Masiosare, domingo 25 de abril de 1999


Líderes


Al borde de un
Primero de Mayo


Daniela Pastrana


Juntos, podrían hacer una historia del movimiento sindical del siglo (juntos suman 133 años como dirigentes). Elba Esther Gordillo, Francisco Hernández Juárez, Leonardo Rodríguez Alcaine y Alberto Juárez Blancas son, cada uno en lo suyo, los arquetipos del sindicalismo mexicano. Dirigen a millones de trabajadores con salarios pequeñitos y lo seguirán haciendo largo tiempo, porque no hay a la vista liderazgos de relevo

Aunque los cuatro son de diferentes épocas, todos son militantes priístas. Aunque todos son militantes priístas, se han peleado entre ellos más de una vez.

``Aprendiz de brujo'', llegó a decirle el cetemista al croquista, cuando Juárez Blancas definió la utilidad de las conferencias de prensa de Fidel Velázquez: ``Los lunes declara para que todos nos estemos riendo''.

Francisco Hernández Juárez y Elba Esther Gordillo caminaron juntos un tiempo, pero rompieron cuando el primero se fue por la ruta de una nueva central de trabajadores.

Al borde de otro Primero de Mayo, van los retratos de los líderes que irán a la cabeza de desfiles y marchas.

Aunque, otra vez, ya nadie se acuerde de la Nueva Cultura Laboral, ni de la democracia industrial, ni de las promesas de bienestar. Aunque la reforma laboral no vaya a ver la luz en este siglo, aunque los trabajadores sigan con sus salarios de miedo.


Elba Esther Gordillo
Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE)

A La Maestra le gusta gustar. Se considera ``intrínsecamente femenina'' y buena compradora. ¿Cómo se autodefine? ``Soy política. No me asumo como bebesaurio ni como dinosaurio ni como nada''. (El Financiero, 29 de marzo de 1998).

Años como dirigente sindical: 26.

Su último trabajo como maestra: 1973.

Tiempo que fue secretaria general del SNTE: 6 años.

Cargo actual: Vicepresidenta del Comité Nacional de Acción Política del SNTE.

Otros cargos:

Secretaria general de la Confederación Nacional de Organizaciones Populares del PRI, senadora, presidenta del Instituto de Estudios Educativos y Sindicales de América, secretaria general de la Confederación de Educadores de América, Vicepresidenta de la Internacional de Trabajadores de la Educación.

Aspiraciones frustradas (o no alcanzadas todavía): presidencia del Congreso del Trabajo.

Presidencia -o en su defecto, la secretaría general- del PRI.

Gubernatura de su natal Chiapas.

El estilo

Así la definen:
Polémica. Fuerte. Dura. Valiente. Astuta. Institucional. Ambiciosa. Conocedora de su sector. Hábil en las negociaciones.

El sindicalismo según ella

El nuevo sindicalismo debe ir acorde con la modernidad, ser incluyente y no de confrontación.

Como el hombre, los organismos que representan a los trabajadores tienen que cambiar y transformarse de cara a la globalización y a la llegada del nuevo milenio (1997).

La construcción de una lideresa

El impulso del ``líder vitalicio'' Carlos Jongitud Barrios le fue esencial (``A Elba yo la hice'', presumía el profesor y licenciado).

A la caída de Jonguitud, en 1989, Manuel Camacho operó su llegada a la secretaría general.

Promotora de un proyecto ``moderno y plural'' -que según sus adversarios es más demagogia que realidad-, aprovechó su liderazgo para ampliar su red de relaciones políticas, en su partido y fuera de él (por ejemplo, el grupo San Angel).

Entre sus adversarios están los maestros disidentes y Manuel Bartlett (con quien tuvo una ``relación tensa'' cuando él era secretario de Educación).

También tuvo choques con el secretario Ernesto Zedillo.

Pese a que no tiene un cargo propiamente sindical en su gremio, la profesora Gordillo sigue teniendo los hilos del SNTE, como se probó esta semana: fue ella quien destrabó el conflicto que durante ocho meses se vivió entre la sección 9 y la dirección nacional.

