Letra S, 6 de noviembre de 1997


Conocer las prácticas de riesgo no conduce necesariamente a un cambio en la conducta sexual. En esta entrevista, el doctor Díaz Loving, autor de varios estudios sobre el tema, advierte sobre los hábitos de desprotección sexual que se adquieren desde las primeras relaciones sexuales y señala estrategias de prevención efectiva.

A tiempo amar y protegerse a tiempo:
la prevención en los adolescentes

Entrevista con Rolando Díaz Loving

Manuel Zozaya

Conforme se extiende la pandemia de sida, nos enfrentamos a nuevos retos, no sólo en el área biomédica, sino en la complejidad psicosocial que a menudo determina la transmisión del VIH, su prevención o la atención adecuada a quienes lo portan. Responder adecuadamente a la pregunta ``¿por qué la gente que conoce las técnicas para impedir la transmisión sexual del virus no las pone en práctica?'', puede ser uno de los factores de mayor relevancia para enfrentar esta crisis de salud pública. Esta y otras cuestiones se le plantearon al doctor Rolando Díaz Loving, investigador de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Estas son sus reflexiones:

``La batalla por la prevención (del sida en México) definitivamente no ha tenido el impacto deseado. Se ha incrementado exclusivamente el conocimiento sobre las prácticas de riesgo, pero eso no condujo a un cambio de conductas. Una persona puede saber perfectamente que el uso adecuado de un condón en cada relación sexual puede prevenir la transmisión del VIH y sin embargo tener un conocimiento limitado sobre los pasos a llevar a cabo y no tenerlo a mano en el momento de la relación sexual. También puede haber temor a las implicaciones sociales de comprar o poseer un condón. El conocimiento simple puede ser insuficiente. Necesitamos conocimientos particulares de cada paso a seguir para estar siempre protegidos: cómo confrontar a la pareja, cómo erotizar el uso del condón, cómo integrarlo a la sexualidad. Por eso 90 por ciento de los estudiantes universitarios dicen saber cómo usarlo, y sólo 29 o 25 por ciento lo usa en cada una de sus relaciones. Para incrementar la consistencia en el uso del condón se requieren modelos teóricos que incluyan una serie de variables que permitan predecir una conducta, es decir, una planeación, una capacidad, una serie de hábitos, una situación emocional, actitudes hacia una conducta particular e incluso expectativas y normas de otras personas que son importantes para el sujeto.''

¿Cuántas monogamias?

``Un problema importante es la distinción entre una pareja regular y una pareja ocasional. Cuando preguntamos a distintas personas si son monógamas nos dicen que sí, y después resulta que han tenido varias parejas, o sea que practican una monogamia serial o secuencial. `Hoy soy monógamo con uno(a) y mañana con otro(a).' Creen que su dinámica corresponde a una pareja regular cuando en realidad corresponde a una pareja ocasional. Por otra parte, en México, la intención de realizar `X' conducta está fuertemente matizada por el contexto; podemos afirmar que `nos vemos mañana', pero enseguida surgen otras posibilidades: que me encuentre a otro amigo, que llueva, que se me haga tarde, etcétera. Todo esto incide también en el uso o no del condón. ¿Qué pasa con las personas que están teniendo su primera relación? Si pensamos que la mayor parte de los contagios se dan en jóvenes, que la mayor parte de estas primeras relaciones no son protegidas, cuestionaríamos qué tanto interviene la parte racional. Yo pensaría que lo que interfiere en ese momento es una gran cantidad de emociones, y cuando respondemos emocionalmente, la primer conducta que aparece es el hábito más marcado. Si no planeamos desde antes llevar el condón a esa primera relación, lo más común es que no lo utilicemos. Esto es crucial, porque si desde entonces no se usa el condón, las probabilidades de su uso a futuro son muy bajas porque ya se creó un hábito. Construimos el mito de que `si no me infecté la vez pasada es porque yo soy de los que no se infectan'. Entonces tenemos que crear mitos, actitudes, valores adecuados para cada ocasión, tanto para la pareja regular como para las parejas casuales.''

