiénes proporcionaron sus datos para el acta de defunción. En posterior investigación se descubrió que los domicilios señalados como correspondientes a Flores Montes resultaron falsos.

El cadáver fue enviado a Culiacán en el vuelo 100 de Aeroméxico, y arribó a la capital de Sinaloa antes de las 10 de la mañana. Desde la funeraria García López se contrataron los servicios de Capillas San Martín.

Según explica la PGR, ``en virtud de que en contra de Amado Carrillo existen diversas órdenes de aprehensión, y toda vez que familiares suyos han dicho que el cadáver corresponde al citado Carrillo Fuentes, la delegación de la PGR en Sinaloa ha procedido a su aseguramiento''.

La PGR concluye, por tanto, que a pesar de las diligencias realizadas y los indicios de que el cadáver sería el de Amado Carrillo Fuentes, ``no puede, por el momento, afirmarlo con una total certeza''.

El Ministerio Público Federal giró órdenes de presentación a las personas que intervinieron en los hechos descritos para realizar ``todas las diligencias y peritajes necesarios'', hasta alcanzar ``una conclusión definitiva''. La dependencia será ``especialmente escrupulosa'' en los peritajes y su evaluación, debido a la importancia del caso, ``y porque podría tratarse de una persona involucrada en el crimen organizado''.

En Sinaloa, los diarios El Noroeste y El Debate publicaron este sábado las primeras versiones sobre la presunta muerte del capo. Ante ello, la delegación estatal de la PGR aseguró desconocer el hecho.

La reportera Martha Alicia Araujo, de El Noroeste, informó que familiares y amigos que llegaban a la casa de la madre de Amado Carillo, Aurora Fuentes, en el poblado de Guamuchilito, municipio de Navolato, confirmaron el deceso. El Debate agregó que Carrillo huyó después de la caída del ex director del desaparecido Instituto Nacional para el Combate a las Drogas, general José de Jesús Gutiérrez Rebollo, hoy en prisión, acusado de tener nexos con el narcotraficante.

Por otra parte, desde Ciudad Juárez, Chihuahua, rumores no confirmados sostuvieron que el capo estuvo en esa población fronteriza hace unos 21 días para reorganizar su cártel. Después de la visita del narcotraficante, habrían detenido al militar con licencia Gabriel Salazar Córdoba, comandante de la PJF en Ciudad Juárez, y al médico de la delegación de la PGR, Rodrigo Bustillos, presuntamente por brindarle protección y recibir dinero a cambio.