Masiosare, domingo 25 de abril de 1999


EL SONORO RUGIR


Jaime González,
el suertudo


Sergio Haro

Jaime González Gutiérrez es un tipo con suerte. En febrero de 1993 mató a tiros a un policía de apellido Arroyo, quien lo había detenido por una infracción de tránsito. Herido por el agente, fue a dar al hospital, donde recibió un trato especial gracias a las amenazas e influencias de su abogado, Antonio Cano, y de su hermano Ismael, representante de un oscuro Frente Estatal Pro-Derechos Humanos en San Luis Río Colorado, Sonora.

Los familiares del policía hicieron manifestaciones en demanda de justicia. El periodista Benjamín Flores -director del sanluisino La Prensa- advirtió que el homicida podía escapar en cualquier momento, pues su custodia era frágil.

Jaime González se paseaba en el hospital como por su casa. No fue a dar a la cárcel porque supuestamente estaba convaleciente. Pero el día que le dictaron sentencia se escapó.

En julio de 1989, en San Luis Río Colorado, agentes de la Judicial Federal detuvieron a Antonio Cano Plascencia y Víctor Manuel Rojas Madrigal, a quienes hallaron 18 ``muestras'' de cocaína. Ambos declararon que la droga se las vendía Jaime González Gutiérrez.

González fue detenido, pero la libró. El 26 de febrero de 1993 -diez días después del asesinato del policía Arroyo- el primer Tribunal Colegiado -con sede en Mexicali- resolvió el amparo a favor. González fue absuelto.

La noche del 24 de febrero de 1997, en la sierra conocida como El Ranchito, un convoy militar detuvo a un sujeto que conducía un Pick up. Traía 114 kilos de mariguana y dijo llamarse Everardo Báez Lugo.

El detenido pidió hacer una llamada y una hora después se presentó otro sujeto -Osvaldo Ramírez Enríquez- quien ofreció al Comandante 16 mil dólares para que soltaran a su amigo.

Un día después La Prensa de Benjamín Flores publicó que Everardo Báez era un nombre ficticio: se trataba de Jaime González Gutiérrez.

En junio, La Prensa publicó que Jaime González gozaba de trato preferencial en la cárcel de San Luis.

El 15 de julio, el director de La Prensa fue asesinado.

Uno de los detenidos por ese crimen, Jorge Pacheco, dijo haber sido contratado por Gabriel González Gutiérrez, hermano de Jaime.

Los hermanos González -Gabriel e Ismael están prófugos- fueron acusados como autores intelectuales del asesinato del periodista.

En agosto de 1997, Jaime González fue trasladado al penal de Hermosillo.

Mientras, el proceso por tráfico de mariguana siguió su curso.

En junio de 1997 el juez tercero de distrito, Pedro Fernández Lobato, dictó la sentencia de once años de cárcel.

El 28 de agosto de 1998 el Tribunal Unitario envió el expediente 605/98 al segundo Tribunal Colegiado del 15 circuito, la instancia máxima.

El 8 de octubre de 1998, el colegiado acordó por unanimidad el amparo a favor de Jaime González, quedando libre del cargo de transportación de mariguana.

En cuanto al crimen de Benjamín Flores, el juez tercero de distrito -Hermosillo- le concedió el amparo contra las acusaciones por la autoría intelectual. La Procuraduría sonorense nunca apeló.

Ya este año, un tribunal federal de Hermosillo canceló la decisión del Supremo Tribunal de Justicia de Sonora por el crimen del policía.

Jaime González argumentó que ``disparó en defensa propia''. Y quedó libre.

(El autor de esta nota es director del semanario Siete días, de Mexicali, Baja California, que -al igual que dos periodistas del diario Pulso de San Luis Río Colorado- ha recibido amenazas de muerte en los últimos días, al parecer vinculadas a la publicación de la historia de Jaime González Gutiérrez).



Reuniones

Roto el pacto que mantuvo en secreto la reunión que sostuvieron Cuauhtémoc Cárdenas y Carlos Salinas de Gortari hace once años -``abolida la mentira'', diría el diputado Porfirio Muñoz Ledo-, habría que preguntarse por otras reuniones.

