La Jornada 10 de octubre de 1997

121 muertos por Paulina en Oaxaca y Guerrero

Maribel Gutiérrez y Raúl García, corresponsales, Acapulco, Gro., 9 de octubre Ť El paso del huracán Paulina por este puerto dejó muerte y destrucción: las cifras oficiales eran hasta hoy de 106 muertos y 150 desaparecidos, la mayoría en las colonias que circundan la bahía de Acapulco, arrastradas por corrientes de agua que aparecieron súbitamente. Esta noche seguía la búsqueda de cuerpos entre montones de lodo.

Según estimaciones del gobierno del estado, en este puerto resultaron damnificadas más de 300 mil personas. Miles de familias perdieron sus casas por los derrumbes, sin que hasta el cierre de esta edición se hubiera determinado la cantidad. Otras muchas perdieron todas sus pertenencias, cuando penetraron en sus viviendas corrientes de agua --que no cesaron durante el día--, así como avalanchas de lodo y arena.

Las fuertes corrientes que bajaron de la parte alta de los cerros que rodean la bahía penetraron en cientos de viviendas y arrastraron a las personas que se encontraban durmiendo. Se reportan cerca de 250 lesionados. Entre las construcciones derrumbadas estaba una iglesia, en la colonia Santa Cruz, construida de material firme.

HURACAN PAULINA

Consecuencias del meteoro en Acapulco, Guerrero: destrozos en Playa Hornos, inundaciones y decenas de cadáveres no identificados en el Semefo. En la comunidad Jordán, Oaxaca, dejó muchas familias damnificadas (al centro a la derecha). Fotos: Héctor Téllez, José Luis Magaña/Ap, Cristina Rodríguez y Duilio Rodríguez

La mayoría de los muertos y heridos habitaban en colonias asentadas a orillas de barrancas y lechos de arroyos, que desde hace décadas estaban prácticamente secos. El río El Camarón, el de Aguas Blancas y cinco arroyos más que desembocan en la bahía de Acapulco aumentaron de repente su caudal y se desbordaron, ocupando las avenidas que bajan hacia la Costera, en la zona turística.

Cientos de vehículos fueron arrastrados, y al flotar por rápidas corrientes se impactaron en bardas, postes, árboles y viviendas. Esta mañana se observaron vehículos completos o en pedazos, flotando entre piedras.

La lluvia cesó después del mediodía; entonces los vecinos de las colonias Progreso, Santa Cruz, Vista Alegre y otras de las partes altas, conocidas como Anfiteatro de Acapulco, se reunieron cerca de los arroyos, buscando sus pertenencias entre montones de arena y lodo, revueltos con muebles, ropa y aparatos domésticos, que no se resignaron a perder.

El procurador general de Justicia, Antonio Hernández Díaz, informó que hasta las 19:00 horas, habían sido trasladados al Servicio Médico Forense de Acapulco 102 cuerpos; de ellos, 12 eran niños.

Dijo también que se estimaba que había resultado damnificada la mitad de la población acapulqueña. ``Los daños mayores'', señaló, ``ocurrieron en este puerto''. Informó que en la región de la Costa Chica se reportaron cuatro muertos, también arrastrados por corrientes, en los municipios de Cuajinicuilapa y Ometepec.

Acapulco fue declarada zona de desastre, y el Ejército Mexicano puso en marcha el Plan DN-III. Por la mañana, se reportaron saqueos en comercios de la zona centro, que cesaron al poco tiempo.

Damnificados y autoridades afirmaron que lo ocurrido esta madrugada fue algo que nunca se había visto en Acapulco.

Sin embargo, por ser constante que quienes murieron estuvieran asentados cerca de arroyos y barrancos, dirigentes sociales afirmaron que la magnitud del desastre pudo ser evitada.

Por su parte, Joel Mendoza Maciel, dirigente del PRD y ex regidor de Acapulco, afirmó que habría responsabilidad del gobierno del estado en la magnitud de los daños. Explicó que se estaban realizando ``con mucha lentitud'' los trabajos técnicos, a cargo del Instituto de Vivienda y Suelo Urbano (Invisur), para determinar los asentamientos ubicados en lugares de alto riesgo, ``que deben ser reubicados''.

En torno a esto último, el procurador Hernández Díaz dijo que se iniciará una investigación ``para determinar si hay responsabilidad penal''.

Aproximadamente a las 21:30 horas, el gobernador Angel Aguirre Rivero informó que eran 66 los muertos en el Semefo, el resto de los cadáveres estaba siendo velado en diversos sitios.

En conferencia de prensa realizada en el Hospital General --donde no se formularon preguntas--, el secretario de la Defensa Nacional, general Enrique Cervantes Aguirre, informó que el presidente Ernesto Zedillo se comunicó desde Stuttgart, Alemania, a las 5:30 de la mañana, e instruyó para otorgar un ``apoyo amplio y decidido'' a los afectados por el huracán en Guerrero y Oaxaca.

El secretario de la Defensa informó además que llegaron a esta ciudad 550 médicos, enfermeras y expertos en rescate del Ejército.

En la conferencia también estuvieron los secretarios de Salud, Juan Ramón de la Fuente, y de Comunicaciones y Transportes, Carlos Ruiz Sacristán, así como el director general de la Comisión Nacional del Agua, Guillermo Guerrero Villalobos. Los secretarios de Estado estuvieron antes en Huatulco y Puerto Escondido, Oaxaca, y este viernes visitarán albergues y las colonias Zapata y Renacimiento, de la periferia de este puerto.

