n Raúl González es autor de El calendario antiguo de México


El tonalamatl, único en su género por abarcar 13 veintenas de días

n Con el volumen, se estrena la editorial independiente Tecolote

Arturo Jiménez n Para quienes desean acercarse a la forma en que los antiguos mexicanos contaban su tiempo y, con ello, a su manera de percibir el mundo que los rodeaba, la editorial independiente Tecolote se estrena con El calendario antiguo de México. Origen del tonalamatl y el cómputo de los días, de Raúl González Cortés.

El tonalamatl (el papel de los días), que cubre un periodo de 260 días, fue un calendario que corría de manera paralela y estaba ligado a otros, como el tonalpowalli, que cubre 360 días, y el xiwitl, que constaba de un ciclo solar de 365 días o 366 si caía bisiesto.

Un tonalamatl ųque iniciará el 22 de junio y culminará el 7 de marzo del 2000ų está conformado por 13 veintenas de días, a los cuales se les asignaba una numeración del 1 al 13 y luego recomenzaba la cuenta. De modo que, por ejemplo, si el inicio de una veintena era el ''día uno cocodrilo", ''dos viento", ''tres casa" hasta ''trece carrizo", continuaba como ''uno jaguar", ''dos águila", ''tres buitre", hasta ''siete flor"; de este modo, la veintena siguiente caía en ''ocho cocodrilo", ''nueve viento", ''diez casa", etcétera.

Esta breve pero ilustrativa investigación de González Cortés, que se comenzó a conocer en la reciente Feria del Libro en Náhuatl, en Xicomulco, Milpa Alta, puede adquirirse junto con la Agenda para un tonalamatl. El cómputo de los días en el antiguo calendario de México y su correlación con el calendario gregoriano. Este último es el que rige los días presentes.

En su libro, el también artista gráfico dice que la piedra del sol, conocida como calendario azteca, ''es una representación escultórica y sintética del tonalamatl, el cual tejía la urdimbre matemático-astronómica del micro y del macroespacio".

Este ensayo de González Cortés, que busca desentrañar el origen y la estructura del tonalamatl, abarca la historia y la invención del mismo, el hecho de que se usaran dos calendarios en aquella época, los niveles y las series de ese antiguo sistema para contar los días y una correlación de éste con el gregoriano.

Además, incluye un comentario sobre el idioma náhuatl, sus diferentes modos de escritura a partir del alfabeto occidental y el estilo que utiliza González, así como una breve introducción ya sobre la materia de la investigación. Al final se ofrece una útil bibliohemerografía.

Escribe en la introducción: ''Mientras que en el calendario occidental los años se forman por 12 meses de 30 o 31 días en promedio, en el antiguo calendario de México el año se formaba por 18 veintenas, es decir, por periodos de 20 días cada uno, un breve ciclo de cinco días, y un día más que se agregaba cada cuatro años". De este modo, señala, no había meses sino veintenas.

''Estos periodos servían para computar la cuenta de los días y se combinaban con series de números diferentes a la veintena, de las cuales la serie de los 13 números era la más común. La combinatoria de estas dos series, la de 20 y la de 13 números, dio por resultado un calendario muy particular y único en el mundo, el tonalamatl, que constaba de 260 días."

Interpretaciones mágicas

''Con él se estructuró al año solar, de tal manera que si éste tenía una duración aproximada de 365 días, el calendario civil estaba conformado de un tonalamatl, cien días y otros cinco para completar el ciclo de 365, y uno más cada cuatro años".

codice Señala que quienes crearon el tonalamatl computaban el bisiesto y calcularon la corrección gregoriana mucho antes que en Europa, quitando ocho días en un periodo largo de mil 40 años. En el juliano, indica, consiste en agregar un día cada cuatro años.

Sobre los días ''sobrantes" o nemontemi (lo que se llena o completa), señala en entrevista que de manera errónea se han considerado como aciagos o inútiles, pero que quizá con el paso del tiempo su significado científico se fue diluyendo en la memoria popular de aquella época.

Los descubridores del ciclo solar y los inventores del calendario, agrega, hablaban de un sistema astronómico, pero cuando su uso bajó a quienes no sabían leer códices, se le dieron interpretaciones mágicas y mitológicas. También puede ser, considera, que este conocimiento haya sido utilizado por el poder político y religioso en su relación con el pueblo. Comenta que si en el presente se utilizara aún el calendario antiguo, diríamos, por ejemplo, o que es un día cocodrilo, venado o mono, remite a imágenes de la naturaleza, cuyo nexo ''estamos perdiendo".

El calendario antiguo de México se presenta hoy en la sala del Consejo Académico de la UAM-Xochimilco, edificio central, a las 12:00 horas. Comentan Andrés de Luna y René Avilés Fabila. Y el viernes 18, en la Casa del Arte de la delegación Xochimilco, Morelos 7, El Rosario, Centro.

El segundo libro que pronto editará Tecolote es un estudio del maestro rural Eleonor Vázquez, sobre la gramática del náhuatl en el actual estado de Hidalgo.