La primera semana de abril, se cuenta en los pasillos del PRD, el diputado Muñoz Ledo pidió una cita con el subsecretario Diódoro Carrasco, a quien pidió promover un ``acercamiento'' con Francisco Labastida Ochoa. La reunión se pactó de inmediato. Los que saben dicen que no trataron ningún tema de la agenda legislativa.



Préstamos cómodos

Los auditores que revisan la gestión de Elio Villaseñor Gómez encontraron una lista de 30 colaboradores suyos que recibieron préstamos de la delegación, y que todavía no han pagado. La deuda es de 496 mil 628 pesos, y según los conocedores de las pesquisas se trata de préstamos personales o gastos pendientes de comprobar. En la lista destacan la subdelegada de Desarrollo Social, Chantal Crespy, quien debe 57 mil pesos; el ex subdelegado Administrativo, Víctor Morales, que adeuda 29 mil pesos o su secretario particular, Benjamín Méndez, quien renunció sin liquidar 188 mil pesos. Algunos de los deudores dicen que ya pagaron y hasta presentaron recibos con el sello de la caja, pero no hay registros de que el dinero se haya depositado.



Un funcionario en aprietos

El rector Francisco Barnés ha despertado el enojo, en privado, de muchos funcionarios de la UNAM que lamentan su inasistencia a la manifestación contra el paro de labores. ¿Por qué no fue? Alguno de sus asesores, dicen, le recordó la ``zarandeada'' que alguna vez sufrió el rector Ignacio Chávez (1961-66). Es decir, no fue por temor a que los alumnos paristas lo increparan. Al faltar a la cita, se dice en los círculos de los ex rectores Guillermo Soberón y Jorge Carpizo, Barnés perdió la oportunidad de convertirse en un líder e incluso en un actor del conflicto. Quedó, simplemente, como un funcionario en apuros.



MICROSCOPIO


David Brooks y Jim Cason/Washington

Todos lo veremos por TV


Si usted dona 250 mil dólares al comité anfitrión de la próxima reunión ministerial de la Organización Mundial de Comercio, podrá ser parte del ``nivel esmeralda'', con el cual tendrá cinco invitaciones a las recepciones de inauguración y clausura, cinco asientos en la cena ministerial, promoción publicitaria para su empresa y otros regalitos. En una carta enviada a empresarios por los copresidentes del comité anfitrión -el presidente de la empresa Boeing y Bill Gates, el hombre más rico del mundo- se invita a directores de empresa a contribuir con la reunión ministerial de la OMC que se celebrará en noviembre en Seattle, con la participación de más de 5 mil dignatarios, empresarios y otros. Si el cuarto de millón les parece mucho, también hay el ``nivel diamante'' para contribuciones de entre 249 y 150 mil, o el ``platino'' de sólo 149 a 75 mil. La entrada al club élite es para el bien del comercio mundial. Los demás lo veremos por televisión.

Un servidor público que no se puede quejar


Richard Holbrooke -designado, pero no aprobado-, como próximo embajador de Estados Unidos en la ONU, está bajo investigación para ver si ganó lana de forma inapropiada. Durante su gestión como enviado especial del gobierno de Clinton a los Balcanes siguió aceptando remuneración por impartir charlas. En noviembre pasado la Universidad de Stanford le pago 16 mil dólares por su presentación. Después de cumplir su tiempo como enviado, también aceptó un pago de 24 mil de la empresa Siemens a cambio de una presentación, y otro de 20 mil de la Pepsi. Aún no está claro si violó alguna ley de ética gubernamental. El año pasado, Holbrooke declaró que recibió 205 mil dólares por presentaciones. No es que lo necesitara: su salario como banquero de inversiones fue de un millón 153 mil en 1998. Holbrooke renunció a su cargo en el Departamento de Estado en 1996.

Armas viento en popa


La industria privada de armas de fuego en este país se valora en 2 mil millones de dólares al año. The Wall Street Journal informa que los aproximadamente 140 distribuidores de armas de fuego abastecen con casi 4 millones de armas a más de 100 mil tiendas que venden el producto al consumidor. Y luego se preguntan de dónde salen las que sirven para matar estudiantes en las preparatorias.