Dentro y fuera del sindicato magisterial coinciden en que Gordillo, y sólo ella, fue quien se empeñó en mantener la tensión con sus adversarios de la CNTE, y provocó así un movimiento que incluso llevó a la cárcel a cinco profesores.

El arreglo: 11 institucionales ingresaron a la directiva de la 9.

Como se ve, la maestra Gordillo se da tiempo de mantener el control en su sindicato, pese a sus ocupaciones como dirigente del sector popular del PRI.

En el aniversario luctuoso de Colosio, por ejemplo, encaró a Rodolfo Echeverría, quien había osado irrumpir en una reunión que era para José Antonio González Fernández, a la postre candidato único.

``Hay que cuidar las formas'', soltó el regaño la maestra.

Luego, en reciprocidad, González Fernández dijo que en la CNOP todo marchaba bien con Elba Esther.

¿Y cómo la ven?

``Una mujer de gran capacidad política... le corresponde realizar una labor difícil que es la unificación del gremio, le imprime un sentido diferente al anterior y adquiere un nivel incluso de carácter internacional''.

Manuel Bartlett.

``Es más que una líder sindical, ella hace política''.

Alejandra Barrales, líder del sindicato de sobrecargos.

``El discurso de pluralidad y su proyecto de sindicato se agotaron. Hoy nuevamente recurre a los viejos estilos de representación y a las viejas prácticas de control sindical''.

Noé García, del Comité Nacional de Vigilancia del SNTE.

``Parte del estilo de liderazgos del PRI de sectores. Su preferencia partidista por encima de otros intereses la ubica más en el ámbito político... Tiene un esfuerzo de entrar en el ámbito cultural''.

Carlos Abascal, ex presidente de la Coparmex

``A pesar de venir del mismo cuño de Jongitud, ha tratado de vincularse con gente que piensa bonito. Tiene un doble lenguaje. Trata de ser el prototipo del nuevo sindicalismo, pero su posición es la del gobierno''.

Ricardo Barco, asesor laboral.

``Tiene una visión más progresista... sin embargo, su actuación ha tenido intermitencias inexplicables''.

Ramón Pacheco, secretario del Exterior del SME.

``Los priístas no somos lo peor del país'' (1994).



Francisco Hernández JuárezUnión Nacional de Trabajadores (UNT) y Sindicato de Telefonistas de la República Mexicana (STRM)

Más conocido como Juárez o simplemente Pancho. Ha cargado la marca de ser el sindicalista favorito de Carlos Salinas. Sus aliados y sus enemigos le reconocen talento para mantener su imagen de líder de cambio.

Años como dirigente sindical: 23.

Su último trabajo como técnico telefonista: 1976

Tiempo que ha sido secretario general del Sindicato de Telefonistas de la República Mexicana (STRM): 23 años.

Número de reelecciones: cuatro.

Otros cargos: copresidente de la Unión Nacional de Trabajadores (UNT).

Año que termina su periodo: 2000.

Otros cargos: Presidente del Congreso del Trabajo en 1987.

Fundador de Federación de Sindicatos de Empresas de Bienes y Servicios (Fesebes).

Participante del foro El Sindicalismo ante la Nación.

Miembro del Consejo Político Nacional del PRI.

El estilo

Las definiciones sobre Hernández Juárez van desde ``neocharro y populista'' hasta ``moderno, mediatizador, con suficiente visión para adecuarse a las necesidades de cambio del sindicalismo''.

Sus ideas de

sindicalismo

La relación obrero-patronal debe estar basada en el impulso a la productividad en las empresas, que permita enfrentar la creciente competencia internacional.

En México la estructura sindical está hecha para un país que ya no existe. El marco jurídico laboral sólo favorece la intervención gubernamental para controlar al sindicalismo.

Tras 10 años de pactos los trabajadores están peor que nunca. El sindicalismo pasa por una etapa difícil que incluye la falta de credibilidad.

