Documental de Nettie Wild; se exhibe en Estados Unidos


Un lugar llamado Chiapas, película testimonio; drama y narración

Lynn Fainchtein, Miami n La cineasta Nettie Wild se metió a la selva, como muchos, para observar desde que inició la lucha de los zapatistas. Durante ocho meses esta canadiense se armó de valor, aguantó duro y tupido todo lo que vio, lo asimiló y logró un muy buen documental-película que ahora está exhibiéndose en gringolandia, bajo el nombre de A place called Chiapas (Un lugar llamado Chiapas).

Durante la exhibición no solamente puede uno, como espectador, comprobar todo lo que ya conocemos, sino compenetrarse aún más con la historia de por sí complicada de lo que sucede en esos lares. A Nettie le salió muy bien su documental-película, pues logra explicar los personajes y su ubicación en el tablero.

La historia está construida como drama; por lo tanto, no da flojera verla ni es un choro enorme. En hora y media la narración gira en torno a varios personajes: una mujer zapatista, una comunidad refugiada, dos hombres que no pueden regresar con su familia por temor a que los maten, Zedillo dando el grito en el Zócalo, políticos filmados a distancia con un gran lente, observando al pueblo. Muy bonitos vestidos, paramilitares cuestionados por agandallar las tierras de los chiapanecos, Marcos de lejos y de cerca, como siempre con frases gloriosas, Javier Elorriaga recomendándose paciencia y explicando cuán estúpido sería perderla, Samuel Ruiz tratando sin duda de dejar claro lo que todavía no queda claro, ganaderos objetando los resultados de los beneficios del manejo de las tierras desde que fueron "recuperadas" por los indígenas, militares con cara de susto y muy machines, paramilitares aún más machines y más asustados, material fílmico muy interesante, Zapata en pleno. Nettie se informó lo suficiente como para tratar el tema a fondo, bien y con conocimiento de causa.

Durante los ocho meses cruciales del conflicto entre 1995 y 1996, esta mujer capta con sus ojos de extranjera una serie de eventos relevantes, los ordena y logra una gran cronología y testimonio que merece ser visto.

A place called Chiapas brinca algunos de éstos, de acuerdo con Jason, quien al final de la película establece un diálogo con el público asistente y explica que dado que hay un chingo de gente en EUA que pertenece a distintas organizaciones que están enviando ayuda a Chiapas, actualiza cierta informacion relevante al conflicto; él pertenece a una agrupación llamada México Solidarity Network, que recauda dinero para los refugiados. Los recursos van directamente a la diócesis de San Cristóbal y de ahí a las comunidades, en la cajita que pasa, al término de la exhibición. Además de pedirte que cooperes y recomiendes a tus amigos la película, en un panfleto se explica lo que esta organización hace y enlista a más de 75 organizaciones en todo el país dedicadas a buscar ayuda para los chiapanecos.

Es muy raro ver este documental/película aquí, en el gabacho, ver la reacción de la gente, remover mi propia historia, recordar mis viajes a esas tierras y sin duda cuestionarme qué carajos hacemos yo y todos los mexicanos por esa gente que vive no sólo jodida, sino esclavizada, ultrajada, amenazada, asustada y, sobre todo, abandonada por todos. Me avergüenza contestarme: nada.

Nettie filmó y ganó el Genie Award al mejor documental en Canadá durante 1998; realizó A rustling of leaves: inside the philippine revolution (1989) y Blockade (1993).

Hartford, Connecticut: Real Artways Cinema, marzo 24-30.

Louisville, Kentucky: Baxter Theatre, marzo 26-abril 1.

Minneapolis: finales de marzo.

Los Angeles: Laemmle Monica 4-plex, abril 2-8.

San Diego: Ken Cinema, abril 30-mayo 6.

Austin: abril 9-abierto.

Seattle: Egyptian Theatre, abril 23-29.

Chicago: Chicago Art Institute, mayo 14-20.

Fort Wayne: junio 4-7.

San Francisco: Castro Cinema, junio 10-16.

Berkeley: UC Theatre, junio 20-22.