Ojarasca, agosto 1999


Tehuantepec en la mira

Para megajoder al Istmo

Carlos Beas Torres

El despotismo de la burocracia zedillista

Cuando a mediados de 1996 empezaron a filtrarse informaciones relativas a un Programa de Desarrollo Integral del Istmo de Tehuantepec, algunas organizaciones indígenas y ambientalistas de esa región, manifestaron su inquietud. Había sólidos fundamentos para preocuparse pues en 1859, en tiempos del gobierno juarista, la región estuvo a punto de perderse con la firma del cuestionado tratado MacLane-Ocampo.

Años después, bajo la dictadura porfirista, se ejecutó un proyecto de corredor interoceánico que significó el despojo de más de 80 mil hectáreas de tierras indígenas y tuvo un fuerte impacto en la vida de los pueblos istmeños. En respuesta, los pueblos nahuas y popolucas de Acayucan, Veracruz, se levantaron en armas en 1906.

Hace 25 años, durante el gobierno de Luis Echeverría, se llevó a cabo un "programa de desarrollo integral" en el Istmo de Tehuantepec, que significó el saqueo de recursos naturales de la región y un excesivo e inútil gasto que sólo benefició a caciques, ganaderos y burócratas.

el istmo Preocupa mucho la falta de información sobre el llamado megaproyecto del Istmo. Por ello, el 28 de octubre de 1996 la Unión de Comunidades Indígenas de la Zona Norte del Istmo (UCIZONI) solicitó información por escrito al presidente de la República, sin que hasta la fecha se haya dado respuesta a esta petición. En agosto de 1997, el Foro Nacional El Istmo es Nuestro -que reunió a más de cien organizaciones sociales en Matías Romero, Oaxaca- hizo la misma solicitud al doctor Zedillo, sin obtener respuesta. En la segunda sesión del Foro Nacional El Istmo es Nuestro, efectuada en el Palacio Legislativo de San Lázaro en marzo de 1998, se ratificó públicamente el derecho que tiene la sociedad mexicana de conocer y opinar sobre este programa.

En diferentes momentos, organizaciones veracruzanas y oaxaqueñas demandaron información de sus respectivos gobiernos estatales. Éstos, en el fondo, han actuado de modo semejante al Ejecutivo federal: negando u ocultando información; anunciando consultas públicas que no se realizan.

El trato que el gobierno zedillista le da a la sociedad civil refleja una cultura política despótica y autoritaria. Ante los reclamos sociales, la respuesta es el anticonstitucional silencio y la política de hechos consumados. Mientras la población demanda el derecho a que se le informe, el gobierno opera de manera autista la ejecución de este megaprograma: cuenta con la experiencia de Luis Téllez Kuenzler, brazo privatizador del gobierno de Salinas de Gortari.*

Ejecútenlos en caliente

El Programa de Desarrollo Integral del Istmo de Tehuantepec se viene ejecutando a espaldas de la población istmeña y de los ciudadanos de este país. Para su operación, algunos voceros gubernamentales han declarado como motivos la creación de empleos y el desarrollo para esta región deprimida. Los hechos descubren que tras el megaproyecto del Istmo se encuentran los intereses de grandes corporaciones nacionales y transnacionales.

el istmo 2 Recientemente, el Grupo Acerero del Norte anunció la inversión de 2 500 millones de dólares para explotar el yacimiento de hierro más grande del país, ubicado en el distrito oaxaqueño de Sola de Vega. El proyecto incluye la construcción de un ferroducto y de una fundidora ubicada en Salina Cruz. Los trabajos ya iniciaron, y los vecinos -zapotecos de Zaniza, lugar donde se encuentra la mina- denuncian la existencia de una nueva Cananea: los trabajadores traídos de fuera de la región ganan el doble por el mismo trabajo y los obreros nativos no tienen acceso a los servicios de comedor o agua potable.

Hace tres años que la empresa estadunidense Planfosur impulsa plantaciones forestales en los municipios veracruzanos de Las Choapas y Moloacán, y en Huimanguillo, en Tabasco. En el último año este proceso se expande a los municipios de Pajapan y Chinameca en Veracruz y a los municipios oaxaqueños de Cotzocón, Santiago Yaveo y Matías Romero, donde la Semarnap autorizó la plantación de las primeras 1 600 hectáreas en terrenos de vocación agrícola y ganadera.

La privatización de Pemex arrancó ya en el Istmo de Tehuantepec. Con el pomposo nombre de "reconfiguración", el pasado mes de septiembre se lanzó la convocatoria para la licitación del Complejo Petroquímico Morelos, el más moderno del país, localizado en las proximidades del puerto de Coatzacoalcos. El gigante multinacional Shell ha mostrado un vivo interés.

Desde principios de 1999, en esa misma región, se intensificaron los trabajos de exploración petrolera; el uso de explosivos está dañando un gran número de viviendas en la zona de Cuichapa. Ante el gran descontento y los fundados reclamos de la población, Pemex responde que las viviendas están mal construidas.

Esta política de hechos consumados se expresa en la reciente inauguración del aeropuerto de Ixtepec; en la licitación del Ferrocarril del Sureste a favor de la empresa Tribasa -concesión transferida en julio de 1999 al grupo Carso de Carlos Slim-, y la entrada en operación de la planta de alkilación de gasolina que se ubica, a pesar de los riesgos, en la zona urbana de Salina Cruz.

