n Llama a acotar el "presidencialismo autoritario"


Luis Felipe Bravo Mena, nuevo presidente nacional del PAN

Juan Manuel Venegas n Luis Felipe Bravo Mena es, desde ayer, el nuevo presidente del Partido Acción Nacional (PAN) y apenas tomó protesta del cargo anunció que el blanquiazul empieza ya su campaña para los comicios presidenciales del 2000, y convocó a las fuerzas políticas a dar un renovado impulso a la transición democrática, "a través de estrategias propias y en las convergencias que sea posible para cerrarle el margen a los nuevos instrumentos del fraude como son la compra del voto y los gastos excesivos de campañas" del PRI.

Llamó a acotar los espacios del "presidencialismo autoritario" que hoy está marcando peligrosas señales de regresión. "Nos vamos a esforzar por darle un nuevo impulso a la transición democrática con trabajo político, con presión cívico-política, pero también con un diálogo abierto con todas las fuerzas, incluido el régimen", con el que Acción Nacional "mantendrá una relación respetuosa, pero en la que tendrá que haber cumplimiento de la palabra dada".

Bravo Mena ganó holgadamente el proceso interno de sucesión panista: de los 266 consejeros nacionales, 181 votaron por él; 83 por su contrincante, Ricardo García Cervantes y hubo dos abstenciones.

Al final "se desplomó la propuesta de García Cervantes", confío el ex gobernador de Baja California, Ernesto Ruffo Appel, uno de los 10 consejeros panistas que firmaron su respaldo al perdedor de la contienda de ayer. La diferencia, "fue fácil de hacer notar: en su discurso, Bravo dijo lo que se quería escuchar, habló del partido del futuro y de cómo abrirlo a la sociedad".

Los discursos propios (que se acordó no hacerlos públicos) marcaron la distancia final. Poco influyeron en el ánimo de los consejeros panistas, las presentaciones que de García Cervantes hizo el alcalde de Torreón, Jorge Zermeño Infante, y de Bravo Mena, la consejera por Michoacán, Esperanza Moreno Borja. Ninguno recurrió a las "figuras" del panismo, apostaron todo a su individual capacidad de propuesta y convencimiento.

La etapa difícil está pasando: Calderón

La sesión del Consejo Nacional panista se inició con un mensaje del presidente saliente, Felipe Calderón Hinojosa, quien advirtió que los "tiempos difíciles" que vivió el panismo en los últimos tres años "están pasando".

Dijo que su partido se ha fortalecido como la segunda fuerza electoral del país. "Aun con sus altibajos, las encuestas electorales muestran al partido en una posición competitiva, en una banda que oscila entre 28 y 32 por ciento de la votación nacional, muy por encima del PRD, que va a la baja. Los cambios que había que hacer a las estructuras del partido, con sus costos, se han hecho ya, y las experiencias electorales (las derrotas en Chihuahua y el Distrito Federal) han acicateado a una militancia que se prepara para la mayor contienda".

Sobre el tema electoral y el freno que sufrieron las expectativas panistas en los tres años de su gestión, Calderón explicó: "en 1995 el partido tuvo un auge explicable por el buen trabajo que se hizo, pero también, en parte porque habiendo sido la segunda opción en las elecciones presidenciales de 1994, la decepción por las torpezas cometidas por el gobierno de (Ernesto) Zedillo dejó al partido en un gran posicionamiento político en medio de la peor crisis y recesión económica de que se hubiese tenido registro".

En los últimos dos años el crecimiento no ha sido tan significativo, pero "a pesar de ello, hoy es más gobierno a nivel estatal y municipal y tiene más poder a nivel legislativo".

Habló también de la tan cuestionada participación del PAN en el rescate bancario, "que fue la decisión política más importantes en la historia del partido".

Para Calderón, la "encrucijada" era clara e "ineludible". No hubo de otra ųexpusoų "o asumíamos los riesgos inherentes o el país perdería la oportunidad de reconstruir en un futuro cercano su vida económica..."

Otros "logros" que el ahora ex dirigente enumeró ante el Consejo del albiazul, fueron el incremento en los recursos que se distribuirán a los municipios de todo el país; la reforma política de 1996 que terminó con la sobre-representación de un solo partido en la Cámara de Diputados y "el establecimiento" de un Instituto Federal Electoral "plenamente ciudadano que abre la posibilidad de contar con elecciones transparentes en el 2000".

