Masiosare, domingo 1 de febrero de 1998


Noam Chomsky: La última desaparición de las


FRONTERAS


Jim Cason y David Brooks/Washington


En signos apenas perceptibles, una nueva ola de rebelión cobra fuerza en Estados Unidos, desde las entrañas de la lucha sindical y desde los movimientos contestatarios, a pesar del aislamiento impuesto por la cultura del espectáculo. Al mismo tiempo surge una nueva etapa de resistencia contra el capital financiero global, que va desde Sudáfrica hasta el movimiento de los Sin Tierra de Brasil. Pero en este marco, el nuevo orden se prepara a consolidar un ambicioso acuerdo

planetario, por encima de todas las fronteras, que podría autorizar a los dueños del capital financiero a imponer sanciones a los estados nacionales que se opongan a los designios del Senado virtual. Este es el panorama que advierte Noam Chomsky -el reconocido lingüista del Massachusetts Institute of Technology, considerado como uno de los intelectuales más prestigiosos y el más agudo crítico del neoliberalismo- en una entrevista especial para Masiosare.


El ``aislamiento tecnocrático'' y un ``Senado virtual'' nulifican los ``avances reales'' de la democracia formal en diversos países del mundo, afirma el distinguido intelectual estadunidense Noam Chomsky.

En entrevista con Masiosare, dice:

-Cuando Estados Unidos habla de ``promover la democracia electoral en el mundo en desarrollo'', lo que nos está mostrando es una parte de su nueva política internacional en estos tiempos de posguerra fría. Aunque la retórica suene tal vez diferente, es obvio que tiene el mismo objetivo de siempre: el control. Y cuando esto se refiere a la democracia formal, simplemente se convierte en una técnica de control social. Si uno, como gobierno, puede asegurar el aislamiento tecnocrático, entonces la democracia formal, repito, es una técnica de control social...

-¿Qué significa ``aislamiento tecnocrático''?

-Es un concepto del Banco Mundial: quiere decir que la toma de decisiones se mantiene separada del ámbito público. La gente puede creer que está haciendo algo que vale la pena, mientras las decisiones políticas se toman al margen de la gente.

-Dice usted que se trata, entonces, de una forma de control...

-Sí, pero de una forma de control exterior, lo subrayo, sobre las democracias formales.

-Entendidas como democracias no reales.

-Efectivamente, pero déjenme explicarme -pide Chomsky-. La liberalización financiera, un fenómeno internacional, ha creado lo que podríamos llamar un Senado virtual. Esto supone que los inversionistas, o sea, los especuladores financieros, cuando operan a través de los mercados financieros, se convierten en un Senado virtual. El funcionamiento de esta legislatura, ajena al proceso democrático, limita las decisiones de un país. Si un país, incluso Estados Unidos, decide estimular su economía, implementar más sistemas de apoyo social, etcétera, el Senado virtual puede votar instantáneamente, sacando montos enormes de capital fuera de ese país. Si es un país pequeño, por ejemplo México, bueno, hay un colapso. Si es Estados Unidos, tiene problemas, y ese es el punto. Así, el Senado virtual y la liberalización financiera disciplinan a los gobiernos, y aseguran que no puedan hacer mucho.

-¿Cualquier tipo de democratización formal es inútil?

-La democracia formal es algo bueno porque abre un espacio para que el pueblo pueda ejercer cierta influencia. Un ejemplo en esta dirección sería la derrota de la iniciativa legislativa estadunidense de la vía rápida para negociar la expansión del libre comercio. En ese caso, el espacio formal fue utilizado positivamente por sectores sociales. Pero, si uno es parte de la élite gobernante, del Grupo de los 7, de las empresas trasnacionales o de las instituciones financieras internacionales, el objetivo seguramente sería incrementar la democracia formal pero reducir el alcance de la toma de decisiones políticas en la arena pública. Este control...

-¿Se refiere al control mediante el Senado virtual y el aislamiento tecnocrático?

