El SNI o la emergencia permanente

Vicente Aboites

En todo momento de crisis es necesario tomar medidas de emergencia. De la certeza de dichas medidas depende frecuentemente la supervivencia de una comunidad. Por ejemplo, después de un terremoto es necesario proporcionar alimentación y vivienda a las víctimas; si agua, alimentos y tiendas de campaña no llegan a tiempo, se corre el riesgo de enfrentar una catástrofe mayor. Eso es algo que el más elemental sentido común nos indica. Sin embargo, también es claro que una situación de emergencia no puede y no debe prolongarse indefinidamente. Como el nombre lo indica, es una situación a la que se recurre mientras se realiza la reconstrucción necesaria. En nuestro ejemplo hablamos de reconstrucción de viviendas y servicios urgentes, como las redes de electricidad, agua potable y drenaje, entre otros.

sni En el ámbito científico mexicano, en 1984 se creó el Sistema Nacional de Investigadores (SNI) como una medida de emergencia para evitar la desintegración de la comunidad debido a la crisis del momento. La mayoría de los científicos vio en ella una muestra de honesta preocupación gubernamental, y debido a dicha crisis fue bienvenida. Sin embargo, no debe olvidarse su carácter emergente, así como de todos los sistemas de incentivos vigentes en prácticamente todas las instituciones públicas del país.

Se espera que después de un tiempo razonable los sueldos reales de los académicos e investigadores sustituyan y hagan innecesario al SNI y a todos los sistemas de incentivos internos. Del mismo modo en que no es sensato esperar que las víctimas de un terremoto sigan viviendo en tiendas de campaña 15 años después, tampoco es lógico que el Conacyt y el gobierno no hayan encontrado los mecanismos apropiados para que los académicos e investigadores del país recuperen el valor de sus salarios sin requerir del SNI y otros incentivos.

De no realizar con urgencia el trabajo de reconstrucción necesario en el ejemplo del terremoto, lo que se pone en juego es la calidad de vida de los ciudadanos afectados, y en el caso de la comunidad científica nacional, lo que aparentemente se ha puesto en juego es la calidad del trabajo científico realizado.

La mayoría de los científicos del país laboran fundamentalmente en las actividades que les reditúan puntos para el SIN y los sistemas internos de incentivos. Muchos prefieren trabajar en problemas irrelevantes u ociosos que les garanticen publicaciones y puntos, y no en asuntos trascendentes y de mayor complejidad e importancia en los que no está garantizado el éxito inmediato y la publicación de resultados.

Ello se confirma con el cinismo de algunos investigadores nivel III o eméritos que aconsejan no publicar los resultados en un solo artículo, sino dividirlo en numerosas secciones "para que rinda" y obtener más puntos en el SNI, logrando así una promoción más rápida. Esto último lo hemos presenciado en auditorios repletos de jóvenes investigadores y estudiantes.

Ante eso, cabe preguntarse: Ƒel SNI y los diversos sistemas de incentivos fomentan una atmósfera científica sana para el desarrollo de la ciencia en nuestro país? ƑEl SNI y los diversos sistemas de incentivos ayudan a inyectar en los jóvenes estudiantes e investigadores los valores que como científicos deben tener en su vida profesional? La opinión de muchos es que sólo se inculca en las nuevas generaciones una ética de cinismo y corrupción, en la que lo único importante son los puntos de incentivos y las promociones, y no el trabajo científico.

Esa actitud y nueva ética difícilmente ayudará a colocar al país en un nivel científico internacionalmente competitivo. La ciencia se ha reducido a una actividad burocrática en la que los sueldos son proporcionales al número de memorandums escritos.

Finalmente, y como punto más importante, deberíamos preguntarnos: Ƒla calidad de la ciencia mexicana se ha incrementado o ha disminuido desde que todos esos sistemas de incentivos están en función? Lamentablemente no existe (que yo sepa) ningún estudio serio y objetivo que dé la respuesta, pero es muy probable que sea negativa; basta hablar en confianza con casi cualquier investigador de cualquier área para ver que así es.

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