n Hasta antes de 1997 se destruían 500 hectáreas al año: Alejandro Encinas


El GDF ha logrado revertir la pérdida de reservas ecológicas

Bertha Teresa Ramírez n Para mantener la calidad del aire, del agua y del suelo, que constituye el reto para la permanencia de la ciudad de México y su zona metropolitana, y que arribarán al próximo milenio como la segunda urbe más poblada del mundo, con cerca de 17 millones de habitantes, el Gobierno del Distrito Federal ha frenado la mancha urbana que crecía sin freno hasta 1997, cuando se perdían 500 hectáreas de reservas al año.

Con el fin de revertir esa expansión, que hasta ese año había implicado la degradación de 32 mil 600 hectáreas y el agotamiento de los mantos freáticos, así como la reducción de las áreas boscosas cercanas, generando con ello presiones a su ya frágil capacidad de sustentabilidad ambiental, se puso en marcha a partir de 1998 un programa de reforestación, mediante el cual se han recuperado 7 mil 500 hectáreas de zonas forestales, y se espera que este año sean 15 mil.

La administración capitalina se propone llegar al año 2000 con la recuperación de 25 mil hectáreas, aseveró el secretario del Medio Ambiente, Alejandro Encinas, en una entrevista en sus oficinas.

En tanto, otro de los principales problemas de la ciudad de México es el consumo de agua, con 65 metros cúbicos por segundo, la mayor parte de los cuales proviene de los mantos acuíferos, lo que ha llevado a una sobrexplotación de éstos, con efectos de hundimientos que ya se presentan en el norte y sur del DF.

Encinas indicó que se requiere de todo un replanteamiento general de la política del uso del agua, ya que no es posible que en la industria y la agricultura se siga utilizando 80 por ciento de la potable.

De la misma forma, señaló que no se puede seguir permitiendo que la mayor parte del agua de lluvia se pierda por la falta de infraestructura para almacenarla, porque para cubrir la demanda futura las autoridades federales consideran fuentes aún más lejanas. Explicó que cada metro cúbico obtenido del Cutzamala requirió de una inversión de 23 millones de dólares, y se estima que los costos se cuadruplicarán si hay que traerla del río Amacuzac.

Aseguró que los elevados costos de inversión y mantenimiento requeridos para bombear el agua desde 140 kilómetros de distancia, y a más de mil 200 metros de diferencia altitudinal, harían inaccesible el precio del agua para la gran parte de la población urbana.

Actualmente, los subsidios para los consumidores del agua es de dos terceras partes de su costo real, por lo que se ten- drían que aumentar significativamente, absorbiendo recursos de otros programas también importantes para la ciudad.

En relación con la contaminación atmosférica, las reducciones más importantes se han dado en las partículas suspendidas, que este año sólo han rebasado la norma en 191 horas, cuando durante 1996, 1997 y 1998 superaron la misma en un promedio de mil 750 horas al año.

Esta reducción, aseguró el funcionario, se ha traducido en una mejoría clara de la sintomatología de la población en 24 por ciento de los indicadores de dolores de cabeza que presentaban.

Indicó que persisten problemas con el ozono, aunque en los últimos años se ha tenido una ligera mejoría debido a la aplicación de diversas acciones emprendidas por el gobierno, como el uso del holograma doble cero, medida que tuvo un impacto nacional muy importante.

La industria automotriz, antes de 1998, mantenía una doble línea de ensamblado: una para el mercado de exportación, que cumplía con la normatividad ambiental, y otra para el nacional, con una tolerancia permitida por la Secretaría de Comercio hasta el 2003. Pero tuvo que adelantar cinco años dicha norma, por lo que se instrumentó el uso de los convertidores catalíticos.

Otras medidas que puso en marcha el gobierno local para combatir la contaminación fue la detención de 20 mil vehículos en mal estado, así como el combate a la corrupción en los centros de verificación, pues se detectó que 90 por ciento de las cerca de 600 mil multas que cada año se emitían eran falsas, lo que evidenció la existencia de bandas organizadas en la Tesorería.

La Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal ha desmantelado hasta el momento 15 de ellas vinculadas con este tipo de falsificación, de las cuales diez operaban directamente con el programa de verificación.

Por otra parte, dijo, se ha revocado de manera definitiva la concesión de cuatro centros de verificación que operaban irregularmente, a pesar de que sus ingresos eran de 6 millones de pesos.

El funcionario indicó que con el fin de combatir la contaminación atmosférica también se ha intensificado el programa de recuperación de vapores en 291 de las 300 gasolinerías, y que está a punto de concluir.

Entre otras acciones también se ha retirado 525 camiones recolectores de basura con más de 30 años de uso, informó.

Indicó que se han logrado significativos avances en años anteriores en la reducción de la contaminación atmosférica por el mejoramiento de la calidad de combustibles, con lo cual se redujo la excesiva concentración de plomo, así como la reducción de bióxido de azufre, de nitrógeno y monóxido de carbono, lo que se logró con la salida de las industrias altamente riesgosas, como la refinería 18 de Marzo, el cierre de la fábrica nacional de vidrio, la salida de toda la industria cementera, las plantas fundidores y la mayor parte de la industria automotriz.

Sin embargo, la ciudad enfrenta todavía problemas serios con el ozono y las partículas suspendidas menores a 10 micras. En el caso del ozono, la tendencia ha sido, en los últimos tres años, hacia el estancamiento en 262 puntos Imeca, lo cual nos aleja de lo alcanzado en 1992, cuando se llegaron a ubicar en 398 puntos.

Asimismo, señaló que la tendencia al estancamiento en el combate al ozono se deriva fundamentalmente por el considerable incremento en el parque vehicular, de 3 millones y medio de automotores, con un aumento sustantivo en el consumo de combustibles que se ubica en 18 millones de litros diarios de gasolina y 5 millones de litros diarios de diesel.

Esto se complica con la edad útil de los vehículos, pues sin bien los automotores crecen en un promedio de 150 mil vehículos nuevos al año, no salen de circular los viejos, razón por la cual la edad del parque vehicular que circula en la ciudad es de 15 años, mientras que cerca de un millón y medio de los transportes son anteriores a 1985, los cuales no sólo no tienen la tecnología más atrasada, sino que han terminado su vida útil y contaminan hasta 60 veces más que los vehículos recientes.

Hasta antes de 1998 el monitoreo de partículas contaminantes se hacía sólo durante 14 horas; sin embargo, al ampliarlo a las 24 horas del día durante el presente gobierno, se detectó que en los horarios nocturnos éstas llegaban a rebasar la norma, como fue el 14 de mayo del año pasado, cuando a las 21:00 se registraron 230 puntos Imeca.

Actualmente se ha instrumentado un programa de contingencias para la presencia combinada de partículas y ozono.

El funcionario indicó que afortunadamente en el caso de las partículas ha habido un avance significativo respecto a años anteriores, ya que, por ejemplo, en 1998 se rebasó la norma durante 159 días en los primeros seis meses del año, y este sólo se ha rebasado en 16.

Dijo que considerando que durante 1996, 1997 y 1998 la norma se rebasó en mil 750 horas, este año la reducción es sustancial, ya que sólo se ha rebasado en 191 horas, lo cual se ha reflejado en una mejoría clara en la sintomatología de la población, donde ha habido reducciones en cerca de 24 por ciento en los indicadores de dolores de cabeza, tos seca, irritación de ojos, dolor de garganta y dificultad para respirar.