Primer mensaje

El sucesor de Calderón, Luis Felipe Bravo Mena, por su parte, al dar su primer mensaje como dirigente del panismo nacional alertó sobre la regresión que se está dando en el país. "Estamos de regreso a visiones de presidencialismo", dijo, ante lo cual buscará converger con todas las fuerzas políticas del país para "cerrar el margen a los instrumentos de fraude" que persisten.

La transición en México "ha perdido impulso", dijo y puso como ejemplo el acto del 70 aniversario del PRI, donde se evidenció "el regreso del presidencialismo autoritario, en el que el presidente de la República asume la jefatura de Estado, la jefatura de gobierno, la jefatura de un partido (el PRI) y la jefatura del Ejército.

Por otra parte, para el panismo, tuvo un mensaje claro de lo que será la apertura que busca del partido: sí habrá Asamblea Nacional para ratificar las modificaciones estatutarias que permitirán a los militantes ųactivos y adherentesų participar en la elección de su candidato presidencial. Todos, señaló, se involucrarán en la campaña.

Refrendó su compromiso de iniciar en lo inmediato el debate interno para definir la postura de Acción Nacional en torno a la posible alianza electoral con otros partidos.

La sesión del Consejo Nacional del PAN continuará este domingo, con el debate para la integración del Comité Ejecutivo que acompañará a Bravo Mena.


n El PAN no debe ser el partido de Fox: Medina


Con el triunfo de Bravo Mena se imponen los neopanistas

Elena Gallegos n En una sesión que transcurrió sin sobresaltos y en cuyo marco Vicente Fox y Diego Fernández de Cevallos disputaron reflectores, Luis Felipe Bravo Mena amarró la presidencia de su partido en la primera ronda de votaciones, con un discurso ųcitó lo mismo a Adolfo Christlieb y Efraín González Morfín que a Manuel J. Clouthier, y no descartó la posibilidad de alianzasų que logró conciliar "la doctrina y la praxis" entre las que se debate el PAN desde hace más de una década.

Sin embargo, para quienes todavía representan a la más pura estirpe de la vena doctrinaria, este triunfo sólo vino a reflejar la avasalladora marcha de los neopanistas: "Ayer sólo ganaban elecciones, ahora... šya tienen también al partido!"

Pero puesto en el horizonte el 2000, una buena parte de los consejeros decidió tomar en prenda la "consistencia ideológica" de Bravo Mena ųa pesar de sus orígenesų, a cambio de que éste les garantice que "Vicente Fox se convierta en el candidato del PAN y no el PAN en el partido de Vicente Fox" como definió más tarde Carlos Medina Plascencia.

Para el registro, la elección de ayer fue una de las más holgadas de las que se tenga memoria en el PAN. Bravo Mena obtuvo 181 votos ųtres más del mínimo que marca el estatutoų y Ricardo García Cervantes alcanzó 83. Sólo dos de los consejeros prefirieron abstenerse.

A pesar de la diferencia, decenas de panistas aguardaron al perdedor. Una larga valla y un buen número de abrazos y palmadas acompañó la salida de García Cervantes, quien desde que se metió al salón había adelantado que "con honor y con lealtad" a la institución reconocería el sentimiento de la mayoría de los consejeros. Así lo hizo. El grupo de Ernesto Ruffo hilaba, de esta manera, su segundo revés consecutivo en la pretensión de conducir los destinos del PAN.

Certeza de que Fox llegará solo a la convención para elegir al candidato

De paso quedó en el ambiente casi como una certeza que Fox ųcon sus botas y sus desplantesų llegará solo a la convención en la que Acción Nacional nominará a su candidato a la Presidencia.

Así, ese partido empatará su cumpleaños número sesenta (en septiembre próximo) teniendo como abanderado al más atípico de sus cuadros. Y es que también ayer, en todos los tonos, frente a los micrófonos y en privado, Diego Fernández de Cevallos ųpor cierto, el último en llegar a la reuniónų dijo, sostuvo, repitió, que esta vez no buscará la candidatura.

En el ínter, ambos se enzarzaron en un duelo verbal ųquienes llevaban y traían eran los reporterosų en torno a la necesidad de que se sopese la pertinencia de las alianzas "para echar al PRI del gobierno". Ocurrente como es, Fox calificó de jaladas las declaraciones que Diego hizo en ese sentido y luego le dio una repasada al PRI y "al dedillo chiquillo de Zedillo", así de corridito, en referencia al discurso del Presidente en el aniversario del PRI.