El riesgo mayor: la desinformación

``Si el amor es central tenemos que decir que condón es amor. Las actitudes varían dependiendo de si la pareja es regular u ocasional. Para la pareja regular hay que fomentar la idea de que usar condón es racional, inteligente y placentero, mientras que para la pareja ocasional funciona el concepto de utilidad para evitar enfermedades de transmisión sexual. Hay que recalcar que el poseer todos estos conocimientos y actitudes no va a acelerar el debut sexual, por el contrario, los jóvenes evalúan mejor la situación y cuando llega el momento están mejor preparados. Los grupos que dan información equivocada como que `los condones son dañinos para la salud', lo que hacen es poner en riesgo a esta población, porque el temor hace que no se informen. Entonces tienen relaciones totalmente desarmados, con alta probabilidad de infección.

``Las mujeres que han tenido múltiples parejas sin usar condón constituyen el grupo que percibe menos el riesgo. Hemos encontrado que uno de los mejores predictores de uso del condón es que la mujer lo pida, pero la mujer siente temor por la reacción del hombre, por eso prefiere no pedirlo. Hay que crear situaciones en las que el uso del condón sea parte de la responsabilidad mutua. Que la mujer lo coloque, que sea parte de lo erótico de la situación, que sirva para controlar la eyaculación precoz en el hombre.''

Viejos peligros, nuevos riesgos

``El sida es una enfermedad todavía vinculada a creencias y mitos erróneos en torno a la homosexualidad y a las formas de transmisión. Por eso, en el caso de los varones que se asumen como homosexuales, las redes de apoyo se conforman de preferencia por la pareja y los grupos de amigos. Los homosexuales de Occidente cambiaron su conducta adoptando prácticas de prevención, sin embargo después de diez o quince años de mantener estas conductas, surgen datos de personas que se están empezando a infectar nuevamente. ¿Por qué? Porque están apareciendo variables que ni siquiera habíamos tenido en cuenta, tales como el afecto: por amor se dan conductas de riesgo entre parejas serodiscordantes (en donde uno está infectado y el otro no). Por otra parte, hay personas que sienten que los valores más importantes en su vida son la aventura y el riesgo, y que saben perfectamente que se están exponiendo. Ahí se requieren intervenciones que permitan cambiar esos valores que los están poniendo en riesgo. En México es todavía más complejo, porque los niveles de homofobia son todavía inmensos. El varón homosexual que no sale del clóset ni se considera homosexual, por un lado realiza actividad homosexual pero por el otro no acepta la homosexualidad como tal, por eso no puede confrontar la información porque dice `esto no es para mí'. Quienes han trabajado muy duro con los grupos gays son las organizaciones no gubernamentales (ONG), pero sus campañas se han dirigido únicamente al aspecto del sida, no a cambiar la percepción que tiene la población de la homosexualidad. Entonces hay que fundamentar no sólo la percepción del riesgo de aquellos homosexuales que se perciben como tales y que confrontan a la población, sino también llegar a aquellos que no se han confrontado consigo mismos y confrontar a la población con la idea de que la homosexualidad es una decisión individual de una persona con otra y que no tiene porque ser criticada ni evaluada: es cosa de ellos.

``En cuanto a las autoridades y la información sobre sida ¿cumplirán con sólo decir que existe este problema y que hay que hacer algo?, o ¿debemos llegar más a fondo?

``Al ver la cantidad de personas infectadas, habría que preguntar qué es lo que no hicimos antes de que se infectaran. Hay programas que se tendrían que haber implementado con todos sus costos. Sabemos perfectamente cómo, quiénes se infectan y en qué condiciones. Necesitamos entonces llevar a cabo los programas ahí, y ese ahí es la juventud y la niñez. Tenemos que preparar a las personas para su primera relación sexual antes de que la tengan, no después. Hay que darle a la gente la capacidad de decidir sobre su existencia.

Comunicador.


