El Haragán: Ƒflojo yo?; he vendido un millón de discos

* La calle, su refugio natural

* Triunfar ahora, en plena juventud, su finalidad

* Uno mismo debe abrirse las puertas, dice

* La letra sencilla, la clave, afirma el autor de María

Chava Rock * Luis Antonio Alvarez Martínez es El Haragán, popular personaje de la escena rockera que ha encontrado refugio en su hábitat natural: la calle. El cantautor se dio a conocer en muy poco tiempo y se calcula que la venta de sus discos se acerca al millón de copias. Tan sólo de su primera producción, Valedores juveniles, su disquera reporta aproximadamente 400 mil discos vendidos. El Haragán ha grabado cuatro álbumes con su banda y dos en plan solista, en Denver.

Es común que este músico cierre las denominadas tocadas para la banda, esos maratónicos festivales que cada fin de semana se realizan en distintos salones y bodegas de la ciudad de México y área metropolitana.

Luis Antonio es aún muy joven, de escasos 30 años, casado desde hace casi seis y padre de un niño de 5. Dice que en este momento desea recibir el reconocimiento a su carrera; "no quiero que tengan que pasar 20 o 30 años para que valoren mi trabajo; quiero que sea ahora que estoy joven y que tengo muchas fuerzas para trabajar".

La imagen de El Haragán es típica del chavo banda: delgado, de pelo largo ondulado, viste por lo general de pantalón de mezclilla, siempre luce una sonrisa y su carisma hace que firme constantemente autógrafos. Es el menor de seis hermanos, sus familiares cercanos lo consideran como un hombre honesto, tranquilo, noble, melancólico. A edad temprana descubrió su gusto por escribir canciones, cuando tenía 10 años. Terminó la preparatoria y cursó estudios básicos de música, pero fue el roncanrol lo que le jaló hacia este lado. El Haragán muestra una imagen tranquila, serena, y un dejo de tristeza cuando recuerda que sus padres fallecieron hace poco, cuando grababa su nuevo álbum.

Su popularidad no es gratuita. Su grupo es de los pocos en el país que se han preocupado por no estancarse. Sus presentaciones son en lugares sumamente distintos y ha alternado con el veterano sonido Polymarchs. "Ahí podemos tocar para gente que le da miedo ir a los conciertos, a ellos les gusta la música disco, pero también se identifican con alguna de mis canciones". También ha actuado en foros más elitistas, digamos, como Rockotitlán. "Ahí va otro tipo de chavos que no ves en las tocadas, son otras chavas pero que igual se prenden con nuestras rolas". Su casa viene a ser lo que se sigue conociendo como hoyos fonqui.

Su desarrollo musical lo ha hecho básicamente sin el apoyo de los medios de comunicación; no obstante, su trabajo lo ha llevado a varias ciudades de Estados Unidos, donde se distribuye su material, "pues hay mucha banda mexicana allá que se prende con lo que los representa". Haragán y Compañía grabó recientemente su nuevo álbum, En algún lugar en el cielo, que fue aderezado por notables invitados: Jorge Cox Gaytán (actual violinista de La Barranca); Cutberto Pérez (del Mariachi 2000, el mismo que acompaña a Luis Miguel) intervino en un corte, además de otros conocidos músicos. Todos ellos bajo la producción de José Luis Domínguez (lirero de cabecera de Cecilia Toussaint).

Acomodados en un balcón frente a la plaza Garibaldi, arriba del México Típico, El Haragán, de hablar pausado y mirada serena, reflexiona sobre la situación del rock en México.

--ƑNo crees que es una discriminación que mucha gente piensa que el rock mexicano es sólo el que está en las disqueras trasnacionales?

--Desde hace muchos años estamos luchando porque no sea así. Por ejemplo, recuerda que Lora no era reconocido, empezó a serlo hace como 13, 14 años, pero el Three Souls tocaba en cualquier terreno, con un escenario improvisado y dos bocinas. No iba mucha gente a sus conciertos; además, existía la represión policiaca. Eso ha cambiado porque uno mismo tiene que abrir puertas y se necesita creer en lo que uno hace. A los grupos de este lado nos han tratado mal, no nos han reconocido; aunque, la verdad, el único reconocimiento que vale es el de la banda. No necesito más. Pero sí hay gente que piensa que el rock mexicano es sólo La Lupita, Maldita Vecindad... y todos ésos. He tocado con ellos y, como en todo, hay unos que tocan bien y otros que tocan de la chingada y creen que ellos son el rock mexicano. Por eso piensan que son los indicados para abrir los conciertos de los grupos extranjeros. Creo que tienen que ver mucho las relaciones que pueda tener tu oficina de representación, tu disquera. Muchas veces entras a los medios sólo por el peso y organización de una compañía de discos.

--En una previa rueda de prensa, Octavio Aguilera, director de Denver, confirmó que el primer disco de la banda lleva 400 mil copias vendidas. Son datos que no son comprobables, pero quizá pueden ser más. Ƒno?

--Una vez nos sentamos a platicar y me dijo que entre todos los discos (cinco) llegaba al millón. Por eso me llama la atención que a los grupos que venden cien mil les hagan su fiesta y les den disco de oro. Nosotros, estoy seguro, es lo primero que vamos a vender. Ahora, si nos hicieran promoción en la tele y en la radio, venderíamos 300 mil de un madrazo.

Mientras se desarrolla la entrevista, algunos admiradores solicitan el típico autógrafo, uno de los que se acercan le dice: soy un punk, pero la neta me laten tus rolas.

--ƑA qué se deberá ese interés de la gente hacia tus canciones? ƑPor qué se identifica con ellas?

--Por sentimiento. Lo que hago es música sencilla. También por la forma directa de decir las cosas, sin palabras rebuscadas, sin clavarme en metáforas ni alucinaciones (...) Igual pasa con gente que le gustan ondas más fresonas. La letra sencilla es la clave.

Esto es: rock que se comparte.