Letra S, 2 de julio de 1998


La disfunción eréctil, el Viagra, y otras sorpresas

Manuel Zozaya

En una ciudad sureña de los Estados Unidos se abrió hace tiempo una ``Clínica de Impotencia'' en la que no se paraban ni las moscas, hasta que cambió su nombre por ``Clínica de Potencia''. De un día para otro se llenó de clientes ansiosos de incrementar su ``virilidad''. Esta anécdota, que comenta divertido Benno de Keijzer, especialista en estudios sobre la masculinidad, viene al caso por el éxito inusitado en aquel país de un medicamento que ofrece curar la disfunción eréctil (popularmente conocida como impotencia), lo cual ha despertado el interés por conocer más acerca de este problema ¿Es acaso más común de lo que se creía? ¿Por vergüenza los hombres han ocultado un padecimiento que puede ser causa de divorcios o de severos problemas conyugales?

Según el doctor Juan Luis Alvarez Gayou Jurgenson, director del Instituto Mexicano de Sexología (Imesex), más de 90 por ciento de los varones presentan alguna vez en su vida incompetencia eréctil, la cual puede estar asociada a una infinidad de causas. Sin embargo, advierte, sólo la reiteración más o menos frecuente de este fenómeno puede considerarse como una disfunción (para efectos clínicos, Masters y Johnson señalan una falla por cada cuatro intentos de coito). Por su parte, Herant Katchadourian considera que uno de cada 100 varones menores de 35 años presenta este problema, el cual aumenta progresivamente hasta llegar a uno de cada cuatro hombres a los 70 años. En el caso de México, el doctor Francisco Higuera, director general de Insumos para la Salud de la Secretaría de Salud (Ssa) considera que entre 8 y 10 por ciento de la población masculina padece de incompetencia eréctil, aunque admite que estas cifras no son definitivas, mientras que el doctor Miguel Krassdievitch, médico psicoanalista del Departamento de Psiquiatría y Salud Mental de la Facultad de Medicina de la UNAM calcula que 5 por ciento de los hombres de 40 años presentan disfunción eréctil total.

La erección del pene es el signo más característico de la fase de excitación masculina y se produce en presencia de un estímulo sexual efectivo, cuando el sistema nervioso envía señales que hacen que el pene se llene de sangre causando la erección y aumento en su volumen.

La disfunción eréctil puede ser primaria (nunca en la vida ha habido erección) o secundaria (se han presentado erecciones previas). Sus causas pueden ser orgánicas, psicológicas, sociales y/o yatrogénicas, y a veces se combinan dos o más de ellas. Entre las orgánicas figuran las lesiones de la médula espinal, la diabetes mellitus, la insuficiencia renal, la cirrosis hepática, la oclusión de la arteria ilíaca e incluso padecimientos poco severos como la gripe o un simple dolor de cabeza.

Las psicológicas van desde la ansiedad, la depresión o la falta de autoestima, hasta el temor a un desempeño sexual mediocre (un evento anterior de incompetencia eréctil, puede provocar una auto-vigilancia constante de la erección, lo que paradójicamente ocasiona que ésta se pierda, cayendo así en un círculo vicioso). En el caso de algunos varones cercanos a la tercera edad, la sensación de pérdida de la virilidad asociada a fenómenos normales del envejecimiento (disminución de firmeza, espaciamiento entre las erecciones) también puede favorecer la aparición de este trastorno.

Las causas sociales suelen estar asociadas a las psicológicas. Entre ellas el sentimiento de culpa debido a una educación sexual restrictiva o por relaciones extra pareja o prematrimoniales. El estrés laboral y los problemas cotidianos de pareja también pueden incidir en la ausencia de la erección.

Las yatrogénicas son los efectos colaterales que ocasionan ciertos medicamentos. Ejemplos típicos son la cimetidina que se usa contra la gastritis, los tranquilizantes como el diazepam y los estrógenos que se usan contra el cáncer prostático. Sustancias como el alcohol en grandes cantidades, algunas drogas como los poppers y las anfetaminas también pueden provocar incompetencia eréctil, sin embargo aún hay mucho que investigar al respecto. Según el doctor Alvarez Gayou, hace 15 años se decía que la gran mayoría de los casos eran de origen psicológico, mientras que en la actualidad hay urólogos que afirman que la gran mayoría son de causa orgánica: ``En realidad podríamos pensar que se trata de un 50 por ciento; lo que agrava la situación es que si una persona tiene la disfunción por causa orgánica, esto le va a afectar psicológicamente. Por eso lo más importante es localizar el origen del problema y una vez localizado, aplicar el tratamiento más adecuado para esta persona.'' En la mayoría de las culturas existen remedios o tratamientos contra este trastorno; ungüentos, platillos afrodisiacos y sustancias supuestamente infalibles, sin embargo, en la mayoría de estos casos no se ha demostrado su utilidad científicamente.