Organizan base de datos sobre sida
en la Facultad de Psicología

Alejandro Brito

El Centro de Documentación de la Facultad de Psicología de la UNAM, que cuenta con el acervo más importante de psicología en Latinoamérica, organiza desde hace cuatro años, una base de datos sobre sida que está disponible al público general.

En entrevista con Letra S, la coordinadora de ese centro, Magdalena Zárate Santamaría, cuenta que dicho centro se creó en 1985, con el propósito de apoyar la investigación y la docencia en el área de la psicología y las ciencias afines. Y debido a la creciente demanda del público usuario y al cúmulo de material recibido, en 1993 se forma la base de datos especializada sobre psicología y sida. ``Es un tema muy de actualidad'', afirma la licenciada Magdalena Zárate, y añade que de todas las demandas de información que reciben, ``un 60 por ciento es sobre sida''. Por su parte, el responsable de la base de datos sobre sida, Javier Alatorre, complementa: ``En todo el mundo se estaba escribiendo y publicando mucho sobre el sida desde la psicología. Lo que intentamos fue facilitar el acceso directo a estos materiales.'' La idea de la que partieron para formar esta base, según relata Alatorre, es que la psicología puede aportar muchas herramientas útiles en apoyo a la labor preventiva contra el VIH y en la atención de las personas afectadas.

Esta base de datos es única en la UNAM, ninguna otra facultad --y quizás ninguna otra universidad--, ha aprovechado su acervo bibliográfico y hemerográfico para crear algo igual. El acervo de este Centro de Documentación cuenta, según informa su coordinadora la licenciada Zárate, con 580 títulos de publicaciones periódicas y más de 16 mil libros. ``Tenemos el centro de documentación con el acervo más importante de psicología en México y Latinoamérica'', añade el licenciado Javier Alatorre.

Los materiales incluidos en la base de datos sobre sida están disponibles para todos aquellos interesados en el tema. Esta base de datos puede consultarse por Internet. El público es atendido de manera directa en el Centro o por vía telefónica o a través de los medios electrónicos, donde se dan servicios de asesoría y consultas para facilitar la búsqueda de materiales, y transmisión de documentos de biblioteca a biblioteca o de institución a institución. Además disponen de computadoras para el usuario. Los servicios son gratuitos con excepción de los servicios de envío de artículos y documentos, y de uso de computadoras. Pero se trata de cuotas mínimas de recuperación, según aclaran los funcionarios universitarios antes citados. Porque lo importante, puntualizan, es facilitar el acceso a los materiales. ``Queremos que la gente sepa que este Centro de Documentación está abierto a cualquier usuario, a cualquier persona, institución u organización no gubernamental.''

Centro de Documentación de la Facultad de Psicología:
Teléfonos: 622-2245
Fax: 622-2243

Correos electrónicos:
[email protected]
[email protected]

Internet: http://posgrado.psicol.unam.mx

I.P. (Ariel) clave: 132.248.25.104 (para transmisión de documentos de institución a institución).


Sexo y prevención:
las (in)certidumbres generacionales

Angeles Cruz

En la sexualidad de los adolescentes todavía juega un papel preponderante la presión social y, en particular, la familiar. Incluso podría decirse que en la época actual estamos viviendo un retroceso en comparación con la mentalidad y actividad de los jóvenes en la década de los 60.

Los resultados de una encuesta aplicada por la Dirección General de Servicios Médicos (DGSM) de la UNAM, entre estudiantes de nivel bachillerato así lo indican. Un ejemplo: más de 50 por ciento de hombres y mujeres con una edad promedio de 17 años, y que ya iniciaron su vida sexual, opina que la virginidad es un valor social vigente.

La actitud de la familia es diferente con respecto al ejercicio de la sexualidad de las y los adolescentes, pues mientras 54 por ciento de los hombres refirió que ``a veces'' sus padres les permiten vivir momentos de intimidad con su pareja, en el caso de las mujeres la respuesta de ``nunca'' se ubicó en 67 por ciento de las respuestas.

Carmen Losada y Melania Hernández, coordinadoras de la encuesta, consideraron que estas respuestas habrían sido inconcebibles en los 60; en aquella época la virginidad y la prohibición de las relaciones sexuales eran considerados por los jóvenes como una imposición de los adultos que había que terminar.

