Los órganos no se entierran, se donan: Rubén Arguero

Entre la vida y la muerte

Mirna Servín

21 de julio de 1988, 22:30 horas. El primer corazón trasplantado en México late en un individuo que, hasta ese momento, había sido considerado un paciente sin posibilidad de vida.

A partir de entonces, la comunidad médica y cardiológica utiliza esta nueva opción para las personas que padecen insuficiencia cardiaca, en lugar de enviarlas a su domicilio a morir. Sin embargo, mientras los avances de la tecnología han sucedido progresivamente durante los últimos 10 años, en los programas de trasplantes y donación de órganos el cambio de actitud hacia una respuesta altruista ha sido lento.

Debido a los logros médicos como la detección temprana de las enfermedades y los programas de prevención, la esperanza de vida del mexicano ha aumentado, por lo que el país vive una transición demográfica. Ahora el promedio de vida del hombre no es menor a los 72 años, y en la mujer hasta los 76.

De acuerdo con el doctor Rubén Arguero -quien realizó el primer trasplante de corazón en México-, ``también se sufre una transición epidemiológica porque han disminuido las enfermedades infecciosas que antes ocasionaban la muerte del sujeto a temprana edad, y ahora se padecen enfermedades degenerativas como las del corazón, lo que aumenta la necesidad de estos procedimientos quirúrgicos''.

Rubén Arguero Sánchez, maestro en ciencias médicas por la UNAM, especialista en transplantes cardiopulmonares y director del Hospital de Cardiología del Centro Médico Nacional Siglo XXI, explica que el primer trasplante de corazón se dio como el primer viaje a la luna: en medio de adversidades.

``Una de las metas, y nuestro primer compromiso, es cambiar la actitud de la población en general y no sólo la médica, ya que todos en un momento dado nos vamos a ver inmersos en un programa de trasplante. Nadie está exento de tener que decidir por un ser querido que ha fallecido, y nadie puede estar exento de que le fallen el corazón, el hígado o los pulmones.''

Entre las principales causas de mortalidad en el país, las enfermedades del corazón afectan primordialmente a personas mayores de 65 años, mientras que representan la segunda causa de muerte en el grupo de edad comprendido entre los 45 y los 64 años. A su vez, ocupa la quinta causa más frecuente en el rango ubicado entre 35 y los 44 años, y de manera global es la primera causa de mortalidad en México.

Los factores de riesgo que aumentan las enfermedades del corazón son: vida sedentaria, alimentos inadecuados ricos en colesterol, tabaquismo, alcoholismo y algunas veces el factor hereditario.

El doctor Arguero señala que en México no se conoce la cifra exacta de pacientes que necesitan un corazón, ya que no todos se registran en el programa de trasplantes por diversas razones, por ejemplo, el que la donación de órganos sea muy escasa. ``De la lista de espera se mueren no menos de 30 por ciento en los primeros seis meses, y al cabo de dos años fallece 60 por ciento''.

Sepultar los prejuicios

De 1993 a 1998, en el Hospital de Cardiología se han registrado 26 donadores reales, es decir un promedio de 4.3 por año, contra una demanda asentada en la lista de espera en ese mismo periodo de 280 personas, tan sólo en esa institución.

``A partir de un donador se beneficia a 18 personas porque se les toman el corazón, los riñones, las córneas, los pulmones, el páncreas, los intestinos y otras partes. Diariamente, en los hospitales de traumatología surgen muchísimos donadores ideales, lo que pasa es que no hay voluntad de parte de mucha gente, no hay actitud. Eso es lo que precisamente queremos cambiar.''

En todo el mundo, afirma el especialista, ``existe un déficit de relación con la necesidad de un órgano y la oferta; eso promueve que se siga investigando sobre la posibilidad de trasplantar órganos a partir de otras especies o se sueñe en tener sustitutos de órganos en forma artificial. En un futuro, gracias a la biología molecular, probablemente se pueda cambiar el curso de esos factores y la vida de algunos pacientes mediante la genética''.

Otro concepto que ha cambiado a partir de la posibilidad de los trasplantes es el de la muerte cerebral en individuos que son donadores potenciales, debido a que su corazón sigue latiendo y mantiene vivos a los demás órganos. Sin embargo, este controversial hecho ha llevado a la comunidad científica a revisar los preceptos sobre la vida y la muerte.

Para Rubén Arguero, quien cultiva su especialidad con el corazón y con sus manos, uno de los mensajes principales es que los órganos se dan, no se entierran, y cita un fragmento de un documento anónimo: ``Si algo habéis de enterrar, que sean mis errores, mis flaquezas y todos mis prejuicios contra mi prójimo''.


