La Jornada 11 de diciembre de 1998

Rechazó Pinochet toda jurisdicción ajena a Chile para someterlo a juicio

Afp, Dpa, Ap y Reuters, Londres, 11 de diciembre Ť El ex dictador chileno Augusto Pinochet rechazó la jurisdicción de cualquier otro país que no sea el suyo para ser enjuiciado por ``todas las mentiras de España'', en lo que constituyó su primera comparecencia ante un magistrado para ser informado sobre los cargos criminales de que se le acusa.

En paralelo, Pinochet emitió un largo mensaje en Santiago en el que por primera vez afirmó que sentía un ``sincero dolor'' por las víctimas de su régimen (1973-1990), pero sin expresar arrepentimiento alguno, ya que se dedicó a justificar el cruento golpe militar contra el presidente Salvador Allende y se declaró víctima de una maquinación ``artera y cobarde''.

A su vez, el Consejo de Seguridad Nacional de Chile repudió la decisión británica de autorizar el trámite de extradición del anciano ex militar, y el gobierno anunció la suspensión de todas sus visitas oficiales a Gran Bretaña y España y el retiro por tiempo indefinido de su embajador en Londres, reportó el corresponsal Enrique Gutiérrez.

En tanto que Chile también suspendía los vuelos a las islas Malvinas, una posesión británica reclamada por Argentina, Pinochet comparecía ante la justicia inglesa para declarar que ``con todo respeto hacia vuestra señoría, no reconozco la jurisdicción de ningún tribunal, excepto los de mi país, para juzgarme contra todas las mentiras de España''.

En el recinto de la prisión de Belmarsh, en las afueras de Londres, ante el juez Graham Parkinson, el acusado respondió cuando se le pidió identificarse que ``soy Augusto Pinochet Ugarte, fui comandante en jefe de las fuerzas armadas chilenas, ex presidente de la república y hoy soy senador vitalicio''.

La comparecencia del ex general sólo duró media hora, en medio de fuertes medidas de seguridad y con asistencia de ocho partidarios del ex dictador y ocho adversarios, además de la prensa, y el juez Parkinson dijo que la respuesta de Pinochet de que no reconocía la jurisdicción extranjera no la tomaría como ``una falta de respeto''.

Parkinson fijó la nueva audiencia para el 18 de enero, a la que Pinochet no está obligado a asistir. Por lo demás, el juez aceptó que el acusado puede efectuar paseos por los jardínes dentro de la lujosa residencia que habita en el condado de Surrey, aunque bajo la vigilancia de agentes policiales.

Afuera del tribunal partidarios y adversarios del senador vitalicio sostenían enfrentamientos verbales, al tiempo que se anunciaba que un comité judicial de la Cámara de los Lores examinará el próximo martes la apelación presentada por la defensa de anular el fallo de los propios lores, que lo despojó de la inmunidad.

Pinochet vistió de civil con un traje marrón a rayas, camisa blanca y corbata dorada, y fue trasladado a la sala de comparecencias en una silla de ruedas, en su primera presentación pública desde mucho antes de su detención por la policía londinense el 16 de octubre, cuando llegó para operarse de una hernia lumbar.

Sin embargo, lo que más llamó la atención este día fue su extenso mensaje de 13 cuartillas leído en Santiago por uno de los ex ministros de la dictadura --que se supone fue redactado en la ciudad de Londres y que algunos consideran como su ``testamento político''--, en el que se declaró ``absolutamente inocente'' de todos los crímenes que se le imputan en España.

En la carta ``a los chilenos'' sostuvo que ``todos hemos sufrido por las víctimas'', pero ``nunca he deseado la muerte de nadie y siento un sincero dolor por todos los chilenos que en estos años han perdido la vida'', en alusión a los más de 3 mil muertos como resultado de la represión de la férrea dictadura militar que ejerció.

Afirmó que ha sido objeto de una ``maquinación político-judicial artera y cobarde, que no tiene ningún valor moral'', y afirmó que ``el comunismo ha asesinado a millones de seres humanos durante este siglo, y a mí se me persigue por haberlo derrotado en Chile''.

