* Debe buscarse un fin digno, no la rendición de los estudiantes: Carola García


Este, el momento más peligroso de la huelga: académicos

Karina Avilés * Para Carola García Calderón y Rosaura Ruiz, integrantes de la comisión del rector Juan Ramón de la Fuente, este es el momento "más peligroso" por el que ha atravesado la UNAM en sus más de nueve meses de huelga. En otra óptica, Arturo Díaz Alonso, miembro de esa instancia, consideró que es lamentable que el CGH "siga con la misma cerrazón", cuando las autoridades universitarias dieron "un paso más de flexibilidad".

En entrevistas por separado, los académicos manifestaron su opinión personal sobre el camino a seguir en la universidad, después del encuentro en el que el CGH y la rectoría no lograron acuerdos. Coincidieron en que el conflicto debe resolverse por la vía del diálogo.

Arturo Díaz Alonso consideró: "Es necesaria una apertura que permita la reanudación de actividades en la universidad. Ha habido una cerrazón muy grande del consejo estudiantil para que la huelga se eternice", expresó. Y exhortó a los huelguistas a mostrar flexibilidad para avanzar en la solución del conflicto.

Al preguntársele cuáles son los pasos siguientes frente a la crisis por la que atraviesa la UNAM, respondió: "No sé cuál es el camino, pero espero que sea el de que abran las instalaciones".

Expresó que el diálogo debe continuar, pero con la institución abierta: "Siempre hay la posibilidad de encontrar un camino pacífico para seguir adelante. Todos tenemos que perder un poquito para ganar mucho". En estos momentos, planteó, una opción para allanar la salida podría ser que el CGH presente una contrapropuesta a la iniciativa del rector De la Fuente.

En tanto, la maestra de la Facultad de Ciencias Políticas, Carola García Calderón, apuntó que debido a la gravedad de la situación actual, debe buscarse "una salida digna a la huelga, y no una rendición".

Al pronunciarse en contra de la intervención policiaca para terminar el conflicto, explicó que "ante el poco margen de acción que queda: el diálogo o la fuerza pública que nadie queremos", es necesario buscar una vía negociada. Para ello, primero tiene que haber un ambiente de distensión y flexibilidad de los dos actores del problema, porque, de lo contrario, no se podrán tener los acercamientos que conduzcan a un acuerdo.

Por un lado, apuntó, "ahora menos que antes el CGH cree en promesas, independientemente del ambiente de desconfianza que ha prevalecido. Los huelguistas piensan que si devuelven las instalaciones no van a tener nada que les garantice sus demandas".

Y por otro, rectoría "empezó muy bien, y después del plebiscito hubo una serie de desencuentros, porque éste ciertamente implicaba un respaldo, pero yo entendí que ese voto era para seguir por la vía negociada, no para exigir el levantamiento de la huelga, sin más".

Opinó que el segundo paso debería ser una reunión urgente entre el CGH y una comisión negociadora ųencabezada por el rectorų, cuyos miembros conozcan los pormenores del conflicto, a sus interlocutores "y tengan la sensibilidad y sepan quiénes son los estudiantes, la propia sicología o patología del consejo". Dicha comisión haría la tarea de pactar las condiciones de resolución de la huelga, lo cual implica el análisis de los puntos de coincidencias y diferencias entre las partes, dijo.

"Si se pide el levantamiento del paro habría que ver las condiciones de resolución a las demandas del CGH, tomando como base la propuesta del plebiscito que toca todos los puntos del pliego, pero no es posible estar en una posición de que 'tú sueltas a los presos y regresamos las instalaciones, o no los suelto hasta que tú las regreses", añadió.

Sin embargo, expresó que no se puede soslayar que el CGH "ha contribuido en todo esto por sus posiciones irreductibles, por su cerrazón para negociar, y porque todo lo que se le daba era merecido, poco, y tenían que ganar más".

Con esta postura coincidió la académica de la Facultad de Ciencias Rosaura Ruiz, quien afirmó: "Este es el momento más peligroso, porque hay tantas fuerzas oscuras que han intervenido que nadie entiende nada". Y preguntó: "ƑPor qué liberaron a Mario Benítez?".

Expresó: "hay una cuestión legal, que implica que los estudiantes no pueden ser acusados" de los delitos graves que se les imputan, como los de terrorismo y motín. "Esto no debe confundirse con que el paro se levante. Debe discutirse el fin de la huelga, que por la intransigencia del CGH está llevando a salidas que nadie desea ".