La grana cochinilla y sus tintes


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Los colores son capaces de cambiar nuestro estado de ánimo y de perturbarnos emocionalmente; quizá por eso, todas las culturas les han otorgado connotaciones morales y espirituales. Los pobladores prehispánicos de México, por ejemplo, representaban los puntos cardinales con colores: el Este con rojo, el Oeste blanco, azul el Sur y el Norte con negro. Los pueblos europeos representaron el poder, el Sol con el color rojo. De ahí la importancia y el valor económico que alcanzaron algunos tintes naturales.

La experta española Ana Roquero explica que "durante la Edad Media, el kermes, colorante animal de origen mediterráneo, ocupó un lugar semejante al que el murex había tenido entre los antiguos. La sustancia colorante, que contiene ácido kermésico, se obtiene de las hembras fecundadas de los insectos Kermes ilicis L. y Kermes vermilio Planchón, parásitos de la encina (Quercus ilex L.) y de la coscoja (Quercus coccifera L.). Desde la desaparición del murex en la alta Edad Media, hasta la total aceptación de la cochinilla en el bajo Renacimiento, el kermes fue la materia tintórea por excelencia de los rojos de lujo".

Otros insectos productores de pigmentos rojos empleados en Europa antes de la introducción de la cochinilla americana fueron:

* Cochinilla de Polonia (Porphyrophora polonica), parásito de la raíz de la Sleranthus perennis. Su principio colorante es el ácido carmínico y el ácido kermésico.

* Cochinilla de Armenia (Porphyrophora hameli) parásito de las especies Aeluropus littoralis y Phragmites communis. De él obtenían el ácido carmínico.

* Grana kermes (kermes vermilio), parásito de la coscoja (Quercus coccifera), para la obtención del ácido kermésico.

Los dos colores superiores, los más costosos, son de origen animal:

1. El carmín que se extrae de la grana cochinilla, la cual muere al parir.

2. Y el púrpura, que se obtiene del caracol púrpura pansa, el cual segrega un líquido de tono violeta intenso que se fija sin ningún mordiente con el sol y el aire. Los tintoreros indígenas después de teñir sus madejas con el líquido expulsado por el molusco, lo colocan de nuevo en la roca bañada por el mar.

La antropóloga Marta Turok y el biólogo Javier Acevedo trabajan desde 1983 en la defensa del hábitat, del recurso y de la cultura del caracol púrpura. Esta tarea se inició contra la sobreexplotación que realizó una compañía japonesa. La depredación del recurso continuó con el desarrollo turístico de Huatulco. El proyecto siguió hasta lograr el decreto eco-grana2 del Parque Nacional que abarca la protección de la especie a lo largo del Pacífico mexicano. Sin embargo, en un viaje reciente constatamos que en las zonas más accesibles persiste la depredación ya que personas nativas y turistas consumen caracol púrpura como alimento.

 

La grana cochinilla

 

El insecto grana cochinilla es un parásito o plaga de dos géneros de nopal: Opuntia y Nopalea.

El insecto pertenece a la familia coccidae y al género Dactylopius. Hay dos clases principales: a) una grana cochinilla fina que se cultiva, blanca, "plateada", doméstica, delicada y vulnerable que puede vivir en la planta durante siete años; se distingue por producir un fino polvo ceroso; y, b) una grana cochinilla silvestre (xalnocheztli, ixquimiliuhqui) mucho más pequeña, que produce una especie de algodoncillo; tiene una gran tolerancia climática y resiste cualquier altitud, pero es capaz de acabar con la planta en seis meses. Todas las especies producen el tinte característico: ácido carmínico. La diferencia está en la cantidad y en la calidad.

 

Testimonios precortesianos sobre la cochinilla

 

Los aztecas llamaban a la grana cochinilla nocheztli. Así nos lo hizo saber Fray Bernardino de Sahagún, el primer estudioso y antropólogo empírico que sistematizó las Cosas de la Nueva España: "Al color con que se tiñe con la grana que llaman nocheztli, quiere decir sangre de tunas, porque en cierto género de tunas se crían unos gusanos que llaman cochinillas apegados a las hojas, y aquellos gusanos tienen una sangre muy colorada; ésta es la grana fina y hay grandes tratos de ella; llega hasta la China y hasta Turquía, casi por todo el Mundo es preciada y tenida en mucho. A la grana que ya está purificada y hecha en panecitos, llaman grana recia, o fina; véndenla en los tianguez para los pintores y tintoreros".

