La Jornada 11 de diciembre de 1998

Tomaría 60 años abatir la pobreza extrema entre los mexicanos: BID

Claudia Herrera Beltrán Ť México dedica 0.18 por ciento de su producto interno bruto a programas para combatir la pobreza, cifra que queda lejos del 0.5 por ciento del PIB que se requiere para cerrar la brecha entre los sectores favorecidos y los marginados. Así, nuestro país se llevaría hasta 60 años en eliminar la pobreza extrema de 17 por ciento de su población, si mantiene un crecimiento del tres por ciento de su economía, afirmó ayer la directora de la Unidad Asesora sobre Pobreza y Desigualdad del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Nora Lusting.

En un seminario de análisis del Programa de Educación, Salud y Alimentación (Progresa), estrategia mexicana para combatir la pobreza, consideró que éste es positivo pero que se requiere evitar que las familias elegidas lleguen a gastar la tercera o cuarta parte de los recursos que reciben en transportarse a la comunidad donde les entregan la ayuda económica.

La representante del BID anunció que, a 18 meses de su inicio, Progresa está siendo evaluado por un instituto de Washington, por lo cual se va a convertir en el primer programa en el mundo de gran magnitud sujeto a una evaluación, y explicó que los resultados de este análisis se conocerán posiblemente el año próximo y que, de esa forma, el gobierno podrá hacer adecuaciones.

Ante especialistas en la materia que asistieron al seminario, organizado por el director del Progresa, José Gómez de León, Lusting afirmó que si bien en México durante la década de los noventa la pobreza ha permanecido en niveles estables, en algunas regiones, como las del sur y el sureste, se ha incrementado, sobre todo entre 1989 y 1992.

En el Centro de Investigaciones y Estudios Superiores de Antropología Social (CIESAS) estuvo a favor de que los sectores relacionados con el combate a la pobreza exijan que los recursos de estos programas sean protegidos y que la meta sea gastar 0.5 por ciento del PIB en esta materia, lo que ``no es una cifra imposible''.

Indicó que aun en el contexto de un presupuesto gubernamental bajo, a causa de la caída de los precios del petróleo, nuestro país tiene que darle prioridad a la política de lucha contra la pobreza, ya que necesitaría entre 40 y 60 años, es decir dos o tres generaciones, para que desaparezca la población en pobreza extrema.

Los datos de 1994, poco modificados desde entonces, dijo, señalan que 30 por ciento de los mexicanos se ubica en el rango de pobreza moderada y 17 por ciento en el de extrema; estos últimos son los que tienen ingresos inferiores a los dos dólares al día.

Para Lusting, se deben hacer ajustes en la operación del Progresa, a fin de que las mujeres no gasten una importante proporción de la ayuda económica en transportarse al lugar donde la reciben; se eviten engaños y errores en la dotación de los recursos; que la comunidad vigile el funcionamiento de la infraestructura, e ir desapareciendo el encono que hay entre las familias beneficiadas con el programa y las que no tienen ayuda.

También, señaló que es necesario plantear que ese programa tenga una función más elástica, en términos de dar una protección social a los pobres, porque cuando disminuye el ingreso de las familias pueden bajar sus niveles económicos y hacerse más pobres.

Al defender los programas focalizados, dijo que en el peor de los escenarios, el Progresa puede no generar cambios en las nuevas generaciones, ya sea porque los niños aprendan poco o porque deserten de la escuela por diversos motivos. Sin embargo, señaló que sí representa un alivio de la pobreza en el presente.

Sobre las críticas en contra de los programas de combate a la pobreza, en el sentido de que provocan la estigmatización de un grupo de la población, dijo que esta estrategia de focalización es la única alternativa que queda en épocas de presupuestos bajos.

Reconoció que estos programas tienen la desventaja de que llegan a las comunidades más pobres, y cuesta mucho trabajo focalizar más para ubicar a los marginados de las ciudades con mejores niveles de vida.