-Exacto. Es otra forma de minimizar el Estado y contraer el espacio público. Y si uno puede trasladar las decisiones a lo que se llama el mercado, y que no es sino el capital concentrado, entonces no hay peligro de tener una democracia formal, que incluso puede convertirse en un mecanismo para controlar a la gente. Ahora bien, para la empresa privada internacional, la reducción de la corrupción también es útil, ya que siempre es un irritante... te cuesta dinero, interfiere con tus ganancias, etcétera. Deshacerse de la corrupción gubernamental, eso, claro, lo favorecen los empresarios. Pero la corrupción empresarial, es otro asunto.

-Pero los políticos estadunidenses dicen que desean ver florecer la democracia en los países del mundo en desarrollo, ¿siempre ha sido así?

-Estados Unidos ha estado a favor de la democracia siempre y cuando no funcione. Nunca se ha opuesto a la democracia, ha estado muy contento en aceptar Estados democráticos siempre y cuando no se muevan en una dirección errónea...

El terror y la resistencia

Chomsky señala que en los últimos 20-25 años se ha dado un ``cambio radical en la distribución del poder entre los trabajadores y el capital a nivel mundial: el poder se ha trasladado a manos del capital y sus administradores de muchas maneras.... Y cuando eso tiene lugar no se necesitan, y no se desean, los regímenes militares. Lo que los poderosos quieren es la democracia formal. Pero hay otro factor que disminuye la resistencia popular a todo esto, y a que se limite el debate político sólo a la democracia formal, especialmente en América Latina. Me refiero a la cultura del terror. El legado del terror de Estado en los últimos años, a través de América Latina, ha domado las aspiraciones; la gente simplemente tiene miedo. No deberíamos de ignorar el hecho de que el terror ha sido bastante exitoso. A fin de cuentas, América Latina recibió una buena dosis de terror en los últimos 30 años''.

-No sólo América Latina...

-Claro que no. Vean a Mozambique y Angola: perdieron cientos de miles de gentes, los países fueron destruidos, no van a arriesgarse. El terror ha surtido un efecto disciplinario, incluso en Estados Unidos, donde las secuelas del macartismo aún son visibles. Sin embargo, han surgido nuevas olas de resistencia en el mundo. Esto abarca, por ejemplo, desde un resucitado movimiento laboral en Estados Unidos, hasta la movilización de los Sin Tierra de Brasil, pasando por los campesinos de Centroamérica o las resistencias en Sudáfrica o en Haití. Hay movimientos populares por todas partes y eso sí provoca problemas para la élite. La democratización formal puede ser un método de control social y es mucho menos peligrosa cuando se tiene, además, el aislamiento tecnocrático y el Senado virtual. Pero no es fácil controlar a la gente, toda la historia moderna se ha escrito a base de intentos de control y de la gente que se opone a ello.

El Acuerdo Multilateral de Inversiones

El debate público en Estados Unidos sobre la ampliación del libre comercio oculta una iniciativa, casi secreta, mucho más importante: el Acuerdo Multilateral sobre Inversiones (AMI), aprobado a principio en diciembre pasado por la Organización Mundial de Comercio (OMC) y la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), que incrementará el poder del capital multinacional, afirma el profesor Noam Chomsky.

-El Acuerdo Multilateral sobre Inversiones -dice- hará imposible, si es aprobado en definitiva, que las comunidades, los grupos sociales y el público en general impongan cualquier condición sobre las decisiones de los dueños del capital. El AMI es, por el momento, sólo un borrador que actualmente es debatido en la OMC y en la OCDE, pero lo que busca es prohibir que los gobiernos nacionales o locales impongan cualquier restricción sobre el flujo del capital internacional o sobre las inversiones.

-El gobierno mundial del dinero.

-Escuchen. El AMI dice que todo lo que deseen hacer los inversionistas, lo pueden hacer sin ninguna interferencia. No hay barreras sobre derechos humanos, asuntos de derechos laborales o ambientales. Nada. Originalmente se pensaba que podría ser aprobado en mayo de 1997, pero ha surgido una oposición sustancial por parte de organizaciones sociales así como por algunos países del Tercer Mundo. En la OMC, Malasia y la India lo han bloqueado. Pero, repito, el AMI ha sido redactado para prohibir o limitar la imposición de condiciones sobre los inversionistas internacionales o el capital financiero por gobiernos nacionales. Mientras que el TLC y el GATT se diseñaron, supuestamente, para liberalizar el flujo de bienes y servicios a nivel internacional, el nuevo AMI se enfoca exclusivamente sobre la liberalización del flujo del capital.

