n El hombre, animal que se jugó la piel desnuda, dice


Pérez-Reverte: tener enemigos

permite conservar la lucidez

n ''Soy mortal y por eso camino con una saludable incertidumbre''

César Güemes/ II y última n El secreto literario de Arturo Pérez-Reverte se divide en dos partes: el respeto al lector y la patria compartida. El mismo lo explica llegado el momento. Además, sabe que ''estar con la incertidumbre es bueno''.

ųHa cumplido un anhelo de Verne, navegar por largos periodos a bordo de un barco propio y el resto del tiempo dedicarlo a escribir.

ųEs exactamente lo que hago y tengo suerte. Es decir, he salido vivo de 21 años de reportero de guerra, tengo los brazos y las piernas en su sitio y no cargo demasiados traumas. Me propuse vivir como quería, pudo haberme salido mal pero la conjunción de trabajo y de suerte dio por resultado mi existencia actual. Estoy satisfecho pero no me duermo porque la vida es muy perra y lo sé. Un día se despierta y me da un zarpazo cuando menos lo espere. Sé mejor que nadie que soy mortal y por eso camino con una saludable incertidumbre. Veo que todo va bien, las novelas se venden, navego por donde quiero, pero cada día me levanto y me pregunto: Ƒserá hoy cuando me dé la vida la puñalada?, Ƒes hoy cuando llega la sorpresa que tirará todo abajo? Estar con la incertidumbre es bueno.

ųExplique eso, por favor.

ųSí, mira, es como tener enemigos. El hombre que no tiene enemigos, o es muy estúpido o tiene muy mala suerte. Saber que hay alguien contrario a uno en la existencia te mantiene despierto. Eso te hace considerar qué error puedes cometer para que el otro lo aproveche. Así que procuras no cometerlo; el enemigo logra que estés lúcido, alerta. Un tipo sin enemigos es alguien que se confía y al final la vida lo dobla. Entonces, es bueno saber que algo te acecha a la vuelta de la esquina. Eso no quiere decir que nunca te va a sorprender, pero sí que al menos asumirás el asunto con resignación y hasta con estoicismo. Espero que cuando la vida me dé la puñalada, sabré soportar lo bastante bien como para no cambiar el gesto.

 

Abordar temas con dignidad

 

ųA diferencia de los escritores que hacen eso que se llama vida literaria, usted se enfrenta con frecuencia al mar y supongo que esto se refleja en la temática de sus novelas. No serían lo que son si no fuera marino.

ųSobre todo es la forma de entender la existencia, que para mí es navegación, aire en la cara, viajes. Ni como periodista ni como narrador ni como ser humano he podido quedarme quieto en un rincón. Siempre recuerdo algo que leí de pequeño, en un libro muy malo pero interesante que se llama El compromiso de la acción y decía que el animal que quiso estar protegido toda su vida es el molusco que ahora continúa en el fondo del mar, mientras que el animal que se jugó la piel desnuda abrió el camino que condujo al hombre.

''Pienso que eso es verdad: aventura es progreso, nadie avanza escondido en una trinchera o en el rincón de su estudio. Sólo enfrentándose al peligro se tiene la medida de lo que eres y de lo que son los demás.''

ųLuego de ser reportero de guerra 21 años, Ƒsiente que dejó de ser periodista?

ųTe aseguro que sí. Lo que no se puede es olvidar los reflejos mecánicos del asunto. El instinto no se olvida, pero se puede prescindir del impulso profesional del periodista. Te comunico que sí, para todos hay esperanza. Claro, no se puede evitar la lucidez extrema que da el haber sido reportero. Ya no me siento periodista, aunque conservo los reflejos.

ųEs muy explicable que la historia de Alatriste funcione bien en España y en Europa. ƑCómo se explica a sus lectores en México?

ųDel mismo modo que a los lectores que tengo en Estados Unidos: por algo que no sé del todo. A lo mejor lo que establece contacto es el mundo narrativo que propongo. Todo escritor lo hace, así hable de tangos o de espadachines o de policías y ladrones. El novelista de verdad está siempre detrás de su obra, los libros que produce lo reflejan. Quizá lo que interesa de mis novelas es el mundo libresco al que pertenecen. Y no lo digo por mí, sino porque veo que mi patria narrativa es compartida por un montón de lectores. Es decir, los libros que amo son los que aman muchas personas. Digamos que el lector reconoce en mi mundo narrativo algo que le es familiar y que aprecia. Esa es la explicación que me doy. Quizá son lectores que casi no han leído sino que han visto buen cine y buena televisión, y probablemente mis libros los remiten a su propia historia.

ųEs un grupo virtual, Arturo, y ahí está parte del secreto del buen recibimiento de sus libros.

ųAlgo así, es como una masonería. Creo que si una persona del territorio reconoce una señal, es como cuando un masón hace signos durante una comida para identificarse con alguien de los suyos. Eso pasa un poco en mis novelas, me imagino. Ando por un círculo de elementos narrativos que muchos lectores comparten. En vez de despreciarlos, como han hecho otros, yo los asumo y les he dado valor. Lo digo modestamente: abordo con dignidad y con respeto temas narrativos que otros autores trataron con desprecio.

(Este sábado en la Plaza Tolsá, a las 17 horas, Germán Dehesa ofrecerá el espectáculo Las menudas honras, con música de Antonio López, basado en la novela El sol de Breda ųAlfaguaraų y al cierre del mismo Pérez-Reverte conversará públicamente con Germán Dehesa y firmará ejemplares. Habrá que batirse, pues, como dice su capitán Alatriste.)