La Jornada 25 de marzo de 1998

50 años de cárcel a tres practicantes de ritos satánicos

Gustavo Castillo García Ť El Tercer Tribunal Unitario del décimo noveno circuito condenó a 50 años de prisión a los narcosatánicos Elio Hernández Rivera, David Serna Valdés y Sergio Martínez Salinas.

Detenidos el 11 de abril de 1989, en el rancho Santa Elena de Matamoros, los tres practicantes de ritos satánicos reconocieron haber asesinado a 15 personas, entre ellas a dos menores de edad.

Los tres sentenciados fueron detenidos luego de que tanto la Policía Judicial Federal como el FBI, llevaron a cabo una investigación conjunta en 1989, debido a la desaparición del menor estadunidense Mark James Kilroy, quien fue sepultado de manera clandestina junto con otras 14 personas en el rancho antes mencionado.

Hernández Rivera, Serna Valdés y Martínez Salinas declararon desde su detención ser parte de un grupo dedicado a asesinar y mutilar a personas durante la realización de ritos satánicos. Asimismo, señalaron como su jefe al cubano estadunidense Jesús Constanzo, El Padrino.

De acuerdo con datos obtenidos de aquel año, los hoy sentenciados mataban animales y humanos, con la creencia de que así serían protegidos durante sus operaciones de tráfico de drogas hacia Estados Unidos.

El 12 de abril de 1989, la Procuraduría General de la República descubrió 12 cadáveres en el rancho Santa Elena, luego de que el encargado de cuidar los animales identificara en una fotografía a uno de los menores desaparecidos. Las pesquisas dieron como resultado que se descubriera una banda de narcotraficantes que también se dedicaba a ritos satánicos, encabezada por El Padrino.

Para el 13 de abril de 1989, las autoridades mexicanas habían descubierto 13 cadáveres mutilados. Además, en el interior de una casucha construida cerca del rancho se encontraron cuatro recipientes que contenían cerebros y sangre humana, así como cabezas de tortugas y gallinas.

En sus primeras declaraciones, los narcosatánicos dijeron no estar arrepentidos ``pues pensábamos que al ofrendar muertos estaríamos protegidos''. También declararon comercializar mil kilogramos semanales de mariguana y dedicarse ``a la agricultura''. En tanto, Adolfo de Jesús Constanzo vivió hasta 1984 en Miami, donde fue detenido en dos ocasiones por robo.

La Procuraduría informó que este martes les fue notificada la sentencia, al encontrarlos culpables de homicidio calificado, delitos contra la salud, asociación delictuosa, acopio de armas, profanación de cadáveres y portación ilegal de armas de fuego.