Los estudiantes del Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) y de la Escuela Nacional Preparatoria (ENP) que contestaron las preguntas --unos 1,400-- también formaron parte de las actividades del Programa Sexunam, que se realizó durante tres años con el fin de mejorar la información que los jóvenes tienen sobre el ejercicio de la sexualidad.

En opinión de Oscar Chávez, del Grupo Interdisciplinario de Sexología (GIS), uno de los participantes en Sexunam, los y las adolescentes pueden tomar decisiones, sí saben hacerse responsables de sus vidas.

Sostiene que los jóvenes son capaces también de generar sus propias estrategias de educación, con autogestión y autonomía. Oscar Chávez explicó que el problema es que algunos funcionarios, y a veces la propia familia, no los respetan ni valoran sus capacidades.

Sin embargo, en los talleres que se organizaron con el apoyo económico de la Fundación McArthur, los jóvenes también mostraron que pueden adoptar posiciones políticas muy claras. La estrategia consistió en capacitar a un grupo de estudiantes para que después ellos mismos transmitieran la información al resto de sus compañeros, a través de los medios más efectivos elegidos por ellos mismos.

Las actividades de Sexunam se realizaron en un principio en forma coordinada entre la DGSM y cuatro organizaciones no gubernamentales (ONG), pero en el desarrollo del programa surgieron diferencias de opinión que impidieron la obtención de mejores resultados y ahora cada uno tiene su versión de los hechos y sus propias conclusiones.

De tal suerte que mientras las ONG iniciaron ya una segunda etapa del Programa, en la cual se incluirá a los profesores y padres de familia, así como un seminario sobre Educación y Sexualidad, en la DGSM las doctoras participantes han dado por terminado el proyecto y sostienen que la primera etapa fue buena, pero ya se acabó, tal como estaba planeado.

El objetivo inicial era demostrar que la estrategia es efectiva para informar y educar a los jóvenes en relación con la sexualidad, e incluso sustentar una propuesta a las autoridades de la UNAM para que el programa se institucionalice y forme parte de las actividades permanentes en la máxima casa de estudios.

En la UNAM, existen varios programas ``que sólo funcionan cuando hay alguna competencia como la de Sexunam'' sostuvo Oscar Chávez y dijo que ``sin duda, son buenos pero requieren mayor consistencia''. En el área de Servicios Médicos, por ejemplo, durante los últimos seis años durante el mes de octubre se organizó la Feria de la Salud, en la cual había información sobre diversos temas, incluido el de la sexualidad y la prevención del VIH/sida. Sin embargo, la que corresponde a este año todavía no se sabe cuándo se efectuará.

Otros resultados

67 por ciento de las mujeres y 55 por ciento de los hombres consideran que a veces, se busca el contacto sexual por falta de cariño de los padres.

Ambos sexos consideran que la experiencia sexual no los independiza de la familia --46 por ciento mujeres y 57 por ciento hombres.

Para 65 por ciento de las mujeres, tener relaciones sexuales ocasionales hace que las personas se sientan inseguras. En los hombres es 55 por ciento.

Después de la convivencia íntima, a veces hay mayor unidad de la pareja (77 por ciento mujeres y 56 por ciento de los hombres)

Una sexta parte de la población de ambos sexos considera que el intimar sexualmente puede ayudar a comprenderse mejor.

59 por ciento de las mujeres dijeron que la relación sexual aumenta poco el bienestar consigo mismas; en los hombres la respuesta fue en 65 por ciento.

Los estudiantes opinaron que la relación sexual provoca a veces informalidad en la pareja, 61 por ciento de las mujeres y 57 por ciento de los hombres, y con respecto al amor que genera el tener relaciones sexuales, los estudiantes se muestran igualmente escépticos.

Los encuestados no consideraron que la relación sexual sea sinónimo de madurez ni demostración de la preferencia por la heterosexualidad, aunque prefieren tener relaciones sexuales a masturbarse.

Periodista.