Autlán de la Grana, en Jalisco, fue el único lugar donde se conservó hasta mediados del eco-grana3 siglo xvi el arte de hacer űpanesƇ de grana. En la lista de tasaciones de este lugar se describe "que sean obligados a dar en cada año mil 200 panes de grana del grandor de una medida que los indios dieron, redonda que es de cuatro dedos de anchor". La pasta para prepararlos era un secreto comercial, en el proceso de refinación molían la cochinilla y la hervían con alumbre y hojas; el sedimento era moldeado en forma de pastilla o tableta.

Por su parte, Diego de Landa habla en su Relación de las cosas de Yucatán de un gusano rojo del que se hacía un ungüento.

El Códice Mendocino describe el uso cotidiano de este tinte natural. El dibujo representa una mujer llamada Xilo, vestida con un huipil colorado teñido con grana. En el Códice Florentino se describe la preparación y combinación de los colores y nos muestra un iluminador trabajando con varios "panes de grana" a su costado. Las mujeres indias la utilizaban como cosmético y las damas públicas tenían la costumbre de pintarse los dientes con grana como lo representó Diego Rivera en los murales de Palacio Nacional.

En la serranía de La Garrafa, municipio de Siltepec, Chiapas, se encontraron restos prehispánicos: un cuero con polvo brillante, unos esqueletos, dioses en textiles policromados y un fragmento de papel amate. María Elena Landa logró apoyo para la investigación de este trascendental hallazgo, se realizó el análisis químico de los materiales del fragmento de papel amate y concluyeron que "el pigmento que da el color tiene propiedades ópticas y químicas del rojo cochinilla [...] Estos colores se encuentran distribuidos según las representaciones de serpientes celestes y los pigmentos utilizados fueron azul maya y rojo cochinilla..."

 

Los testimonios coloniales

 

La Matrícula, Códice de Moctezuma o Libro de los tributos se encuentra en la segunda parte del Códice Mendocino. En la matrícula de tributos aparecen las talegas (bolsas con grana cochinilla) que los pueblos de Oaxaca entregaban como tributo a Moctezuma. Contenía la nómina de las poblaciones a quienes se aplicaba el sistema impositivo de la llamada Triple Alianza, conformada por Tenochtitlán, Texcoco y Tlacopan. En este códice se describe el padrón de contribuyentes y la relación de los tributos en especie. Las poblaciones de Nocheztlán, que significa "lugar de grana", que antiguamente conformaban el estado de Oaxaca, entregaban 400 mantas labradas y teñidas en rojo y morado, además de las talegas de grana cochinilla.

En el Códice Badiano sobre medicina natural, con la tinta roja de la cochinilla se escribieron los nombres de las plantas, el título de los capítulos y el enmarcado de las láminas. La iconografía de los códices Badiano, Mendocino y Florentino muestra numerosos jeroglíficos de cactáceas y de la fundación de la Gran Tenochtitlán (que significa nopal sobre piedra), formando el símbolo que hoy eco-grana4 representa el escudo nacional. En Oaxaca, los mixtecos la usaron también para colorear sus códices. El Códice Becker consta de 16 hojas de piel de venado y está pintado principalmente con rojo cochinilla y azul índigo. El tinte extraído de la cochinilla tenía muchos usos, como el que puede verse en los sellos y estarcidores que utilizaban sobre papel elaborado con fibras.

Bernal Díaz del Castillo, refiriéndose al tianguis de Tlatelolco en la Historia verdadera de la conquista de la Nueva España, relata: que "...vendían mucha grana debajo de los portales que estaban en aquella plaza".

Francisco Hernández, científico español y médico de la corte de Felipe II, elaboró un catálogo con las riquezas naturales del nuevo territorio en poder de la corona española y lo llamó Historia natural de la Nueva España. En sus registros aparece el nopal y los "gusanillos" de cochinilla. Relata que a veces nacen en forma espontánea y otras por "industria humana para teñir de color escarlata la lana".