Maestros

y alianzas

Su historia sindical registra tres protectores fundamentales: Luis Echeverría, Fidel Velázquez y Carlos Salinas.

Al primero se lo presentó un intelectual de nombre Enrique Ruíz García, mejor conocido en esa época como Hernando Pacheco (luego firmaría como Juan María Alponte), cuando Juárez resultó electo para sustituir a Salustio Salgado, cacique del sindicato de telefonistas hasta 1976.

El segundo lo apoyó frente a los embates de Arsenio Farell -secretario del Trabajo de José López Portillo- en las huelgas de 1979 y 1980. La buena relación se mantuvo durante varios años, hasta que Hernández Juárez buscó la interlocución propia y directa con el Presidente de la República. El rompimiento con Fidel Velázquez ocurrió en pleno salinismo. Nunca se reconciliaron. (Juan S. Millán, hoy gobernador de Sinaloa, intentó juntarlos poco antes de la muerte del líder. Aceptaron, pero ya no hubo tiempo).

Su cercanía con Carlos Salinas, a quien le escribió el balance laboral del sexenio, le permitió negociar en buenos términos la modernización de Telmex (básicamente sin despidos).

¿Enemigos? En otros tiempos lo fue Adolfo Orive, actual coordinador de asesores de la Secretaría de Gobernación, a cuyo grupo expulsó del sindicato. De forma más reciente chocó con la profesora Elba Esther Gordillo, lo que produjo la ruptura en el foro El Sindicalismo ante la Nación.

Retrato del líder de la ``única vez''>/font>

El 31 de enero Hernández Juárez solicitó ante el IFE el registro para una nueva agrupación política: Movimiento Social de los Trabajadores (MST). Llevaba 15 mil firmas, la mayoría de telefonistas.

En el artículo 31 de sus estatutos, la organización establece:

``...Queda facultado el Consejo Nacional del MST para que, según los acuerdos que en su momento se logren con algún partido político, convoque a los órganos de la agrupación para decidir las modalidades de su participación en las elecciones...''

Apenas en agosto 1997 había creado la UNT con la bandera ``de la democratización del movimiento obrero y la independencia respecto a los partidos políticos''.

Y en diciembre de 1998, miles de afiliados a la UNT suspendieron labores en forma parcial y escalonada en rechazo al paquete económico del Ejecutivo.

Polémico, Hernández Juárez ha sido criticado por sus relaciones con los grupos de poder.

``Juárez nunca ha querido jugar de frente, pero no ha tenido de otra'', dice un antiguo colaborador.

En 1979, luego de tres años de gestión, Hernández Juárez fue ratificado por la asamblea.

En el acta quedó establecido: ``Por esta única vez, sin que sea precedente, se permite la relección''.

Cada tres años, se repite la excepción.

Juárez en otras voces

``Es el representante de la alternativa sindical''.

Alejandra Barrales, líder de sobrecargos, integrante de la UNT.

``Un modelo sindical que representa una alternativa interesante... a veces le gana la ideología sobre los intereses reales de sus agremiados''.

Carlos Abascal, ex presidente de Coparmex.

``Una expresión muy diferente al sindicalismo tradicional que ha sabido adaptarse a los tiempos''.

Ramón Pacheco, secretario del exterior del SME.

``Un gran líder, exitoso''.

Manuel Bartlett.

``Pieza clave para el proyecto de privatización de Telmex. Peca de protagonismo''.

Paul Bernardo Díaz, asesor de la Comisión de Protección al Empleo de la ALDF.

``El instrumento de (Carlos) Salinas para desincorporar a teléfonos de México y ajustarse a los tiempos neoliberales. Como Elba Esther (Gordillo), un bebesaurio moderno''.

Ricardo Barco, asesor laboral.

"Con el gobierno del presidente Ernesto Zedillo ni siquiera hay opción de diálogo". (Diciembre de 1998)



Leonardo Rodríguez Alcaine Confederación de Trabajadores de México (CTM)

Le dicen Periquín por su lengua suelta, o La Güera, apodo que rechaza: ``Aunque lo duden -dice- soy muy macho''. Presume de ser ``puro obrero'', pues festeja su cumpleaños el 1o. de mayo (la próxima semana cumple 80 años).

