La Jornada 12 de diciembre de 1997

JORGE CASTAÑEDA

Juan Manuel Venegas Ť La bandera nacional cubrió el féretro del ex secretario de Relaciones Exteriores, Jorge Castañeda y Alvarez de la Rosa, embajador emérito fallecido ayer a los 76 años de edad.

En el homenaje de cuerpo presente que se le rindió en la sala Benito Juárez de la cancillería, el secretario José Angel Gurría Treviño lo reconoció como ``un hombre de Estado con un acendrado nacionalismo'', impulsor de un orden internacional sustentado en el derecho. ``Mexicano equilibrado --agregó--, justo, brillante y batallador'' que deja a quienes trabajan en el servicio exterior mexicano un ejemplo y ``una tarea a seguir''.

Problemas respiratorios agudos provocaron el deceso del ex canciller mexicano, quien inició su carrera diplomática en 1950 cuando ingresó, mediante concurso de oposición, al Servicio Exterior de México. Jurista talentoso, intelectual destacado, en la cúspide de su prestigio internacional, presidió la Comisión Jurídica de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y la Comisión de Derecho Internacional del organismo.

El ex presidente José López Portillo recordó a su amigo Jorge Castañeda: ``Un hombre extraordinariamente culto con el que se podía abordar cualquier tema y siempre enriquecía cualquier plática con su inteligencia y su cultura''.

Secretario de Relaciones Exteriores de 1979 a 1982, Castañeda ``deja un gran legado. Su proyección internacional y su prestigio, su colaboración increíblemente útil. Su trabajo por México'', definió el ex mandatario, que no pudo contener las lágrimas cuando abrazó a doña Alicia Cabrera de Castañeda, la esposa del amigo.

Como López Portillo, fueron también a despedir al amigo, ``al maestro'', los ex cancilleres Emilio Rabasa, Bernardo Sepúlveda Amor y Fernando Solana Morales, así como el ex director de Pemex, Jorge Díaz Serrano. Ellos, junto con Gurría Treviño, hicieron la primera guardia de honor, de pie ante el féretro cubierto por la bandera nacional.

Lienzo tricolor que el canciller Gurría entregó a la señora Cabrera, acto solemne precedido de un minuto de silencio en memoria del embajador emérito, la más alta distinción a los diplomáticos mexicanos que Castañeda recibió desde 1982.

Antes, el propio Gurría Treviño dedicó un mensaje sobre la trayectoria de Castañeda, destacando sus ``decididos esfuerzos para la construcción de un orden mundial sustentado en el derecho y para el fortalecimiento de los organismos internacionales, en particular, de las Naciones Unidas''.

Con la representación de México --agregó el canciller--, Castañeda aportó su talento a la Comisión Especial de Naciones Unidas sobre los principios del derecho internacional referentes a las relaciones de amistad y cooperación entre los Estados, así como a las Conferencias sobre Derecho del Mar; participó de manera destacada en la elaboración de la Carta de Derechos y Deberes Económicos de los Estados ``e hizo aportaciones invaluables al derecho del mar y a otros grandes temas como el desarme''.

Durante su trienio al frente de la cancillería mexicana, promovió la solución pacífica de los conflictos centroamericanos, vinculó a nuestro país con los instrumentos internacionales más relevantes de derechos humanos e impulso el acercamiento entre las naciones industrializadas y los países en desarrollo, durante la reunión de jefes de Estado en el llamado Diálogo Norte-Sur celebrado en Cancún, Quintana Roo, en 1982.

``El embajador Castañeda defendió los principios que han sido la columna vertebral de nuestra política exterior y que han dado a México el amplio prestigio de que goza en el ámbito internacional'', subrayó Gurría.

Su legado, la defensa de la soberanía nacional: Cárdenas

Desde temprano, el cuerpo de Castañeda fue velado en una agencia del sur de la ciudad. Ahí llegó a ofrecer sus condolencias a la familia el jefe del gobierno del Distrito Federal, Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano.

El mejor homenaje que se le puede rendir al embajador Castañeda es continuar su lucha ``incansable'' por los derechos de México, por hacer valer nuestra soberanía. Deja esa escuela ``y un ejemplo de verticalidad y de lo que debe ser el Servicio Exterior Mexicano'', definió Cárdenas.

Minuto de silencio en el Senado

David Aponte y Andrea Becerril Ť El pleno del Senado de la República rindió un breve homenaje póstumo en memoria del ex canciller y embajador emérito Jorge Castañeda, quien falleció ayer en la ciudad de México. Los senadores guardaron un minuto de silencio durante la comparecencia del secretario de Relaciones Exteriores José Angel Gurría.

Fue el propio titular de la SRE quien dio a conocer en tribuna el fallecimiento de Castañeda, de quien dijo, fue un ``ejemplar servidor público''.

Representantes de todas las fracciones parlamentarias expresaron luego su pesar por la muerte de este diplomático de carrera. Fernando Solana Morales se unió a las condolencias, dijo ante el pleno que Castañeda realizó una importante misión en la defensa de los intereses nacionales y de la soberanía del país. Pidió luego un minuto de silencio en memoria de don Jorge.

Rosario Green, senadora del PRI y diplomática de carrera, lamentó la muerte del embajador emérito y emocionada manifestó: ``quienes tuvimos el enorme privilegio de conocerlo y de trabajar con él, sabemos la pérdida que representa la desaparición de este ilustre mexicano, maestro de generaciones y formador de diplomáticos, hombre íntegro que supo defender con gallardía los principios que rigen la política exterior mexicana.

También el senador del PRD Jorge Calderón aludió a la figura de Castañeda, al que calificó de ejemplo de cómo se debe defender la soberanía nacional. Ojalá se mantenga la vigorosa tradición de política exterior que él desplegó.