De la época de la civilización incaica se han encontrado en las necrópolis de Paracas y Nazca innumerables telas bordadas con las que envolvían los cuerpos de los muertos; estos tejidos conservan un colorido muy vivo. La técnica textil es de las más avanzadas, pues hay desde finas gasas hasta tapices entretejidos con figuras en relieve con colores brillantes. Los tonos suman 190. Entre las materias tintóreas de donde podían extraerlos estaba la cochinilla.

 

Difusión de los tintes naturales en Europa

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Leon Diguet, en su libro Las cactáceas útiles de México, publicado en Francia, menciona que la primera exportación de cochinilla a Europa fue en 1523, apenas dos años después de consumada la conquista de Tenochtitlán. En 1540 se imprimió uno de los primeros tratados de tintes. Con el descubrimiento de América llegaron a España sus colorantes naturales. Entre ellos destacó la grana de Oaxaca, el segundo artículo de exportación de la Nueva España después del oro y la plata. España la introdujo a toda Europa lo que le significó un importante ingreso. Fue utilizado para teñir los ropajes de la nobleza y los eclesiásticos y, posteriormente, las chaquetas del ejército británico.

El comercio de la grana era una actividad que estaba por encima de cualquier otra en el reino español. Las autoridades coloniales nombraron jueces para evitar el fraude y la adulteración en la calidad del tinte. En 1572 se creó el cargo de juez de grana en Puebla y Oaxaca. Eran funcionarios encargados de revisar y después registrar la pureza de la grana para enviarla a Sevilla en zurrones de cuero. Se promulgaron una serie de leyes que castigaban a los infractores con multas, confiscaciones, destierros y penas corporales.

Barbro Dahlgren en su libro La grana cochinilla relata el auge y deterioro en la producción del tinte a principios de la época colonial. El incremento del cultivo de la grana trajo prosperidad a los indígenas, especialmente en Tlaxcala y en la costa de Oaxaca. Pero el afán de lucro de los intermediarios se tradujo en una inicua explotación de los indígenas y en adulteraciones del producto en los mercados locales y en los puertos de importación. Agrega que intrigas políticas entre los diferentes poderes de la Nueva España deben sumarse a la lista de los factores negativos que acarrearon consecuencias nefastas para un monopolio español que pudo haber sido fuente de prosperidad para los indígenas y para los comerciantes.

Gonzalo Gómez de Cervantes preparó en 1559 un Memorial ilustrado, del Consejo de Indias sobre el cultivo de la cochinilla y el cual se conoció casi cuatro siglos después, en 1944. Gómez de Cervantes fabricó un microscopio para realizar un detenido examen de la grana: "es uno de aquellos vivientes que los naturalistas conocen con el nombre de Progalli-insecto, y que presenta a la observación portentos maravillosos de la Omnipotencia. Compónese de dos especies de individuos, de machos y hembras; los machos son los que vuelan y gozan en su vida de una gran agilidad; las hembras, que son las que interesan a la industria, adherida al nopal de cuyos jugos se nutre son una viva imagen del reposo, pues están destinadas a tener por sepulcro el mismo sitio en que colocaron su primera habitación".

Por su parte, una ordenanza de Felipe III decía: "Uno de los más preciados frutos que se crían en nuestras Indias Occidentales es la grana o cochinilla, mercadería igual con el oro y la plata". El rey envió a la Nueva España un decreto en donde prohibía que los metales preciosos se enviaran a España y a La Habana en embarcaciones que no fueran de guerra. La grana fina, decía, debe ser comprendida en la prohibición, como si fuera oro o plata. El virrey Enríquez dictó normas para explotar y exportar la grana a Filipinas y España desde las regiones de lo que es hoy en día son los estados de Oaxaca y Puebla. El virrey Luis de Velasco dictó ordenanzas de gran importancia para esta rama económica de la Nueva España.

Franco Brunello menciona en El arte de la tintorería en la historia de la humanidad que al Oriente se enviaba la grana a través de la Nao de China, y que las mujeres turcas pintaban las yemas de sus dedos con el colorante. El inventor Reaumur decía: "Al darnos esta preciosa droga, quizá el Nuevo Mundo nos ha hecho un regalo más útil que enviándonos su plata y su oro, mas sólo México tiene el privilegio de darnos la cochinilla. Es digna de que a México le envidien los estados mas poderosos de Europa".

