La Jornada 11 de diciembre de 1998

El secretario de la OEA, contra la extradición del general

Afp, Dpa, Ap y Reuters, Washington, 11 de diciembre Ť El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), el colombiano César Gaviria, dio hoy su espaldarazo a Chile al pronunciarse en contra de la extradición del ex dictador Augusto Pinochet a España.

Al oponerse a que prospere la decisión británica de extradición, acotó que ``es necesario el absoluto respeto a la igualdad soberana de los estados, tal como lo disponen las cartas de la OEA y de la Organización de Naciones Unidas, como base de la convivencia internacional'', y que en ese marco debe darse la lucha del respeto de los derechos humanos.

Expresó preocupación por lo que consideró que pueda convertirse en un antecedente de la aplicación unilateral de la extraterritorialidad de las leyes nacionales, en violación de la igualdad jurídica de los estados y de la no intervención en los asuntos internos, cuyos principios calificó de pilares del derecho interamericano.

Las naciones americanas, sostuvo, están hoy plenamente comprometidas con el fortalecimiento y consolidación de la democracia y cuentan con instrumentos jurídicos, con procedimientos e instituciones re- gionales que aseguran el pleno respeto de los derechos humanos.

En Buenos Aires, el presidente de Argentina, Carlos Menem, abogó por resguardar la transición chilena y destacó las propuestas de la víspera que suscribieron los países integrantes del Mercado Común del Sur (Mercomún), que defienden el concepto de territorialidad jurídica, aunque, dijo, ese texto no hacer referencia particular sobre Pinochet.

Por lo demás, dijo que ayer y hoy ha sostenido conversaciones con el ex secretario de Estado estadunidense Henry Kissinger en torno a muchos temas de actualidad, y entre ellos sobre el caso Pinochet.

Kissinger fue funcionario de los gobiernos de Richard Nixon y Gerald Ford durante la década de los 70, y es acusado por organismos humanitarios y sectores políticos de haber sido uno de los artífices principales del golpe militar pinochetista, así como de haber apoyado al resto de las dictaduras sudamericanas.

Por lo demás, su participación en el derrocamiento de Allende lo admite en las memorias que publicó hace 20 años, donde reconoció que Washington ``derramó'' millones de dólares entre militares, periódicos y transportistas, éstos últimos para que paralizaran al país sudamericano y detonaran la asonada pinochetista.

En cambio el ministro argentino de Justicia, Raúl Granillo Ocampo, se preguntó que cómo no celebrar la detención de Pinochet, pero que también cómo no se iba a criticar esa detención, y dijo que en forma personal pocos podían estar en desacuerdo, pero desde el punto de vista jurídico tal acción era inaceptable.

El funcionario defendió así la postura del gobierno argentino sobre la territorialidad jurídica y la creación de un tribunal penal internacional, aunque añadió que éste último no va a poder juzgar los crímenes de las dictaduras latinoamericanas de las décadas de 1970 y 1980, ya que entrará en vigor en el 2000 y no tendrá retroactividad.

Por su parte, el senador ultraconservador Jesse Helms defendió la dictadura de Pinochet al afirmar que ``rescató'' a Chile de la anarquía y que lo dejó constituido en ``una nación libre, próspera y pujante''.

Helms, quien es promotor de una ley extraterritorial que lleva su nombre para reforzar el bloqueo contra Cuba, afirmó que la extradición de Pinochet ``pisoteará la soberanía chilena y rebasará la jurisdicción del sistema judicial en funciones en Chile, su gobierno electo democráticamente...''

Ana Laura González, viuda de Carmelo Soria, un funcionario internacional español asesinado por la dictadura chilena, declaró que cuando ``se tiene poder sobre una sociedad se debe asumir la responsabilidad por las consecuencias de ese poder''.

El sociólogo francés Alain Touraine expresó temor de una guerra civil en Chile si se juzga a Pinochet, y sobre todo en esa nación sudamericana, al considerar que el ejército chileno está preparado para ello.

A su vez, el escritor peruano Mario Vargas Llosa aplaudió el juicio y dijo que si se hubiera hecho algo antes así hubiesen habido menos dictaduras.

El escritor --y ex vicepresidente nicaragüense-- Sergio Ramírez expresó que el procesamiento y detención de Pinochet es ``la vuelta de tuerca'' que necesitaba la democracia en Chile, ya que nació ``embargada'' a la hora de la transición.