No pasó de ahí y cambiante como es también, el gobernador de Guanajuato varió totalmente sus afirmaciones mañaneras en contra de las alianzas y ya, por la tarde, dijo que a lo mejor sí, pero que dependía cómo.

Por la tarde, en el Gran Salón del Marriot del aeropuerto, en menos de tres horas la élite panista desahogó el octavo punto del orden del día: la elección del presidente del Consejo Ejecutivo Nacional. Esto se hizo en privado. Y son tan estrictos en eso los panistas ųaunque muchas voces reclaman ya más aperturaų que ni Felipe González, el gobernador de Aguascalientes, pudo entrar. Y es que no es ni panista, menos consejero. Por eso, nada más se dio una vuelta por el lobby del hotel para saludar a los cuates y luego se retiró.

Antes, los consejeros habían sancionado ya el informe de la dirección saliente. Con un largo, largo aplauso, le dijeron adiós a Felipe Calderón Hinojosa. El, a manera de despedida, les comentó que se iba con las alforjas llenas de afecto, "no hay en ellas lugar para el rencor, el resentimiento o los malos recuerdos".

Felipe no se quedaría ahí, remató esa parte de su discurso con un "pido perdón y perdono", para señalar después: "mañana, cuando pase la tormenta y se disipe el humo y el polvo de la escaramuza, se verá que el partido fue mejor". Felipe había explicado largamente el proceso que vivió el PAN durante su difícil gestión, cómo los triunfos encadenados y los errores de Zedillo crearon en la militancia "la falsa expectativa ųparafraseando a la vieja izquierdaų de que la victoria era moralmente inevitable" y cómo los panistas tuvieron que asumir su nuevo rol ya siendo gobierno.

Para Calderón el retroceso tocó piso y hoy el PAN se prepara a vivir "una nueva, venturosa etapa".

Sus detractores, quienes lo culparon de las últimas derrotas electorales, quienes le achacaron inexperiencia y lo culparon de los reveses en las Cámaras y de errores en el manejo del caso Fobaproa, se quedaron callados. Allí, acuerpados, los panistas dejaron atrás los cuestionamientos y prefirieron expresar su reconocimiento a los tres años de gestión de Calderón.

Para hacerlo aún más explícito, pidió la palabra Ernesto Ruffo, el hombre que ganó para Acción Nacional la primera gubernatura y quien fuera derrotado precisamente por Calderón, hace tres años. No habló desde su lugar como se acostumbra. Quiso subir al estrado para imprimirle mayor fuerza a sus palabras: "šVengo a reconocer el valor de Felipe. Lo hizo bien, estoy con él y quiero que se vaya con la conciencia tranquila!"

La noche del viernes y en un gesto que sorprendió al equipo de Calderón, Ruffo se presentó en el brindis que le ofrecían.

Pero esta tarde, en el Marriot y no obstante que se esparcía el rumor de que García Cervantes estaba cerrando muy fuerte ųel ex procurador Antonio Lozano Gracia y un número importante de alcaldes, legisladores y ex diputados estaban con élų, Bravo Mena no tardó en imponerse.

Antes de disponerse a emitir su voto en las urnas, los consejeros escucharon al alcalde de Torreón, Jorge Zermeño Infante, hacer la presentación de García Cervantes. A la michoacana Esperanza Morelos Borja le correspondió hacer lo propio con Bravo Mena. Luego, ambos dieron a conocer sus ofertas y sus posturas.

Esta parte del proceso es fundamental. Muchos de los consejeros pueden cambiar el sentido de su sufragio. Otros llegan a la reunión sin haberlo decidido. Y si bien quienes pudieron escucharlos aseguraron que ninguno de los discursos de los candidatos desmereció, quien "generó mayor confianza" fue Bravo Mena.

En la primera ronda de votaciones ųhubo elecciones que necesitaron tresų, el Consejo Nacional del PAN eligió. Sólo entonces se abrieron las puertas a las decenas de reporteros que esperaron en los pasillos ųy como no había nada que hacer, entrevistaron a Fox cada que éste pasaba por ahíų, quienes presenciaron la toma de protesta y escucharon las palabras del ganador, quien se dispuso así a encabezar a "šeste panismo con ganas de entrar a la batalla!"

Luis Felipe Bravo Mena dirigirá al PAN en la difícil coyuntura del 2000 y tendrá en sus manos afrontar el desafío de que Vicente Fox se convierta en el candidato de Acción Nacional y no Acción Nacional en el partido de Fox.