-Pero, ¿cuáles son los alcances previstos?

-Bueno, los gobiernos ya no podrían obligar a los inversionistas internacionales a comprar componentes de producción dentro del país (en vez de importarlos), no podrían obligar a la transferencia de tecnología, no se podría limitar la movilidad trasfronteriza del capital o el envío de ganancias. El AMI también establece un nuevo tribunal internacional en donde empresas e inversionistas trasnacionales podrían demandar legalmente a gobiernos locales que intenten imponer algunas restricciones que condicionan el libre movimiento del capital. Esto podría llevar a que las empresas internacionales antepongan demandas contra gobiernos para forzarlos a eliminar normas laborales o ambientales e incluso programas de desarrollo nacional que limiten el libre flujo del capital. Yo, personalmente, mucho me temo que todo esto traería consigo un cambio de las leyes y las normas de los países del Tercer Mundo y de las economías más pequeñas, mientras que Estados Unidos y las otras potencias sólo incorporarían medidas aparentes para continuar con sus propias políticas proteccionistas.

-Usted nos ha dicho que el AMI estaba oculto detrás del debate sobre la ampliación del fast track para el libre comercio.

-En efecto, el AMI es lo prioritario para las grandes potencias y el sector privado trasnacional; es mucho más importante que la negociación para ampliar el TLC a otros países. Por eso digo que el tema real que está detrás del debate sobre el fast track no fue la incorporación de Chile al TLC. Fue el Acuerdo Multilateral sobre Inversiones.

-Y todo esto se ha mantenido casi en secreto...

-Han tenido éxito en mantenerlo totalmente fuera del debate público. Ha habido un silencio casi total. La cúpula política y empresarial en este país lo ha mantenido así deliberadamente, ya que saben que sería una medida poco popular. Y es que, de hecho, toda la retórica sobre el libre comercio es una ficción. Los últimos 25 años no han sido un periodo de liberalización comercial.... El TLC es interpretado por los promotores reales del libre comercio como un acuerdo proteccionista. Y estoy cierto que eso es lo que es. Todas las cláusulas sobre reglas de origen como sobre derechos intelectuales son medidas altamente proteccionistas. Por lo tanto, este periodo ha sido más bien de liberalización financiera y de restricciones comerciales.

-¿Podría ser más conciso?

-El gobierno estadunidense, empezando por la administración ``pro libre comercio'' de Ronald Reagan (lo digo entre comillas), es altamente proteccionista e interviene radicalmente en los mercados, y eso es lo que se denomina como el asalto permanente sobre el libre comercio de los últimos años. Mientras tanto, se ha dado una liberalización financiera. Entonces, con este enorme crecimiento en capital financiero, uno tiene una influencia tremenda sobre los gobiernos. En parte, esto es lo que impulsa los nuevos acuerdos como el AMI. Sin embargo, el problema para el liderazgo político y para los dueños del capital trasnacional que están promoviendo el nuevo acuerdo, es que el público siempre ha sospechado de este tipo de acuerdos. Si la gente supiera lo que estaban diseñando para ellos los ricos y los poderosos, no les gustaría nada. Estas cosas no son acuerdos comerciales, son acuerdos sobre los derechos de los inversionistas.

-No vemos, todavía, la relación con el fast track...

-A fin de cuentas, la verdadera razón por la cual la cúpula empresarial y la cúpula política están tan comprometidas con la aprobación del fast track, que le da al presidente la autoridad para negociar acuerdos comerciales, es que necesitan que el presidente tenga esa autoridad para negociar el AMI. No olviden que el AMI será mucho menos popular que el TLC. Así que la única manera en que podrá ser aprobado es mediante un proceso de fast track que limite el debate dentro del Congreso y ante el público estadunidense.

La rebelion que viene

Por ahora, el Congreso le ha dado un serio revés a la iniciativa de discutir, en fast track, la posibilidad de otorgarle al presidente William Clinton la autoridad para ampliar negociaciones sobre libre comercio.

