La Jornada 30 de septiembre de 1998

Yo vivía con Díaz Ordaz; no ordenó disparar: Irma Serrano

Andrea Becerril y Alonso Urrutia Ť Cercana al poder en su momento, la senadora Irma Serrano acusó ayer al ex presidente Luis Echeverría de ser el responsable de la matanza de Tlatelolco. ``Se los puedo decir, jurando sobre la tumba de mi madre, que esa orden -la de disparar sobre la multitud reunida en la Plaza de las Tres Culturas- no la dio el señor presidente Díaz Ordaz''.

Con la vestimenta exótica que le caracteriza, recargada de pieles y joyas, la Tigresa Irma Serrano dijo en entrevista que desde años antes del 2 de octubre de 1968, Díaz Ordaz vivía prácticamente en su casa, y por eso ella pudo constatar que ese día el entonces presidente estaba fuera de la ciudad y hasta el 3 de octubre se enteró de los hechos sangrientos.

``Entonces el señor azotaba las puertas'', y cuando localizó a Echeverría, ``que no quería darle la cara'', lo llenó de injurias ``que ni yo puedo repetir'' y lo llamó ``asesino'', señaló.

La ex actriz y cantante, a quien se recuerda aún por su éxito La Martina, agregó que Díaz Ordaz no comentaba con ella temas políticos. ``Era un macho y creía que yo no tenía la capacidad mental para analizar muchas cosas, pero yo escuchaba todas sus llamadas''.

Y de esa manera, se enteró, dijo, de la verdad. Díaz Ordaz ``estaba histérico'' el 3 de octubre. ``Lo tengo muy presente, él estaba fuera de la ciudad de México el día 2, había ido a visitar cuatro pueblos incomunicados de Jalisco, y cuando regresó, azotaba las puertas''.

Ahí comenzaron el odio y la enemistad con Echeverría y ``yo creo que ese coraje fue lo que le ocasionó el cáncer después, porque el coraje nunca se le pasó''.

Las dificultades para expresarse, que la protagonista de Naná enfrenta siempre en tribuna, las superó en el relato de sus confidencias de alcoba. Suelta y hasta coherente, dijo que ``el señor'' asumió toda la responsabilidad del 68 ``porque era el presidente y era el papel de dignidad que le correspondía''.

Además, pese a la enemistad declarada con Echeverría, ``a la idiotez crónica que lo caracteriza y a que había hecho un complot político en su contra, Díaz Ordaz ya no podía echarse para atrás y lo tuvo que sostener'' como candidato presidencial.

La plática con los reporteros se realizó en el salón de sesiones del Senado, antes de la comparecencia de Jorge Madrazo. Feliz por los reflectores que ayer volvieron a centrarse en su persona, la Tigresa dijo que está de acuerdo en las investigaciones que realiza la Comisión de la Verdad.

Como si recitara uno de los papeles de sus viejas películas, Irma Serrano señala: ``Miren, Luis Echeverría puso un tinglado desde días antes. Ahí están los fotógrafos que fueron avisados de la matanza por Gobernación y no por Presidencia''. Además, dijo a los reporteros, ``ustedes debieran presionar al entonces jefe de las fuerzas armadas para que diga quién le dio la orden de disparar, y entrevistar al famoso director de cine que filmó la matanza''.

Hay documentos para probarlo, agregó, pero el hijo de Díaz Ordaz que aún vive ``ha sido cobarde y tibio'' para defender a su padre y no ha sacado el libro que el ex presidente ordenó publicar.

A ella, dijo, le quedaron muchos apuntes, de escritos que quien fuera su amante ``hacía nuditos y los tiraba'', pero no se refieren a la matanza de Tlatelolco.

A Echeverría no lo perdona: dijo que aunque ``ya está viejo y no tiene mucho qué esperar, sigue moviendo la intriga en las partes altas'', pero tendría que entender que ``ya le queda poco tiempo y debería decir la verdad y lavar el nombre de aquel a quien le debe todo''.