Años como dirigente sindical: 61 (fundador del Sindicato Nacional de Electricistas Federales).

Su último trabajo antes de ser líder (mozo de la oficina de cartografía): en 1941.

Tiempo que ha sido secretario general del SUTERM: 24 años.

Cargos actuales: secretario general de la CTM (junio de 1997) y presidente del Congreso del Trabajo.

Año que termina su periodo: 2002.

Otros cargos: tres veces diputado federal y dos senador.

El estilo

Lo definen sus opositores: ``Representante del charrismo más tradicional. Rígido. Líder institucional, del viejo estilo de sometimiento al presidencialismo. Vertical. Totalitario''.

Sus ideas de sindicalismo y democracia

El sindicalismo sigue siendo el arma más poderosa de defensa de los trabajadores; tiene la responsabilidad de mantener la estabilidad en el país.

Aún no hay un sindicalismo en el nuevo mundo, lo que hay es una evolución del sindicalismo en los cánones que existen.

¿Democracia? ¿Cuál? Lo que ocurrió el pasado 6 de julio en el DF no es democracia. En primer lugar, creo que muy pocos la conocen, ni siquiera yo. (La Jornada, 28 de julio de 1997)

Maestros y alianzas

Hizo su carrera a la sombra de dos hombres fuertes: Francisco Pérez Ríos (dirigente del grupo oficialista del sindicato de electricistas, fallecido en marzo de 1975) y Fidel Velázquez.

Al primero lo sucedió en la secretaria general del SUTERM, luego de apoyarlo para acabar -a punta de balazos- con la Tendencia Democrática de Rafael Galván.

Al segundo le entregó 22 años de obediencia. El mismo cuenta cómo se allegó a Fidel: ``Teniendo lealtad al hombre como hombre y al líder como líder''.

Rodríguez Alcaine fue ungido líder de la CTM tras la muerte de Velázquez (junio de 1997). Pese a los augurios de que duraría poco tiempo al frente de la central obrera, se ha mantenido gracias a las alianzas que ha logrado con algunos dirigentes, como Nezahualcóyotl de la Vega, del sindicato de radio y televisión, y Carlos Romero Deschamps, de los petroleros. Y, claro, a su obediencia de las órdenes gubernamentales.

Retrato de un líder

``Los cambios constitucionales permitirán al SUTERM dar la bienvenida a la iniciativa privada con los brazos abiertos''.

Rodríguez Alcaine definió así su posición ante la privatización del sector, durante la toma posesión de Alfredo Elías Ayub como director de la Comisión Federal del Electricidad, una semana antes de que la iniciativa presidencial llegara al Congreso de la Unión.

Un mes más tarde, fiel a su rasgo de contradecirse sin inmutarse, Rodríguez Alcaine dijo: ``La iniciativa debe estudiarse y consensarse antes de discutirse en la Cámara''.

Para entonces, el independiente Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) había iniciado sus movilizaciones y anunciado su retirada del Congreso del Trabajo. Además, la proverbial disciplina del SUTERM se rompía: el lunes 19 de abril La Güera fue abucheado en una reunión de su propio gremio y por esos días cientos de electricistas de Chiapas -también afiliados a su sindicato- marcharon en Tuxtla Gutiérrez contra la privatización.

Dicharachero, lépero, cantinflesco, Leonardo Rodríguez Alcaine no ha podido llenar ni la punta de los zapatos de su antecesor.

A la muerte de Fidel Velázquez, los caricaturistas pensaron que se habían perdido al personaje obrero por excelencia y que nada sería igual. Se equivocaron. Gracias a sus frases, Rodríguez Alcaine les ha regalado centenares de cartones.

Su escena emblemática: el 9 de septiembre de 1997, al salir de Los Pinos, Rodríguez Alcaine anunció su apoyo a Mariano Palacios Alcocer para la presidencia del PRI.