-En Estados Unidos -dice Chomsky- todo está vivo. Yo creo que este es uno de los países de mayor disidencia en el mundo. Esto que ustedes mencionan fue otra señal de que está desarrollándose un creciente movimiento opuesto al poder del capital global. La gente tiene la percepción de que la están estafando.

-No es muy difícil...

-A pesar de la intensa propaganda que hay en favor del libre comercio y los esfuerzos de las cúpulas políticas y empresariales, las encuestas siguen revelando que es mayoritaria la oposición al tipo de acuerdos económicos como el TLC entre México, Estados Unidos y Canadá. Pero, curiosamente, esta oposición a la expansión del libre comercio no se ve acompañada de una adecuada atención a los temas laborales y ambientales; es sólo una más entre la diversidad de expresiones de disenso en Estados Unidos. En mis recientes giras por este país, he visto a muchos grupos locales trabajando una infinidad de temas, ambientales, protección de los derechos de la mujer, defensores de las comunidades negras y latinas, así como nuevas expresiones laborales. Todo lo imaginable, en todas partes a las que uno va hay una variedad de grupos locales opositores trabajando diversos temas. Sin embargo, mucha de esta oposición está localizada y no se manifiesta a nivel nacional ni asume un carácter unificado. La gente no sabe lo que está pasando al otro lado de su pueblo.

-¿A qué lo atribuye?

-Estas divisiones son parte de una dinámica que busca precisamente eso: aislar a la gente. Hay toda una cultura de relaciones públicas, destacadamente la industria del espectáculo, que tiene el objetivo de privatizar a la gente. La idea es reducirnos a que cada quien seamos uno y su televisor, y es una idea que funciona, pues convierte a la gente en consumidores pasivos. Pero todavía no logra dejar a la gente sin ideas. Y estas ideas son las que nutren mucho a esta oposición local. Por ejemplo: a pesar de la intensa campaña de propaganda en favor del libre comercio, una mayoría sigue oponiéndose a estas iniciativas. Claro que, al mismo tiempo, esto puede ser una manifestación de chovinismo, incluso bastante demagógica. Los estadunidenses creen que el Tercer Mundo los está explotando, de veras. Y piensan lo mismo de las madres que usan la asistencia pública, en verdad suponen que se aprovechan de la generosidad pública.

-En México, a esto se le llamaría ingenuidad...

-Antes hablamos del terror, pero es importante destacar, igualmente, que el uso sistemático del temor también se ha utilizado en Estados Unidos para suprimir la disidencia. Lo que se llama ``el efecto del macartismo'' fue simplemente el efecto de una represión ligera, si se compara con la de otros países, una represión de Estado, que trató que la gente se volviera hacia dentro y tuviera miedo de expresarse. Esto continúa de una forma sutil, visible; yo lo aprecio entre mis propios alumnos. Ellos no temen el poder del Estado, temen que... si no se comportan... nunca conseguirán un empleo, y eso tiene un efecto disciplinario.

-¿Disciplinario?

-No me cabe duda. Ahora bien, pese a todo, está surgiendo una resistencia, localizada y atomizada si quieren, pero que existe en todas partes. Una de las señales recientes más esperanzadoras del potencial que hay para una nueva manifestación de rebelión en Estados Unidos, es el resurgimiento del movimiento laboral organizado. Este renovado movimiento es muy importante, ya que históricamente el movimiento laboral ha sido una, si no es que la principal fuerza que impulsa la democratización, lo que le permite a la gente común asumir un papel en los asuntos públicos. El movimiento de los trabajadores en este siglo ofreció un polo de organización y educación para la política independiente y las movilizaciones sociales. Voy a poner un ejemplo. El viejo liderazgo de la AFL-CIO tuvo un papel muy feo y antilaboral a través del mundo. Pero el nuevo liderazgo, electo en 1995, está trazando una nueva visión para el sector laboral organizado más cercano a los trabajadores y sus comunidades. No digo que sea el liderazgo más militante, pero ¿cuándo fue la última vez que se pudo ver que el líder de la AFL-CIO fuera arrestado por estar apoyando una huelga de trabajadores salvadoreños en Boston? Estos son cambios, y creo que están asustando a los poderosos.