Promesas y riesgos de un remedio milagroso

Ultimamente se ha hablado mucho de un nuevo medicamento cuyo nombre comercial es Viagra. Aunque no es la panacea, puede ser útil en algunos de los casos, al propiciar una mayor afluencia de sangre en el miembro viril. Este fármaco tiene ventajas sobre los que existían antes (una inyección en el pene o una especie de supositorio aplicable por la uretra) que provocaban la erección, aunque no hubiera estímulo sexual. Lo que sucede con este nuevo medicamento es que sólo si hay estímulo va a haber erección, lo cual, según comenta el sexólogo, ``es bastante más cómodo que andar por ahí como un asta bandera cuando no se necesita''.

Por otra parte, quienes piensan utilizarlo de manera recreativa, como potencializador sexual, en combinación con el alcohol y ciertas sustancias, cuyo abuso ocasiona la incompetencia eréctil, sufrirán una decepción, ya que como esas drogas actúan sobre el sistema nervioso, y el Viagra lo hace sobre el aspecto vascular de la erección, ésta no va a contrarrestar el efecto nocivo de aquellas.

``El éxito comercial de esta sustancia --continúa Alvarez Gayou--, ha alertado a los laboratorios que parecen dispuestos a convertirnos en farmacodependientes sexuales. Si tomamos en cuenta que una gran proporción de los casos de disfunción eréctil se debe a la enorme represión sexual que prevalece, no sólo en México, sino en muchísimos países, lo que tenemos es un fenómeno mediante el cual se busca, a través de la biotecnología, la forma de vender la liberación de las inhibiciones heredadas por siglos de educación represiva.''

También es necesario considerar la posibilidad de que este medicamento pueda generar una dependencia psicológica y que usuarios que sólo tenían el problema de manera ocasional, lleguen a requerir su ingestión para todos sus coitos. Por ello, con éste, como con otros medicamentos, hay que tener cuidado, y si se requiere su uso, conviene recurrir a él bajo consejo y prescripción médica, después de un examen clínico completo, con un diagnóstico preciso del trastorno eréctil del paciente. No conviene automedicarse, pues el Viagra sigue contraindicado para aquellas personas que toman medicamentos que disminuyen la presión arterial y que contienen nitratos o nitritos.

Finalmente, aun cuando no se puede subestimar la importancia de la erección en la práctica sexual masculina, el énfasis reiterado en este aspecto puede permitirnos reflexionar sobre la genitalización exagerada de nuestra sexualidad. Al focalizar nuestra atención exclusivamente en el pene ¿no perdemos de vista la variedad de posibilidades de placer que nos ofrece el resto del cuerpo?
Comunicólogo.


Sida en reclusorios: incertidumbre
en la ley y ausencia de criterios médicos

Antonio Contreras

De los 14,500 internos recluidos en las penitenciarías del Distrito Federal, 43 de ellos están diagnosticados como seropositivos. De la población total, alrededor de 60 por ciento no recibe visitas íntimas, lo que favorece la promiscuidad y con ello el riesgo de contraer enfermedades de transmisión sexual. Los reclusos con VIH o sida están concentrados en un dormitorio ``pequeño, con un buen tramo de jardín'' en el penal de Santa Martha, a excepción de cuatro mujeres que están en el Centro Femenil de Readaptación Social de Tepepan.

En enero de este año, la Dirección General de Reclusorios se convirtió en la autoridad competente para otorgar el beneficio de la libertad a reclusos del fuero común, que antes era responsabilidad exclusiva de la Secretaría de Gobernación. A principios de diciembre del año pasado falleció un paciente con sida, y en el transcurso de abril fueron liberados dos.

Amparadas en el artículo 75 del Código Penal del Distrito Federal, que establece la incompatibilidad de la pena con el estado físico o mental del recluso, las organizaciones Fundación Mexicana para la Lucha contra el Sida y Salud y Justicia han iniciado una serie de trabajos tendientes a modificar la legislación en la materia, a fin de que algunos reos seropositivos puedan obtener su libertad anticipada; así como fomentar la prevención y orientación sobre sida entre la población interna. María Alma Pacheco, de Salud y Justicia, informa que se ha sugerido a las autoridades correspondientes la elaboración de precisiones a la ley, sobre todo al artículo 75, dado que la vaguedad de su contenido ha ocasionado que su aplicación se haga a discreción de las autoridades.

