LETRA S
Noviembre 4 de 1999 

 
Frontera Sur, un cruce estratégico para la labor preventiva
 
MARIO BRONFMAN Y HUGO ANGELES

 

ls-balseros"Llanteros" cruzando a indocumentados guatemaltecos hacia México por el río Suchiate. Ciudad Hidalgo, Chiapas. México, 1997. Fotografía Franscico Mata Rosas.
 
 
 

Al hablar de frontera en nuestro país, tradicionalmente se piensa sólo en la del norte, y se olvida o minimiza la importancia de la frontera sur, sobre todo en un tema tan relevante como la relación entre migración y sida. En esta frontera, en un marco de identidad étnica y cultural, se genera un intenso flujo de población y de mercancías que conforma una dinámica peculiar y diferente de lo que ocurre en la otra frontera.

Desde fines del siglo pasado y principios del actual, se ha requerido la importación de mano de obra guatemalteca a las plantaciones cafetaleras del Soconusco, ya que el mercado laboral local no ha sido capaz de satisfacer la demanda que genera la producción agrícola regional. Así, en lo que va del siglo se ha consolidado el proceso migratorio estacional de trabajadores agrícolas guatemaltecos que laboran en los principales cultivos destinados a los mercados nacional e internacional.

A esta corriente migratoria tradicional se han agregado otros flujos migratorios que contribuyen a incrementar el dinamismo en esta región fronteriza. Por un lado, están las migraciones de tipo laboral provenientes de los países centroamericanos. En este grupo se pueden identificar, además de los trabajadores agrícolas guatemaltecos, las mujeres que laboran en el servicio doméstico en los principales centros urbanos de la región, las mujeres que se dedican al sexo comercial o sexoservidoras, los migrantes que laboran en diversas actividades del sector terciario y la migración de niñas y niños que se ocupan en varios servicios como ayudantes, cargadores, lustradores de calzado, etcétera.

El otro gran grupo lo constituyen los migrantes cuyo objetivo principal es llegar a la frontera norte de México para ingresar a territorio estadounidense. Este flujo migratorio ha incrementado su volumen de manera sensible en los últimos años. A raíz de los desastres naturales ocurridos en los últimos meses de 1998 en la región centroamericana, se ha observado un aumento considerable en el volumen de migrantes provenientes de los países más afectados por las consecuencias del huracán Mitch. Estos flujos migratorios han incorporado nuevos migrantes sin la experiencia ni las redes sociales para realizar un tránsito migratorio en mejores condiciones que las que se producen normalmente. Al parecer, esta situación inédita y emergente ha incrementado la presencia de mujeres y menores migrantes, lo que hace aún más vulnerable a estas poblaciones.

Un tercer grupo lo constituyen los residentes fronterizos, los cuales integran un espacio común a través de las relaciones familiares, el comercio y los servicios, entre los municipios de la región del Soconusco y los de los departamentos vecinos del lado guatemalteco.

 

De llanteros, traileros y condones

En Chiapas, el escenario de mayor riesgo para la diseminación del virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), causante del sida, es el paso fronterizo entre Ciudad Hidalgo y Tecún Umán, del lado guatemalteco.

A esas ciudades las separa el río Suchiate, que es cruzado a pie o en vehículo de manera documentada por el Puente Internacional, o de forma indocumentada por medio de los servicios de los "llanteros", llamados así porque usan "cámaras" de llantas de vehículos para efectuar el precario transporte de personas y mercancías. Ambas ciudades funcionan como un "embudo" por el que, inevitablemente, pasa todo el movimiento terrestre de personas que se origina en Centroamérica y, en menor medida, en algunos países de América del Sur, y recorre México para terminar en los Estados Unidos. Tanto en Tecún Umán como en Ciudad Hidalgo, la proporción de población flotante supera a la de los residentes permanentes. En muchas ocasiones, esta población en tránsito permanece durante períodos largos en espera de encontrar las condiciones que les posibiliten seguir su camino rumbo a la frontera norte de México. Una proporción importante de esta población flotante la constituyen mujeres que, sin ser profesionales del sexo comercial, ejercen la prostitución con el fin de allegarse fondos para poder subsistir y, posteriormente, trasladarse.

En este contexto, los traileros u operadores de camiones o trailers de carga constituyen un eslabón importante en la posible difusión de la infección por VIH. De acuerdo a una investigación realizada en 1994, los traileros fueron identificados como el grupo clave en toda la dinámica del sexo comercial. Se calcula que más de dos mil choferes pertenecientes a diversas empresas cruzan permanentemente la frontera internacional de Ciudad Hidalgo, acumulando una cifra enorme de cruces anuales y de días de estancia en esas dos ciudades fronterizas. Por otra parte, tanto en estas dos ciudades de tránsito como en todo el trayecto laboral, los traileros reparten su actividad sexual entre mujeres eventuales y sus parejas permanentes. Sin embargo, el problema radica en que este grupo tiene relaciones sexuales con muy bajos niveles de protección, y de uso del condón.

Con base en la información recabada, se reconoce la necesidad de profundizar en el conocimiento de las características de esta población, dada la relevancia que puede tener para instrumentar programas de prevención y, al mismo tiempo, de diseñar estrategias de intervención culturalmente sensibles que impidan la propagación del VIH, tanto en sus lugares de origen y destino como en las rutas que recorren. Así, se diseñó el proyecto Investigación para la Prevención de VIH/SIDA/ETS en la frontera sur de México: los traileros en Ciudad Hidalgo, desarrollado durante 1998 y principios de 1999.

Los propósitos principales del proyecto consistieron en a) reunir información con un alto grado de profundidad que permitiera conocer las modalidades de relación de los traileros con sus compañeras/os sexuales, tanto en sus lugares de origen como en los largos trayectos que recorren, y b) realizar una intervención que contemplara estos matices y atendiera al hecho de tratarse de una población móvil, con el objeto de prevenir las prácticas de riesgo y proponer alternativas compatibles con sus posibilidades reales.

La evaluación inicial del proyecto nos permite establecer algunos comentarios. En primer término, se constató su pertinencia al intentar satisfacer la amplia demanda de información sobre las enfermedades de transmisión sexual, el VIH y el sida manifestada por una población con elevada movilidad y práctica de relaciones sexuales de alto riesgo. Por otra parte, el diseño y el contenido de las acciones permitieron proveer de información a los traileros dentro de su ambiente sociocultural y en los espacios cotidianos donde interactúan, posibilitando una elevada participación voluntaria.

Como resultado de este proyecto se puede sostener que el diseño y aplicación de programas de investigación-intervención/educación es una tarea a la cual debe ponerse especial interés, pues cualquier intento por promover un mayor conocimiento que incida en la prevención del sida y de otras enfermedades de transmisión sexual en poblaciones migrantes, debe contar necesariamente con la información precisa y suficiente sobre las características de esas poblaciones.

 
Tomado de Coloquio Nacional sobre Políticas Públicas de Atención al Migrante, Memoria. Gobierno de Oaxaca, 1999. 


 
Frontera Sur
93% de las trabajadoras sexuales en la frontera sur son centroamericanas indocumentadas.
62% de las refugiadas guatemaltecas se embarazan antes de los 17 años, y 11% antes de los 15.
55% no conoce ningún método anticonceptivo y sólo .7% conoce el condón.

Fuente: Migración y sida en México y América Central. Conasida, 1998.