La Jornada 11 de diciembre de 1998

El proceso para destituir a Clinton, inminente; ofrece otro mea culpa

Ap, Reuters y Afp, Washington, 11 de diciembre Ť El impeachment contra Bill Clinton es un proceso imparable en el Congreso: el Comité Judicial de la Cámara de Representantes aprobó hoy tres artículos de juicio político contra el mandatario (dos por perjurio y uno por obstruc- ción de la justicia) y este sábado aprobará el cuarto cargo: abuso de poder por su actuación en el escándalo sexual con Monica Lewinsky.

Los 37 miembros del comité comenzaron a votar uno por uno los cuatro artículos (cargos) de juicio político. Diez minutos antes de conocerse la votación del primero (perjurio por su declaración en el caso Lewinsky), Clinton ofreció un nuevo mea culpa en la Casa Blanca y, por primera vez, se declaró dispuesto a aceptar una reprimenda del Congreso, pero no un juicio político que podría conducir a su destitución.

``Como cualquiera que da la cara, honestamente, a la vergüenza de una mala conducta, lamento profundamente todo lo malo que he hecho... daría todo por volver atrás y desandar lo andado'', declaró el presidente.

Subrayó que continuaría ``haciendo todo lo posible para volver a ganarse la confianza'' de los estadunidenses y ``servirles bien'', y por primera vez dijo estar dispuesto a aceptar ``una sanción reprimenda'' del Congreso. ``Aun cuando la condena del Congreso resultaría dolorosa, empalidecería en compasión con las consecuencias del dolor que he causado a mi familia. No existe agonía más grande''.

Insistió: ``las consecuencias públicas de mis acciones están en las manos del pueblo estadunidense y sus representantes en el Congreso. Si ellos determinan que mis errores de palabra y hecho requieren de su amonestación y censura, estoy listo a aceptarlas''.

Pero en ningún momento el mandatario aceptó haber mentido ante la justicia al negar en enero haber mantenido relaciones sexuales con la ex pasante de la presidencia Monica Lewinsky. Siete meses más tarde, el 17 de agosto, Clinton confesó haber engañado a su familia, amigos y al país porque había tenido ``una relación impropia'' con la joven de 25 años.

Esta declaración se produjo el mismo día que el presidente se enfrentó al equipo legal del fiscal independiente Kenneth Starr, encargado de la investigación del sexgate, quien ultimaba el informe que desencadenaría el proceso de destitución en el Congreso.

La acusación

Starr sostuvo en ese informe que Clinton era pasible de destitución por 11 cargos, pero el Comité Judicial liderado por el republicano Henry Hyde redactó cuatro cargos o artículos de juicio político. Dos de ellos son por perjurio, una vez durante su testimonio el 17 de enero en el caso por acoso sexual que le entabló Paula Jones, y luego el 17 de agosto en su declaración ante Starr.

El tercer artículo, que lo acusa de obstrucción de la justicia, cita siete intentos por parte del mandatario de ``retrasar, impedir, encubrir y esconder'' evidencia relacionada con el caso Jones. El último alega abuso de poder en las afirmaciones de Clinton de privilegios ejecutivos para impedir el testimonio de asesores y en pronunciar falsas declaraciones a miembros del gabinete, asesores y al pueblo estadunidense al negar sus relaciones con Monica Lewinsky.

Luego de escuchar a los abogados de Clinton durante dos días, los miembros del Comité Judicial comenzaron temprano la votación de cada uno de los cargos. El primero fue aprobado por votación partidista: 21 votos republicanos contra 16 demócratas, en la segunda votación un republicano sufragó con los demócratas (20-17) y en la tercera ronda se repitió el resultado de la votación del primer cargo.

Este sábado, el comité aprobará el cuarto cargo. También se pondrá a consideración la propuesta de los demócratas para una censura contra el mandatario.

Al definir el debate, Henry Hyde dijo que la conducta de Clinton, ``denigra'' el juramento que hacen los presidentes al asumir. ``Es la ruptura de una promesa para decir la verdad; ello subvierte nuestro sistema de gobierno''.

El próximo paso

La votación de este viernes en el Comité Judicial significa que el proceso de destitución contra Clinton es imparable. Cuando este sábado el comité termine su trabajo recomendará al pleno de la Cámara de Representantes aprobar los cuatro cargos.

El pleno camaral está citado para una votación el próximo jueves y se requiere una mayoría simple de 218 de los 435 votos para aprobar los cuatro cargos. Luego, el caso pasará al Senado donde se requieren tres cuartas partes de los cien votos de esa cámara para aprobar el juicio político y la destitución.

Sólo en dos ocasiones anteriores, el Comité Judicial ha tomado una decisión como la de este viernes: para recomendar el juicio político contra Richard Nixon en 1974, y de Andrew Johnson en 1868. Nixon renunció antes de que votara el comité. Johnson fue enjuiciado en la Cámara por abuso de poder y absuelto por un solo voto en el proceso que terminó en el Senado.

Pero los demócratas ya han advertido sobre las consecuencias de este proceso. Si la Cámara vota la destitución va a ``paralizar al gobierno'', declaró el líder de la minoría demócrata en el Comité, John Conyers. Un juicio al mandatario ``paralizaría el Senado, forzaría al presidente de la Suprema Corte a abandonar su trabajo para presidir un proceso y ocuparía a los miembros de esta Cámara, que tendrían que actuar como fiscales'', agregó.

Una votación en la Cámara, ``prolongará este debate nacional durante meses sin que podamos cortar por lo sano, polarizaría a nuestro país y agravaría las divisiones que existen en el seno de la población'', señaló por su parte Richk Boucher, otro demócrata del comité. El proceso, sostuvo, podría ``causar perturbaciones en los mercados financieros en detrimento de nuestra economía nacional''.

Los demócratas sostienen que aunque Clinton cometió un error, las acusaciones no ameritan el proceso de juicio político y en lugar de éste, promueven una censura. Hasta ahora, varios demócratas y la Casa Blanca están intentando lograr el apoyo de los republicanos moderados.

En todo caso, un aspecto en el que todos están de acuerdo es en la gravedad del proceso. ``La gente ve una votación así como otro ejemplo de la misma política de siempre'', estimó Andrew Kohut, director del Pew Research Center, que regularmente sondea la opinión pública en una serie de temas. ``Muestra a Washington como aislado del sentimiento general sobre el asunto'', añadió.

De acuerdo con recientes sondeos, seis de cada diez estadunidenses desaprueban la forma en que los republicanos están conduciendo la investigación de Clinton. Dos tercios se opone a una impugnación y seis de cada diez favorecen una censura. Y la situación tampoco es buena para los republicanos, ya que Clinton tiene 60 por ciento de aprobación a su trabajo.

Herbert S. Parmet, historiador y biógrafo de los presidentes Richard Nixon y George Bush, indicó que las acusaciones contra Clinton se quedan cortas en comparación con las que se hizo en los casos contra Nixon y Johnson. El actual proceso, dijo, ``da la impresión de una embestida partidista contra un presidente por parte de personas que lo detestaron desde un comienzo''.