Jordi Soler
El espíritu de Oulipo

Después de oír El arte de la fuga en una sala de conciertos, Raymond Queneau salió preñado por la idea de la fuga de Bach, el músico. Años más tarde, Queneau el escritor, dio a luz el principio de una obra que con el tiempo fue completándose y adquiriendo el título definitivo de Ejercicios de estilo. En sus páginas encontramos efectivamente, fugas a lo Sebastian Bach: se trata de una sola situación representada (o fugada) de 99 maneras distintas. Queneau, además, era promotor cultural, letrista de canciones (algunas fueron hits), actor, guionista, director de cine, traductor, dramaturgo y pintor, pero observaba un especial énfasis en la poesía, en la narrativa y en las matemáticas, que combinadas con las dos anteriores, dieron como resultado un productivo club de entusiastas del experimento literario: el Oulipo, que por sus iniciales en francés quiere decir Taller de Literatura Potencial (Ouvroir de Littérature Potentielle).

El Oulipo fue fundado en 1960 por Queneau y por su socio Franois Le Lionnais. Se trataba, más que de un grupo literario, de una banda de experimentadores. ``Llamamos literatura potencial --decía Queneau-- a la búsqueda de formas de estructuras nuevas que además puedan ser utilizadas por los escritores de la forma que les plazca''. Las obras del Oulipo abundan y citamos tres. La primera, Cent mille milliards de poémes, ofrece para empezar la dificultad para traducir el título. En francés ``milliard'' quiere decir mil millones; el equivalente en español tiene apenas dos años de aprobado por la Real Academia de la Lengua y fue acuñado al vuelo, en medio de un discurso que provocó carcajadas en el gabinete, por Rafael Caldera, presidente de Venezuela, que calculó una media veloz entre el ``millard'' francés y el ``milliardo'' italiano y el resultado fue ``millardo''.

La traducción correcta de la obra de Queneau es Cien mil millardos de poemas. En sus páginas hay diez sonetos bien dispuestos para combinarse entre ellos. Leer todas las combinaciones, de corrido y sin interrupción, le tomaría a un lector considerado y paciente un poco más de 190 millones de años. George Perec, otro distinguido miembro de OULIPO, escribió la célebre La dispertion (La desaparición), historia policiaca donde lo que ha desaparecido de las páginas es la letra ``e''. Aunque este artificio, conocido como lipograma, no es invento de Perec, sí podemos reconocer en este escritor a un fanático del riesgo lipogramático, que tres años más tarde escribió otra novela en donde la única vocal que aparece es la ``e''.

Treinta y siete años después de su fundación, ya sin la tutela de Queneau, quien murió hace tiempo, esa banda de experimentadores Oulipo sigue funcionando, ahora a nivel planetario (si descontamos que el site es nada más en francés) en internet. Esta página de experimentación literaria, en perfecta concordancia con su naturaleza, prescinde de las superproducciones gráficas y se concentra en la palabra escrita. Comienza con la historia de Oulipo. Luego viene la lista de miembros, vivos y muertos, que suman 31, entre los que figuran Queneau y Perec, acompañados por Marcel Duchamp e Italo Calvino. Unos clicks más y llegamos a la sección de currículums y descubrimos a los autores de la página, que son los que han tomado la estafeta de Queneau en las actividades del Oulipo en París: Marcel Bénabou y Jacques Roubaud. Bénabou tiene nueve obras oulipianas, entre las que destacan, ¿Por qué no he escrito ninguno de mis libros?, Tira este libro antes de que sea demasiado tarde y el prólogo de la obra breve What a man!, que escribió Georges Perec utilizando exclusivamente la ``a'' como vocal y tomando la precaución de no usar otras vocales ni siquiera en su nombre, que en esta obra es Gargas Parac. Las otras obras de Benabou, las no oulipianas, son todas sobre Africa, por ejemplo La vida de Juba II. Después aparece una sección de juegos donde puede experimentarse de manera interactiva y un calendario, Los jueves de Oulipo, donde se detallan las próximas reuniones de las oulipianos en París. El 12 de marzo del año entrante, por ejemplo, Y el Oulipo crea a Dios, lectura de textos literarios oulipianos con sus autores vestidos de sacerdotes. Y en junio, con el marco del furor olímpico, se prepara el evento El Oulipiano deportivo, primera edición de los juegos oulimpicos. La dirección en internet es un poco larga y además Bénabou y Roubaud me han pedido que no la revele, supongo que el espiritu oulipiano debe empezar por que cada quién encuentre como pueda este sitio extraordinario.

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