Prototipo de un trasplante exitoso de corazón

Después de tres años de espera en una lista protocolaria, una tarde, al término de la comida, por fin sonó el teléfono. Una llamada de esperanza: un corazón listo para ser trasplantado aguardaba en el Hospital de Cardiología del Centro Médico Siglo XXI. María Eugenia Cataño tenía que presentarse ese día -29 de julio de 1993- a las 19:00. La intervención duró unas cinco horas, momento que transformó sus 46 años de enfermedad.

María Eugenia nació con un defecto congénito en el corazón que fue detectado a los 13 años al acudir a consulta por una gripe. Su pronóstico de vida no era mayor a los 21 años. Sin embargo, a los 19 decidió contraer matrimonio y seis después parir un hijo varón, contra todas las indicaciones y pronósticos.

``Los días eran difíciles, no podía hacer planes, se vive con mucho temor y angustia. Hubo épocas en las que mi esposo me bañaba y alimentaba. Estuve casi un año y medio en silla de ruedas. No podía hacer esfuerzos, atender mi casa, mucho menos ejercicio.''

La peor experiencia que recuerda esta familia sucedió cuando Javier Sánchez llegó de trabajar y encontró a su esposa amoratada, con la bocina del teléfono en la mano y el rostro lleno de lágrimas. Por supuesto no fue la única, siempre existía la posibilidad de que de repente enfermara. ``Mi hijo siempre iba a la escuela con el temor de no encontrarme al regreso, o a veces necesitaba dejarlo solo por la noche debido a las constantes visitas del doctor''.

Pasaron 26 años de matrimonio antes de considerar la posibilidad de un trasplante. Después, sólo restaba esperar un milagro: un donador compatible. ``Teníamos una velita encendida, una esperanza, para tratar de llegar a ese día''.

Comió unos dulces antes de la operación, pensando que podían ser los últimos. En el hospital estaba el corazón de un joven de 25 años, trabajador de la Cruz Roja, al cual se le determinó muerte cerebral después de sufrir un accidente automovilístico en una ambulancia. En un acto generoso y altruista, su familia donó corazón, córneas, riñones y pulmones.

Hoy, María Eugenia es el prototipo más exitoso de un trasplante de corazón y la calidad de vida que se espera de un paciente. Ella sale todas las mañanas a correr 5 o 6 kilómetros. Es madre, esposa y abuela. Irradia energía y entusiasmo, y a sus 51 años luce como de la edad de su corazón: de 30. (MS)


Avances de la cardiología

Ultrasonografía: Desarrollo de complejos equipos miniatura y de ultrasonido que permiten, con el mismo principio del viejo sonar, obtener imágenes del interior de los órganos con detalle de alteraciones anatómicas y la función de las paredes del corazón y sus válvulas.

Electrocardiografía y electrofisiología: Por medio de esta técnica se realiza el monitoreo de la actividad del corazón durante el esfuerzo, incluso durante la vida diaria. Permite, mediante múltiples registros, establecer diagnósticos precisos del origen y alteración de alguna función.

Hermodinamia y cardiología intervencionista: Procedimiento invasivo por el que se introduce un catéter para obtener datos de la anatomía y funcionamiento del sistema cardiovascular. Asimismo, permite dilatar válvulas y arterias con diámetros disminuidos y evitar temporalmente la cirugía, que en forma primaria se realizaba con anterioridad.

Medicina nuclear: Con radioisótopos se determina el funcionamiento de las paredes del corazón al bombear sangre al sistema.

Investigación farmacológica: Desarrollo de medicamentos que permiten establecer tratamientos más efectivos para la insuficiencia cardiaca, hipertensión arterial, insuficiencia coronaria y arritmias, entre otras.

Uniformidad de criterios: Lineamientos que establecen quién es tributario de cirugía y quién no, de acuerdo con la magnitud de la lesión y su posibilidad de recuperación.

Marcapasos: Dispositivo que sustituye el gobierno eléctrico del corazón.

Asistencia mecánica de la circulación: Un ejemplo es el uso cotidiano del balón intraórtico de contrapulsación.

Prótesis valvulares: Remplazan válvulas enfermas del corazón.


Técnicas quirúrgicas y protección miocárdica

Terapia génica: Se estudia como un potencial tratamiento de enfermedades adquiridas, como la enfermedad ateroesclerosa arterial.

Xenotrasplantes: Obtención de órganos y tejidos de otras especies para uso humano. (MS)