DobleJornada, Lunes 2 de febrero de 1998


L as Alzadas, recuperación de nuestra historia


Amalia Rivera


Protagonistas de primera línea, aquéllas que se levantan, que elevan su voz y se apoderan de su propia vida, que quebrantan al patriarcado, que se engrandecen para levantar el vuelo, suman sus voces silenciadas en un libro coordinado por Sara Lovera y Nellys Palomo: Las Alzadas:. Son todas las que se alzaron en marzo de 1993, que en realidad fue el primer alzamiento del EZLN; ``ésa es la verdad --dice Marcos--, y lo encabezaron las mujeres zapatistas, no hubo bajas y ganaron''. Pero también somos todas: ellas, las chiapanecas, y las otras, las no indígenas, las que estuvieron presas, las que marcharon, las que llegaron en caravanas, las delegadas, las asesoras, las observadoras, las periodistas, las intelectuales; todas.

Publicado en coedición de Comunicación e Información de la Mujer, AC y Convergencia Socialista, Agrupación Política Nacional, el texto, que consta de 421 páginas, fue escrito por más de una treintena de autores(as), entre periodistas, antropólogas, feministas, mujeres del movimiento y, desde luego, las y los zapatistas, incluidas las ``presuntas'' (zapatistas).

Durante los primeros doce días de guerra, señala Lovera en la introducción, ``ningún medio de comunicación las reflejó ni las tomó en cuenta'', por lo que Las Alzadas abarca desde el estallido hasta 1997, con la fundación del FZLN; recoge los primeros testimonios --muchos inéditos-- sobre su incorporación a la lucha, para más tarde hablar ``recio y fuerte'' contra todas las cosas que las oprimen desde hace 500 años.

El ¡Ya Basta! sorprendió a todos, aun a las feministas que de inmediato buscaron el encuentro que, en no pocas ocasiones, se tornó desencuentro, y así se trasluce en algunos escritos. No faltan en este compendio los talleres de reflexión a propósito de las demandas zapatistas, el artículo 4¼ constitucional y la ya famosa sexta pregunta de la gran Consulta Nacional, así como la creación de nuevos grupos de mujeres, hasta desembocar en la Convención Nacional Democrática a la que 55 grupos llegaron con demandas específicas. Se incluye, asimismo, el planteamiento de la autonomía a partir de las necesidades de las mujeres.

La violación, ``un crimen que forma parte de una cadena bélica que ha encontrado en el cuerpo de la mujer un campo de batalla'', es denunciada en estas páginas bien a través del testimonio escalofriante, de la nota puntual o de la carta que el subcomandante enviara, consternado, a Cecilia Rodríguez, una de las primeras víctimas civiles.

Pero no sólo se consigna esa historia que mujeres indígenas y urbanas forjan a diario; también hay un espacio de reflexión y crítica feminista. Marcela Lagarde se opone al lema: ``Para nosotros nada; para todos todo'', y exige: ``Lo queremos todo y lo queremos aquí y ahora, porque haber arribado a esta cima ha significado para nosotras trocar las utopías por las que sí acontecen''.

Es ésta una compilación plural e incluyente que aprehende los sucesos producidos alrededor del significado genérico del levantamiento zapatista de 1994, a partir del cual --reconocen las alzadas-- ``nuestro corazón y nuestro pensamiento ya son otros, ya no es el silencio''.