La Jornada martes 8 de febrero de 2000

Alberto Aziz Nassif
6 de febrero, otro agravio

EL DESALOJO POLICIACO de la UNAM y el encarcelamiento de casi mil estu-diantes es el saldo negro de un paro que el pasado 6 de febrero cumplía 293 días, prácticamente diez meses. Esta parte del conflicto universitario termina de la peor forma posible; casi nadie quería un final mediante la fuerza pública, sino a través de la política y el diálogo. Sin embargo, el factor tiempo fue clave para esta amarga interrupción. El alargamiento de la huelga más prolongada en la historia de la universidad generó un clima de hartazgo en la sociedad, la cual está completamente dividida sobre el uso de la fuerza pública. El desalojo policiaco y el encarcelamiento de los estudiantes del Consejo General de Huelga (CGH), no son el final del conflicto, sino que pueden ser la continuación y agravamiento del problema a través de otros medios.

El movimiento estudiantil que se inicia el 20 de abril de 1999, demandó la suspensión de un proyecto de cuotas para la Universidad Nacional. Las cuotas fueron el detonador de un conflicto social mucho amplio y complejo. Ahí, en el campus universitario, tomó forma ese país que se resiste a la exclusión, a una política económica que crea pobreza en cantidades industriales, al fin de la gratuidad universitaria, como uno de los últimos peldaños que la política neoliberal todavía no derrumba.

Ahora que la policía se pasea por el campus de Ciudad Universitaria hay que volver al origen del conflicto, a los recortes presupuestales, a la lógica simplista del gobierno federal, que ahora quiere vestir de legalidad su intervención en la UNAM. Un país que necesita encarcelar a sus estudiantes y acusarlos de terrorismo y motín, está muy lejano del país democrático que anuncian los discursos oficiales. Un gobierno que usa a su conveniencia la legalidad, termina por reproducir sus viejas prácticas discrecionales y fabricar enemigos peligrosos, donde sólo hay estudiantes en huelga.

La acusación de despojo y las órdenes de aprehensión resultan como pretextos para dejar a un lado la política y usar la fuerza. El estado de derecho se convierte en un argumento de la batalla y no en el marco de la acción que debe normar la conducta de todas las partes. El monopolio estatal de la violencia no se sostiene en este caso, porque las demandas del Consejo General de Huelga sobre la gratuidad universitaria siguen siendo legítimas y no terminan con el encarcelamiento de los estudiantes, tal vez ahora recobren un nuevo aliento. Este 6 de febrero del año 2000 pasará a la historia como una muestra más de la polarización y la fractura social que cada día es más grave en el país.

La política ha fracasado una vez más (como fracasó en Chiapas, en Acteal, en Aguas Blancas) y eso es peligroso, porque con estos actos de fuerza no gana casi nadie, salvo los que quieren y piden mano dura, como Francisco Labastida Ochoa.

A pesar de la intransigencia del CGH, ahora no sabremos con certeza si el conflicto de la Universidad Nacional Autónoma de México estaba en un punto sin retorno; si ya no había más recursos de diálogo; si aún era viable un esfuerzo de encuentro más; pero de lo que no hay duda es de que la costumbre autoritaria de México se pasea de nuevo en el campus universitario, a pesar de que no hubo muertos.

Queda claro que para el gobierno federal ya no había espacio. ƑQué sigue? Hace dos semanas señalamos en este espacio que la UNAM pasaba por los días más difíciles del conflicto, y que su futuro dependía de la forma en la que levantara la huelga. ƑCómo puede ser viable un congreso universitario que democratice a la Universidad Nacional, cuando un grupo muy importante de estudiantes se encuentra sujeto a proceso penal?

Un primer paso para recuperar la política y curar las heridas puede ser una amnistía que libere a todos los estudiantes presos. Quizá sea un esfuerzo gigantesco el que tenga que hacer el gobierno federal para entender que la gobernabilidad del país está en juego, que México tiene ya muchas heridas abiertas y que este es otro agravio más. ƑCómo construir un proceso político en torno a las elecciones presidenciales, mientras hay cientos de estudiantes presos por cargos absurdos? Si el gobierno federal considera que la vía judicial se tiene que mantener, será un error estratégico en un momento estratégico. La vía judicial no es un puente para empezar a hacer las reformas necesarias que requiere la Universidad Nacional Autónoma de México. ƑQué va a hacer el gobierno federal en los próximos días?