Adelfo Regino Montes
La consulta en Oaxaca

Han pasado dos meses después del Encuentro entre la Sociedad Civil y el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), y la Consulta Nacional por el Reconocimiento Constitucional de los Derechos de los Pueblos Indígenas y por el fin de la Guerra de Exterminio empieza a permear amplios sectores de la vida nacional. En este marco lo destacable es que este ejercicio democrático comienza a tener eco y fuerza desde las entidades federativas y regiones diversas de nuestro país.

En Oaxaca, la Consulta Nacional ha desatado un proceso de movilización civil en el que se están involucrando diferentes actores de la vida social y política de la entidad. Entre otros podemos mencionar a la sociedad civil organizada en torno de los sindicatos, de la Iglesia católica, de corrientes específicas de los partidos políticos, de organismos civiles y sociales no gubernamentales, así como de ciudadanos y ciudadanas con un trabajo y compromiso a favor de la paz y la democracia.

En este sentido, para posibilitar la coordinación de los esfuerzos en el plano estatal se decidió convocar a un primer Encuentro Estatal por la Consulta, en diciembre pasado, con el objeto de empezar a discutir las formas de promoción y difusión de la misma, de tal modo que la información pudiese llegar a los rincones más apartados de nuestro estado. Esto ha sido de hecho una de las preocupaciones constantes dado que en Oaxaca hay 570 municipios, en muchos de los cuales existen grandes dificultades para agilizar la información por falta de vías terrestres de comunicación y sistema de telefonía rural.

Conscientes del reto, desde entonces se hizo un llamado a las organizaciones regionales y a autoridades municipales y comunales para empezar a realizar encuentros regionales, ``a fin de bajar la información y hacer los compromisos organizativos necesarios para impulsar la Consulta''. También se decidió crear un Comité de Enlace Estatal para que los interesados tuvieran una comunicación permanente y eficientar las actividades de promoción y difusión de la Consulta. A la par, y dada la diversidad étnica y cultural de Oaxaca, los participantes en este primer encuentro acordaron que una consulta incluyente significaba aceptar en el discurso y en los hechos los diversos métodos de emisión del voto ciudadano. Lo anterior tendrá que definirse bajo la decisión de los municipios y comunidades, y en donde las circunstancias locales de convivencia y armonía así lo permitan.

Así, hoy día, al revisar la información y los datos recabados en un segundo Encuentro Estatal, constatamos una cobertura en 248 municipios distribuidos en las diversas regiones y pueblos de Oaxaca. Esto muestra la enorme importancia de continuar profundizando la información en los 322 municipios restantes mediante muy diversas formas.

De entrada se ha planteado una serie de Encuentros en las regiones de la Cañada, Mixteca, Papaloapan, Costa, y también se ha emitido un llamado a las organizaciones del istmo, a fin de que haya una articulación regional que permita un trabajo coordinado y armónico. En estos encuentros los ciudadanos y ciudadanas habrán de discutir las estrategias concretas que permitan cubrir los municipios que aún no tienen información, lo cual permitirá vislumbrar las formas de organización tanto de la gira zapatista como de la realización de la consulta para el 21 de marzo.

Y esta labor de hormiga --que a juicio de muchos puede parecer insignificante-- empieza a articular y armonizar de manera seria, un conjunto de esfuerzos de la sociedad oaxaqueña por buscar una forma de organización y convivencia distinta a las estructuras actuales de poder. Hasta hoy, los encuentros se han convertido en espacios colectivos de decisión que han permitido construir consensos y generar acciones comunes. Aunado a lo anterior, hay una Comisión de Enlace cuyo mandato es facilitar la información y hacer eficaz la labor de promoción, pero no representa a nadie ni tiene capacidad de decisión.

Así, con la iniciativa zapatista se empieza a construir un tejido social que está madurando en el plano estatal un nuevo tipo de hacer política que por cientos de años había estado oculto en el seno de nuestros pueblos indígenas; un tipo de política que apuesta a la construcción colectiva de la esperanza; un tipo de política que busca servir sin distingos ni privilegios; un tipo de política que tiene como afán último la felicidad individual y colectiva de nuestras sociedades.