A fines de junio de 1999, se ha detectado personal de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes en terrenos de las comunidades mixes de Río Pachiñe, Estación Sarabia y Boca del Monte, en Guichicovi, personal que realiza el trazo de la nueva autopista transístmica.

Como en tiempos de don Porfirio, el gobierno zedillista le cancela a la población istmeña el derecho de conocer y opinar sobre un programa que sin lugar a dudas tendrá profundos impactos en la cultura y la economía de los diez pueblos indios que habitan la región, en el medio ambiente y la soberanía nacional. El plan Zedillo para el Istmo de Tehuantepec significa una agresiva apertura petrolera, minera, industrial, comercial y forestal, en la que están involucradas grandes corporaciones transnacionales. Significa la sesión de la soberanía de un espacio geopolítico estratégico a los intereses del gran capital internacional.

En 1906 los popolucas y nahuas del cantón de Acayucan en el sur de Veracruz se levantaron en armas para recuperar las tierras que el megaproyecto porfirista les había arrebatado. Ahora, al cumplirse 100 años de tal despojo, los pueblos indios del Istmo de Tehuantepec perciben de nuevo el peligro que corren sus territorios y sus culturas, por los planes que ya ejecutan los directos herederos del porfirismo.

La voluntad de resistencia de los indios del Istmo de Tehuantepec sigue viva, a pesar de la represión que sufren. En cárceles veracruzanas estuvieron detenidos los dirigentes del Consejo Indígena del Uxpanapa y del Freposev: ambas organizaciones han jugado un importante papel en defensa de sus derechos y se han pronunciado abiertamente en contra del megaproyecto del Istmo. La UCIZONI también sufre actualmente fuertes presiones para que desista de su resistencia ante este megaprograma.

El gobierno de Zedillo no sólo responde con el anticonstitucional silencio; la cárcel y el hostigamiento son el destino de los opositores a su proyecto de entregar el país.

Carlos Beas: asesor de la Unión de Comunidades Indígenas de la Zona Norte del Istmo (UCIZONI)


* Luis Tellez, actual secretario de Energía, fue responsable de diseñar las contrarreformas legislativas de 1992. Bajo su sombra se decretaron las nuevas leyes mineras, forestal y agraria. Actualmente impulsa la privatización de las empresas petroquímicas y del sector eléctrico.

 


Y después del Canal de Panamá Ƒnosotros?

La primera globalización tuvo lugar en 1492, con España y Portugal a la cabeza. Desde entonces las grandes potencias imperiales buscan vías que les permitan el libre flujo de sus mercancías y la extracción de materias primas. Desde el siglo xvi los istmos de Tehuantepec, Panamá y Nicaragua han sido escenario de proyectos de un corredor interoceánico.

No sería sino hasta mediados del siglo pasado cuando la búsqueda, construcción y control de un corredor transístmico se convirtió en una frenética prioridad de primer nivel para Francia, Inglaterra y Estados Unidos. La locura de la Fiebre del Oro empujó a miles de personas en pos del oro californiano, y ello a la construcción del primer ferrocarril interoceánico en Panamá, en 1850.

A principios del siglo xx, Tehuantepec y Panamá fueron escenario de una acelerada carrera por construir un corredor interoceánico. Con capital inglés de la Pearson and Son Co., se construyó el Ferrocarril Nacional de Tehuantepec y se inauguró en Minatitlán la primera refinería del país, entre 1902 y 1908. Los estadunidenses impulsaron la segregación de Panamá, que se independizó de Colombia en 1903, e inauguraron el famoso canal en 1914. Con la violencia de la Revolución Mexicana, el corredor de Tehuantepec se tornó inviable e inseguro, y perdió importancia, que recuperó durante un breve auge, con la Segunda Guerra Mundial.

A raíz de los Tratados Torrijos-Carter suscritos en 1977 -y de la creciente obsolescencia del Canal de Panamá-, los estadunidenses impulsaron de nuevo la creación de corredores interoceánicos, e identificaron treinta sitios distintos en el área centroamericana. Destacan el Tapón de Darién en Colombia, la cuenca del río San Juan en Nicaragua, y el Istmo tehuantepecano.

Hoy, en Colombia, Nicaragua y México, países donde se proyectan y ejecutan corredores interoceánicos, la sociedad civil reclama información y espacios para que su opinión sea tomada en cuenta. En Colombia las organizaciones indígenas y ambientalistas cuestionan con efectividad la construcción del canal seco Atrato-Truandó. En Costa Rica y Nicaragua las redes ecologistas y las organizaciones campesinas e indígenas generan acciones conjuntas ante la construcción del Canal del río San Juan -y de la violenta apertura que lo acompaña.

Pese a sus crecientes limitaciones, el Canal de Panamá seguirá jugando un papel estratégico en el comercio mundial; por ello se modernizan y privatizan sus principales puertos. La zona del Canal de Panamá pasará por completo a soberanía panameña el 31 de diciembre de 1999, pero desde hace 19 años, el gobierno estadunidense transfiere porciones de dicha zona al gobierno panameño, que a su vez las concesiona a corporaciones turísticas transnacionales. En los dos últimos años se han comenzado a privatizar los puertos panameños de Balboa y Cristóbal. Las beneficiarias son grandes empresas chinas y estadunidenses.

Con la creación del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), con la no declarada Cuarta Guerra Mundial y cuando las grandes corporaciones se disputan de manera feroz los servicios, los mercados y las materias primas de nuestros países, de nueva cuenta se convierten en prioridad la creación y el control de corredores interoceánicos de mercancías.CBT


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