-¿Le dieron línea aquí, señor? -pregunta un reportero.

-Me dieron una hermana de usted, compañero. A mí no me da nadie línea, simplemente tenía que consultarlo con mis compañeros.

Aunque poco le han podido comprobar, sus detractores lo consideran un líder enriquecido por medio de los contratos de obra con la CFE.

Las denuncias lo ubican como dueño de hoteles, constructoras, aviones y colecciones de autos, además de defraudador del Banco Obrero.

El 17 de mayo de 1989, en un desplegado público que fue fotocopiado y distribuido en las oficinas de la CFE, sus detractores enumeraban algunas de sus propiedades, las cuales estarían a nombre de su hermano Oscar. En el listado destacaba un rancho en Texcoco, en el cual el dirigente tendría una extravagante colección de leones, tigres, guacamayas y caballos pura sangre.

La Guera

desde afuera

``Una expresión de un núcleo sindical que corresponde a otras circunstancias históricas y a otra época del país''.

Ramón Pacheco, secretario del exterior del SME.

``Parte de un liderazgo tradicional que condujo a las organizaciones obreras durante muchos años. Líder del sector eléctrico en circunstancias delicadas... que sabe manejar con sus virtudes de siempre: lealtad y disciplina''.

Manuel Bartlett, precandidato presidencial.

``Un mecanismo de control importante del PRI y, por contra, que representó cierta armonía... En los últimos años se han visto caminos abiertos para una nueva relación''.

Carlos Abascal, ex presidente de Coparmex.

``Estructuras purulentas. No son organizaciones sindicales, sino apéndices del gobierno''.

Ricardo Barco, asesor laboral.

``Es... muy viejo''.

Alejandra Barrales, dirigente de la Asociación Sindical de Sobrecargos de Aviación.

``Los trabajadores ahorita vivimos en condiciones de parias... Yo creo que el mínimo debería ser mínimo de tres

mínimos'' (septiembre 1997, antes de abordar su BMW).



Alberto Juárez BlancasConfederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos (CROC)

Cuando el líder de la Croc llega a una asamblea de delegados es costumbre que alguien anuncie: ``Viene Juárez Blancas''.

Entonces, todos se paran y aplauden.

Años como dirigente sindical: 23.

Su último trabajo como mesero: 1976.

Tiempo que ha sido líder de la Croc: 19 años.

Relecciones: tres.

Cargos: ha sido diputado federal y senador

Rasgos de su personalidad política

Las definiciones van desde represivo, mafioso y servil, hasta flexible, inteligente y defensor de sus agremiados.

Ideas sobre

el sindicalismo

Los dirigentes deben estar con la gente, no sólo en actos masivos (febrero de 1998).

Maestros

y alianzas:

Juárez Blancas -quien llegó a la secretaría general de la Croc propuesto para un año por la delegación del DF- tuvo como padrino a Arsenio Farell Cubillas.

``La Croc está llamada a ser la vanguardia del proletariado'', dijo en 1984 el entonces secretario del Trabajo.

La consentida de Farell -quien le concedió contratos y facilidades-, se ganó así la enemistad histórica con la CTM.

Retrato

En enero de 1998, la Croc anunció su apoyo a Manuel Bartlett, todavía gobernador de Puebla, para la candidatura a la Presidencia de la República, al asegurar que ``es el único que tiene experiencia y vocación''.

Palabras similares había expresado un mes antes Mario Villanueva, cuando dijo: ``En el gabinete, la caballada está flaca''.

Por esas fechas, el propio Bartlett -hoy en activa campaña por la candidatura- se deslindó del destape croquista.

Y después, Juárez Blancas arremetió contra Mariano Palacios Alcocer: ``Si el dirigente nacional de mi partido quiere entregar el poder, va por el mejor camino'', declaró.

No fue la primera vez que el dirigente se saltaba las reglas.

Años atrás se unió a los sindicalistas independientes para defender la Ley Federal del Trabajo y pidió la destitución de Javier Bonilla como secretario del Trabajo.