El gobernador Aguirre Rivero dijo además que la zona turística del puerto no había sufrido daños de consideración y que ``a más tardar en dos días recuperará su normalidad''.

Por toda la ciudad había derrumbes de bardas, casas, postes y árboles, incluso en la zona turística. Desde la madrugada se interrumpieron los servicios de luz, teléfono y transporte público, cerraron los comercios, y la comisión de Agua Potable informó que se suspendería el suministro, ``porque se inundaron pozos de almacenamiento y se rompieron tuberías''.

Hubo inundaciones en colonias cercanas a la laguna de Tres Palos, cerca del Aeropuerto. Decenas de familias del ejido Llano Largo se encontraban esta tarde sobre los techos de sus casas, que estaban inundadas.

Se informó que en la zona turística de Playa Condesa, el nivel del agua alcanzó en la madrugada tres metros de alto.

El inspector general de la Policía del Estado, Artemio Chávez, informó en Chilpancingo que para auxiliar en labores de rescate y vigilancia del puerto de Acapulco envió a 480 efectivos procedentes de los municipios de Costa Grande y Costa Chica.

En la costa grande se interrumpió la circulación en la carretera federal Acapulco-Zihuatanejo, por la ruptura del puente El Zapote, municipio de Coyuca de Benítez. En El Cayaco y Barrio Nuevo, del mismo municipio, se derrumbasron dos viviendas.

El municipio de San Jerónimo se declaró en estado de alerta por el peligro del desbordamiento de la laguna, mientras que en Tecpan, Coyuca de Benítez y Atoyac había cientos de damnificados.

También en la sierra de Guerrero hubo daños. Severo Oyorzábal, presidente del Consejo Supremo de Pueblos de la Sierra de Filo Mayor, afirmó que decenas de comunidades de los municipios de Heliodoro Castillo y Leonardo Bravo estaban incomunicados por destrozos en la carretera Casa Verde-Filo de Cevallos, y en caminos de terracería. En la región central quedaron incomunicados diez municipios.


Maribel Gutiérrez, Raúl García, Víctor Ruiz Arrazola y Guadalupe Ríos, corresponsales Ť A su paso por Chiapas, Oaxaca, Guerrero, Michoacán, Jalisco y Colima, el huracán Paulina dejó una estela de por lo menos 121 muertos, 172 desaparecidos --según cifras oficiales hasta la media noche-- y varias ciudades afectadas, particularmente el puerto de Acapulco, en donde decenas de calles y casas quedaron bajo el lodo y el agua.

Acapulco fue declarado zona de desastre. Hay colonias, como la Generación 2000, prácticamente cubiertas de lodo y ni siquiera los cuerpos de rescate han podido entrar. En Guerrero la cifra oficial de muertos era anoche de 106, según informó la Procuraduría estatal, y, por el momento, los desaparecidos sumaban 150.

En todo el puerto hubo deslaves, la fuerza del agua derrumbó bardas y convirtió las calles del centro en verdaderos ríos, que todavía la tarde de ayer arrastraban cadáveres, animales muertos, piedras, árboles, postes, automóviles. En algunas de esas calles --en la zona turística, alrededor de la playa Condesa-- el agua alcanzó hasta tres metros de altura.

De los muertos registrados en el estado, en Acapulco se sumaron 102 --66 de ellos permanecían en el Semefo -- y cuatro en comunidades de la Costa Chica. El fenómeno meteorológico dejó parcialmente incomunicado a este puerto con las costas Grande y Chica. En buena parte del estado se reportó falta de luz eléctrica, agua potable y servicio telefónico.

Anoche el gobierno federal tendió un puente aéreo para transportar víveres, cobijas, láminas y medicamentos para apoyar a los miles de damnificados.

En Oaxaca, aunque los daños fueron menores en relación con Acapulco, se informó oficialmente de 15 muertos y 22 desaparecidos, la mayoría de ellos en comunidades rurales de la sierra sur y el Istmo de Tehuantepec. Y al igual que en Guerrero, los damnificados suman miles. Datos preliminares hablaban de 4 mil en Oaxaca, mientras que en Guerrero todavía era imposible hacer estimaciones.

Los municipios más afectados en Oaxaca son Puerto Escondido, Huatulco, Juquila, Zipolite, San Miguel Panixtlahuaca, Juchatengo y Pinotepa Nacional. En algunos poblados casi todas las viviendas se desplomaron, según autoridades locales.

Al salir de Acapulco, el huracán fue perdiendo fuerza y cuando pasó frente a las costas de Michoacán se convirtió en tormenta tropical. Ya con menos furia, Paulina bordeó Colima y Jalisco, donde provocó fuertes lluvias, sin daños mayores.

Los puertos de los estados afectados fueron cerrados a la navegación, así como los aeropuertos. Algunos reiniciaron operaciones anoche. El secretario de la Defensa, Enrique Cervantes Aguirre, se trasladó a Acapulco con la instrucción presidencial de otorgar un ``apoyo amplio y decidido'' a los afectados. El Ejército y la Marina aplicaron planes de emergencia y trasladaron a cientos de efectivos para apoyar las labores de rescate.