Alejandro von Humboldt, quien recorrió el continente a principios del siglo xix, entregó al virrey Iturrigaray un documento en cuyo capítulo Fábricas y comercio aparecen los objetos que se exportaban desde Veracruz: plata, oro y los productos de la agricultura como grana, de la cual registra entre dos y tres mil zurrones. El mismo Humboldt describió: "Existen haciendas que contienen de 50 a 60 mil nopales, pero la mayor parte de la cochinilla que se emplea en el comercio es producida en pequeñas nopaleras que pertenecen a indios de extrema pobreza". Describió las vejaciones a las que estaban expuestos los naturales lo que motivó que este ramo de la industria indiana fuera descuidada en todas partes, excepto en la intendencia de Oaxaca, donde los conflictos llegaron a tal extremo que en una sola noche se cortaron todos los nopales que alimentaban la cochinilla. Los indígenas culparon al gobierno y viceversa.

Al ilustre naturalista le preocupaba el problema del origen de la cochinilla, asunto que consideró difícil de resolver: "La cochinilla harinosa fina, o mixteca, Ƒes específicamente distinta de la cochinilla vellosa o silvestre, o esta última es la raíz primitiva de la primera, que, por consiguiente no sería más que el producto de una degeneración, debido al modo de criarla y a los esmeros del hombre?"

Joseph Antonio de Alzate y Ramírez, socio correspondiente de la Real Academia de las Ciencias de París y de la Sociedad Vascongada, publicó la Historia de los conocimientos humanos en la que se comprende la insectología, memoria sobre la naturaleza, descripción, cultivo, propagación, incremento y beneficio de la grana, dedicada al excelentísimo Antonio Bucareli, virrey gobernador y capitán general de la Nueva España. Por encomienda oficial se dedicó cuatro años a investigar al insecto. "Don José me ha dicho ųnarra Velázquez de León en la introducción al libro de Alzateų que ha muchos años que está observando la vida de este insecto, cuya historia ofrece cosas muy particulares y yo deseo que tenga ocasión de dar a luz sus observaciones y que éste y otros sujetos comuniquen al público todo lo que de tal insecto pueda averiguarse, pues quizá podría lograrse con esto la feliz unión de lo útil y lo curioso".

En el Archivo General de Indias, de Sevilla, España, encontramos las cifras más relevantes sobre la exportación de la cochinilla del puerto de Veracruz al de Cádiz: en 1750, 527 toneladas; en 1763, 892; en 1783, 1719; en 1797, ninguna, y en 1802, casi 67.

 

Testimonios posteriores a la Independencia

 

En las Apuntaciones sobre el cultivo del nopal y cría de la cochinilla en las Islas Canarias, publicado en 1846, se establece que "en 1820, llegaron a Cádiz con dirección a la Sociedad Económica ocho nopáles ó higueras tunas traídas de América, las que venían cargadas del insecto llamado Cochinilla. La sociedad consiguió en el mismo año una jeneración numerosa, y en consecuencia las Córtes mandaron por decreto, que se escitase el celo de las provincias, que por su temperatura permitiesen el cultivo de este insecto. Ninguna parecía en efecto mas a propósito que la de Canarias, y bien lo comprendió así el Canónigo José Quintero Estévez, a quien se le debe en gran parte el rápido vuelo que ha tomado en las Islas la plantación de la Cochinilla". Ahora envían parte de la producción a los italianos, quienes la utilizan para dar color a la famosa bebida Cinzano.

Fray Francisco Ximénez en su Tratado sobre la naturaleza escribió: "Así queda el nocheztli según el modo que se prepara: hace unas veces de color purpúreo y otras el color de grana encendido, y el color fuertísimo se hace de esta manera: muelen la cochinilla y échanla en remojo en el cocimiento del árbol llamado tezhuatl a donde le añaden un poco de alumbre, y recogido lo que se asentó se forma en tabletas aglutinadas con baba de nopal y se guarda".

En la enciclopedia Historia, biografía y geografía de México se explica que una vez consumada la guerra de Independencia se siguió cultivando la cochinilla que en "todo tiempo fue el tercer renglón en las exportaciones de México". Sin embargo, la demanda ocasionó que se comenzara a introducir una grana de mucho menor calidad. A partir de 1856 el uso de la grana decae porque la industria europea inicia la producción de anilinas y substancias químicas sintéticas.