En 1995 aseguró que sus huestes marcharían el 1o. de mayo, a pesar de las instrucciones de Fidel Velázquez. No lo hicieron.

Al interior de la organización, Juárez Blancas se ha distinguido por sus prácticas represivas.

En marzo de 1996, 800 golpeadores de la confederación cercaron el comité estatal de Cancún para destituir a la dirigencia. Con el apoyo de 400 elementos del grupo antimotines derribaron las puertas de la sede estatal.

El saldo del enfrentamiento fue de 60 heridos, seis de gravedad.

Salvador Ramos Bustamante -quien trabajó de mesero con Juárez Blancas- se había enemistado con el gobernador y el líder croquista... y pagó su pecado con la persecución y la cárcel.

Juárez Blancas, a examen

``Es una gente que ya no está pensando bien, que anda distraído y provocando al sistema. Lo bueno son sus primeros años. Lo malo es que acabó con la unidad con sus prácticas represivas''.

Raúl Pego, secretario general de la Nueva Croc.

``Un gran líder que ha demostrado una gran perspectiva de la política''.

Manuel Bartlett.

``Ha tenido la virtud de dejar espacios abiertos a sus delegados...pero está acotado por los intereses políticos de la organización''.

Carlos Abascal, ex presidente de Coparmex

``Es el sindicalismo ya trasnochado, propio de los tiempos de Fidel Velázquez. Ha sido acomodaticio, con las mismas reglas del sistema juega a los contrapesos''.

Ricardo Barco, asesor laboral.

``Una expresión sindical en desuso. Tiene coincidencias de estilo con la CTM, pero con un marco disciplinario no tan estricto''.

Ramón Pacheco, secretario del exterior del SME.

``Me estoy enterando de que existe ese sindicato (el de gobernadores)... y como dirigente nacional de la Croc voy a luchar para que se afilien a mi organización''. (26 de junio de 98).


¿Algo que celebrar?

Ya vamos para dos años sin la venerable presencia de Fidel Velázquez quien, por cierto, antes de morir canceló los desfiles del 1o. de Mayo. ¿Cuántos años llevamos sin fiesta obrera? Hace mucho que ni siquiera los más conspicuos representantes del Movimiento Obrero Organizado -así, con mayúsculas- se atreven a decir que haya algo que festejar. Los números, y sobre todo la realidad, se imponen todos los días.

El mínimo no llega ni al mínimo

73.7% es la pérdida de poder adquisitivo del salario mínimo promedio en los últimos 22 años.

En 1977 el salario mínimo era de 121.5 pesos diarios - en pesos reales de enero de 1999-, ahora es de 32.

Los aumentos requeridos

Con todo y recuperación macroeconómica, los aumentos salariales necesarios para que el salario recuperara su poder de compra de otros años tendrían que ser de a de veras:

Para alcanzar el nivel de 1994 se requeriría un incremento de 26%.

Para tener el salario de 1987: 104%

Si se quisiera volver al momento en que inició la crisis de 1982: 276%.

Quién vive de un ``mito genial''

4 millones 200 mil personas perciben menos de un salario mínimo.

8 millones 300 mil reciben entre uno y dos.

Y, ojo, entre 1991 y 1997 los asalariados que reciben menos de un salario mínimo aumentaron 77.8%.

La carga

Buena noticia. Entre 1991 y 1997, 6 millones 516 mil personas encontraron empleo. La mala: 88 % de ellas trabajan ``en condiciones de precariedad'', es decir, se hallan en alguna de las siguientes condiciones:

- trabajo sin ingresos,

- ganan menos de un salario mínimo, -

- tienen ingresos de entre uno y dos salarios mínimos, pero con más de 48 horas de jornada,

- perciben de dos a tres salarios mínimos con cargas de más de 56 horas de trabajo.

Fuente: Dirección Ejecutiva de Estudios de Trabajo del Gobierno del Distrito Federal, con datos de la Encuesta nacional de empleo, INEGI.