Tras asegurar que ``los hombres de armas actuaron como reserva moral'' y justificar el golpe contra el gobierno constitucional socialista de Allende como una gesta ``inevitable'' debido ``al clamor ciudadano que golpeaba las puertas de los cuarteles'', se declaró listo para ``sacrificarse'' en aras de poner fin a los odios existentes en su país.

En su mensaje, lleno de referencias religiosas, asienta que en Europa se le condena con ``juicios espurios'' mientras que él con su golpe militar evitó ``una guerra civil'', y que como resultado de los 3 mil muertos que hubo casi un tercio eran uniformados y civiles que ``cayeron víctimas del terrorismo extremista''.

``El dilema era: o vencía la concepción cristiana occidental de la existencia para que primara en el mundo el respeto a la dignidad humana y los valores fundamentales de nuestra civilización, o se imponía la visión materialista y atea del hombre y la sociedad, con un sistema implacablemente opresor de sus libertades y derechos''.

En ese mismo tono el ex militar dijo que sentía que el destino ha vuelto a poner sobre sus hombros ``la enorme responsabilidad de contribuir a sembrar semillas de paz que hagan posible la grandeza y unidad de mi patria'', y que aceptaba ``esta nueva cruz con la humildad de un cristiano y el temple de un soldado''.

Cuando habla del gobierno de la Unidad Popular refiere que era una encrucijada y que sólo actuó ante una situación extrema de crisis institucional, denunciada por la Corte Suprema de Justicia, la Cámara de Diputados y otros órganos, sin aludir a ningún tipo de acciones desestabilizadoras que pudieran haberse presentado.

Tampoco habló de las cuestiones económicas o de las nacionalizaciones que efectuaba el gobierno allendista y que afectaban intereses económicos, sino que hizo énfasis siempre en la ``muerte y destrucción del marxismo'', y aseveró que el 11 de septiembre de 1973, el día del golpe de Estado contra el gobierno constitucional chileno, se abrieron caminos de ``esperanza''.

Ante ese mensaje, las reacciones fueron divergentes entre la derecha y la izquierda, e incluso el propio canciller José Miguel Insulza pareció enviar un mensaje al afirmar que Chile jamás debió apoyar a Gran Bretaña en la guerra con Argentina por las islas Malvinas.

Pero la derechista Unión Demócrata Independiente dijo que el mensaje de Pinochet debería ser leído por los jóvenes con la mente y el corazón abiertos y que abría caminos de paz y entendimiento, en tanto que el candidato presidencial socialista, Ricardo Lagos, dijo que es contrario a lo que ocurrió durante 17 años en Chile.

Medidas chilenas

El canciller Insulza dio a conocer en Santiago una serie de medidas, entre las que destacan la intervención directa del gobierno chileno para que se revise en la Cámara de los Lores en torno a dudas sobre la imparcialidad de uno de los jueces.

Oponerse judicialmente a la extradición de Pinochet acorde a los principios de inmunidad, territorialidad e irretroactividad que sostiene Chile, así como una solicitud a España sobre los antecedentes de las decisiones de la Audiencia Nacional en relación a un conflicto de jurisdicción entre los dos estados.

Además de una representación legal en España, en el plano político enviar una nota de protesta a Gran Bretaña al no respetar la soberanía jurisdiccional de Chile, retiro indeterminado de su embajador en Londres y coordinación con las fuerzas armadas para que también suspendan contactos oficiales bilaterales con España e Inglaterra.

Otras medidas son enviar notas a las organizaciones de Naciones Unidas y de Estados Americanos sobre la postura chilena, suspender los vuelos comerciales a las islas Malvinas y revisar la participación de Chile en las cumbre iberoamericanas, en función del cumplimiento de sus países miembros de las decisiones suscritas en dichas conferencias.

En concordancia, la fuerza aérea chilena dispuso el regreso de su avión que ha estado 38 días en Londres con el objetivo de traer de regreso a Pinochet, en tanto que el Consejo de Seguridad Nacional respaldó esas medidas y al presidente Eduardo Frei en todas las gestiones que realiza.

Mientras que el gobierno de España llamaba a la calma ante las medidas adoptadas por Chile, ante los fuertes lazos económicos que ambos países sostienen, la fiscalía de la Audiencia Nacional optó por no recurrir el auto de procesamiento dictado la víspera contra el senador vitalicio por el juez Baltasar Garzón.