En el Diario del Imperio del 6 de marzo de 1865 se publicó el Tratado de la Grana Cochinilla y en uno de sus apartados se explica: "Para distinguir la grana legítima de la falsificada, debe echarse en un poco de agua caliente o buen vinagre, y dejarla humedecer hasta hincharse, entonces se examinará con una lente, y si tiene los anillos de arrugas que caracterizan la cochinilla, y sobre todo si registrándose con la punta de un alfiler se miran lo infinitos globulillos que encierran, será verdadera la grana". Con este tratado intentaron durante el régimen de Maximiliano mejorar la producción de la grana y erradicar los fraudes en el comercio.

La investigadora Teresa Castelló de Yturbide sostiene que el impacto de la grana fue tan grande que pintores como El Greco lograron algunos colores carmesí utilizando la grana.

El impacto de la grana abarcó hasta la comida y la repostería. La escritora Castelló de Yturbide en el libro Colorantes naturales de México cita el recetario español de Juan de la Mata, Arte de la repostería, donde se explica cómo se teñían los postres. En el libro Tradiciones gastronómicas, la señora Vázquez Colmenares escribe que las galletas en forma de trébol de cuatro hojas eran espolvoreadas con azúcar roja de grana. Cuenta que en Miahuatlán, Puebla, el panadero Juan Matías Jiménez coloreaba el pan de muertos con grana. En Tolimán, Querétaro, las tortillas se pintaban con cochinilla silvestre y se imprimían sellos de garambullo y olote. En el Manual del cocinero y cocinera, tomado del periódico literario La Risa, publicado en 1849, sugiere utilizar grana para dar el color a la "crema de rosas".

Por su parte, el doctor León Vannier, fundador y director del Centro Homeopático de Francia, difunde en su Compendio de terapéutica homeopática el uso de la cochinilla para aliviar bronquitis con tos espasmódica, expectorante, epistaxis, la aortitis y cólico nefrítico.

 

La persistencia del uso de la cochinilla

 

Algunos de los tapetes de lana que se elaboran en Teotitlán del Valle, en Oaxaca, se tiñen con grana y logran tonalidades suaves con jugo y cáscara de limón. Uno de los más connotados artistas populares, Isidoro Cruz, pinta alebrijes y máscaras con grana.

Androna Linartas, tejedora de arte textil y tapiz escultórico de origen polaco, nos dice que enriquece sus obras "con una gran cantidad de materiales naturales entre los cuales destacan: nopales secos, henequén, espinas y papel hecho a mano, además de todas aquellas fibras que son de uso común como el algodón, ixtle, lana, yute y seda con el tinte de la cochinilla".

 

Conozcamos más sobre cactáceas

 

México es uno de los cinco países con mayor diversidad biológica. De las mil 600 especies de cactáceas en el mundo, contamos con el 68 por ciento pero un importante número de ellas enfrenta problemas de sobrevivencia. Se han registrado 217 especies mexicanas amenazadas, mientras una tercera parte de las cactáceas se encuentran en peligro de extinción por la modificación y destrucción de hábitats, producto de la ganadería, el desarrollo urbano y el saqueo. Dentro de esta enorme lista no están consideradas las variedades de nopal comestible que se han convertido en plantas de gran interés como fuente de materia prima para la industria alimenticia, química, farmacéutica, ornamental y artesanal.

La polinización es el primer paso para la reproducción de las cactáceas. Por ello es importante la preservación y defensa de los principales polinizadores como son, entre otros, los murciélagos, abejas, mariposas nocturnas y colibríes. A propósito de éstos últimos, los expertos hacen un llamado para que no se utilicen bebederos con soluciones azucaradas porque se entorpece la polinización.

Sugerimos a los lectores una visita al jardín botánico Helia Bravo-Hollis, en Zapotitlán de las Salinas, estado de Puebla. Por otra parte, más de 600 especies mexicanas, muchas de ellas en peligro de extinción, se pueden admirar en el Jardín Botánico de la unam.

También es digno de admirar el trabajo de conservación efectuado por el licenciado Luis Felipe del Valle Prieto en Jonutla, Morelos, y la del Grupo Cante, en San Miguel Allende.