``Es vago el contenido del artículo 75 --señala María Alma Pacheco-- porque, por ejemplo, ¿quién determina las características que hacen incompatible la prisión con el estado de salud del interno? Faltan criterios médicos. La propuesta de reglamentación que haremos será básicamente para pacientes con sida. Sugerimos también un análisis jurídico y médico de cada uno de los internos afectados, ya que hay limitaciones para conseguir su libertad. Por ejemplo, si la reparación de un daño determinada por un juez es muy alta y el reo no puede pagarla, no procede la aplicación del artículo 75. Nuestra propuesta incluiría aspectos para mejorar las condiciones de vida dentro de la prisión, que inicialmente podrían ser cursos de información y de capacitación al personal técnico y de custodia.''

Entrevistado por Letra S, el director general de Reclusorios y Centros de Readaptación Social del Distrito Federal, Carlos Tornero Díaz, va más allá de las posibles modificaciones al mencionado artículo 75 y propone la creación de un ``hospital-cárcel'', pues padecer una enfermedad crónica ``no me da derecho a que se me conmute la pena o que varíe mi situación''.

Agrega que la dependencia a su cargo se ha propuesto como asunto prioritario buscar el acceso a medicamentos para internos con VIH o sida a través del Fonsida. Sólo que, advierte, ``la cosa es un poco complicada porque los servicios médicos dependen de lo que era la Dirección General de Servicios Médicos. Es una triangulación que retarda el trabajo. Creo que los servicios médicos deberían estar manejados directamente por quienes administramos los reclusorios.''

Asimismo, considera ``ideal'' que se practique el examen de anticuerpos al VIH a todos los reclusos, pues ello ``ahorraría muchos dolores de cabeza''. En su percepción, esto traería como ventaja que se cuente con datos fidedignos sobre una ``enfermedad que evidentemente implica riesgos de diseminación, ya que se está entrando a un campo de alto riesgo. Por supuesto, también implicaría la obligación de las autoridades a una serie de enmiendas reglamentarias muy importantes, como la atención médica especializada y la dotación de medicamentos.''


Un mundo una esperanza:
quince rolas contra el sida

``Incrédulos/faltos de imaginación/algunos dicen que soy insensible/pero si me usas bien/soy irresistible/soy tu amigo/si me erotizas será muy divertido/soy el salvavidas/soy el contra-sida/soy el príncipe del látex/soy el condón.'' La letra es de Ileana Gonzalez, las voces, de Rita Guerrero y Poncho Figueroa, y la música, de La bola y Santa Sabina.

``Príncipe de látex'' es uno de los 15 temas que incluye el disco compacto Un mundo una esperanza, producido por la Fundación Mexicana para la Lucha contra el Sida y Dendé Records, con el patrocinio de particulares y empresas privadas. Entre los temas destacan interpretaciones de Alejandra Guzmán, Stephanie Salas, Fratta, Real del 14, Eugenia León, Betsy Pecanins y Tania Libertad.

En la variedad de sus propuestas y estilos se percibe una intención común: expresar por la música --la balada, el rap, el rock-- la solidaridad con las personas que viven con VIH/sida, y con los familiares, amantes y amigos que con ellos comparten los rigores del prejuicio social y la esperanza de una cura cercana. En las letras hay nostalgia y amor por los desaparecidos, ira por las conductas irresponsables y por quienes las fomentan, hay tristeza, esperanza, destellos humorísticos (tan necesarios), un pequeño afán didáctico --canción-prevención--, y en boca de Eugenia León una estupenda melodía dedicada a ``tanta gente conocida/tanta gente no se olvida/tanta gente tanta vida/tanta tanta gente divertida/detenida gente tan querida''.

Un mundo una esperanza se suma a colecciones discográficas como Red, Hot + Blue, que en un tributo a Cole Porter reunió a 19 estrellas de rock para apoyar la investigación científica en torno al sida y la atención a las personas afectadas por el virus. A partir del éxito de ese álbum se produjo un video con el mismo título, y más otras versiones con propósitos similares: Red, Hot +Río y Red, Hot +Latin. Otras colecciones de este tipo incluyen, en Estados Unidos, el homenaje musical a Freddy Mercury, integrante del grupo Queen, y en Francia, en 1995, el disco Sol en sí, solidaridad, niños, sida. Como sucede con la mayoría de estas propuestas discográficas, los fondos recaudados se destinan a apoyar el combate a la pandemia. En el caso de Un mundo una esperanza, los beneficios irán directamente a la Fundación Mexicana de Lucha contra el Sida. Este disco representa un esfuerzo muy loable, necesario, que merece reconocimiento y una amplia distribución. Se puede adquirir en librerías como Gandhi, Mix Up y Tower Records, entre otras, y en las propias instalaciones de la Fundación en Calle 19 No.75, col. San Pedro de los Pinos, teléfonos: 515-7913 y 273-3807. Esta organización también cuenta con recibos deducibles de impuestos para quién quiera hacer una donación, el número de cuenta es 485286-9 de Banco Inverlat. (A.C.)