La Jornada Semanal, 13 de febrero del 2000



Héctor Perea

Las artes sin musa

Alrededor del cuento

Un fenómeno que se ha podido constatar en estos últimos meses es la desaparición de proyectos interesantes que figuraban como ejemplares dentro de la red. Me refiero a trabajos mexicanos que, ante la ausencia o timidez de otros similares en países más desarrollados que el nuestro, fueron sobresalientes al momento de ser creados. En muchos sentidos, y esto desde luego tiene cierta lógica, el panorama hoy en día parece haberse revertido hasta cierto punto. Y es que las ventajas que solemos encontrar en naciones como la nuestra, más espontánea y abierta en muchos sentidos, suelen chocar sin remedio con la realidad, con los vicios y la fragilidad de las estructuras mentales y administrativas. Sitios mexicanos en internet que en los campos del arte o la literatura se mostraban como espacios ilimitados ante la tacañería de los grandes museos internacionales -que en su versión virtual no dejaban de parecer sino folletos informativos-, murieron al cambiar de funcionarios las dependencias o al dejar de percibir, en el caso de las páginas particulares, los pocos ingresos de que vivían. En el lapso que corrió entre el nacimiento entusiasta y el cierre silencioso de estos espacios, las grandes empresas y los entornos museísticos del primer mundo, al contrario, no hicieron más que crecer y consolidarse bajo la certificación del valor y de la amplísima cobertura que podía llegar a tener la red de redes.

De cualquier modo, hay que tener bien presente que la consolidación del medio ha venido propiciando algunos hechos positivos para nosotros. Si algunas puertas se cerraron, otras tantas páginas web, elaboradas ya con un criterio más propio de internet, surgieron en México y encontraron en otros sitios su complemento durante los últimos tiempos. En este artículo me referiré a tres casos singulares.

En el campo de la cuentística, en particular de la hispanoamericana, y a partir de una de las ventajas ya insinuadas que se puede apreciar en los países en proceso de desarrollo (la posibilidad de conseguir, gracias a la generosidad de autores y editores, cesiones de derechos sin demasiada complicación), cabría destacar la labor realizada por dos publicaciones electrónicas mexicanas. Una de ellas está dedicada a la creación y la otra al estudio del cuento. Me refiero a Ficticia. Ciudad de cuentos e historias (www.ficticia.com) y a El cuento en red (http://cuentoenred.org).

Sin seguir un criterio antológico convencional, sino uno más bien abierto a casi cualquier propuesta, Ficticia niega la entrada a los poetas y, sin embargo, se presenta al público bajo una propuesta poética. De hecho, lo que más llama la atención del sitio es la presencia, como cuentistas, de varios estudiosos de éste y otros géneros literarios. Con una distribución muy variada, en la que se incluyen entradas por autor, tema y título de los cuentos, este espacio manifiesta una propuesta, repito, mucho más adecuada a las ventajas que muestra la red en comparación con otros medios. A la manera del espacio Work in Progress dedicado al estudio y reproducción de la obra y la vida de James Joyce, en Ficticia se han clasificado o, más bien, sobreimpreso, las narraciones al cuerpo mismo de una ciudad imaginaria. De esta forma, mientras uno recorre con el cursor el mapa del lugar, puede acceder a los distintos temas que siempre han dado cuerpo y sangre a cualquier ciudad y a cualquier narrativa.

Propuesta complementaria de la anterior es sin duda El cuento en la red, sitio animado desde México por Lauro Zavala y desde California por Rosamel Benavides. Con un diseño menos arriesgado, pero práctico y adecuado para una publicación académica, El cuento en red ha publicado un primer número en donde se recogen las ponencias leídas durante el Primer Coloquio Internacional de Minificción. También, a diferencia de otros espacios de este corte y de la rabiosa campaña de protección autoral emprendida por muchas editoriales comerciales, en la publicación electrónica de Zavala y Benavides se permite la reproducción total o parcial de cualquier material incluido, siempre y cuando se dé la referencia de la fuente original.

Par y complemento de los anteriores, Nouvelles, cuentos, short stories (http://www.fl.ulaval. ca/cuentos/index.htm) es un sitio instalado desde 1997 por Vincent Nadeau en el servidor de la Universidad quebequense de Laval. Amplísimo en su contenido, Nouvelles... está en camino de ser un compendio exhaustivo de lo que en español, francés e inglés se produce y se estudia sobre cuento a lo largo del continente. Construido sobre todo a partir de hipervínculos dirigidos hacia toda suerte de sitios, ya sea académicos o de otro tipo, el de Nadeau es una herramienta de enorme utilidad para el interesado y el conocedor de la cuentística contemporánea. Aquí, a diferencia de Ficticia o El cuento en la red, aunque sin lujo de diseño, encontramos tanto creación como análisis. Al leer las páginas agrupadas en este sitio -preponderantemente canadiense y norteamericano-, podemos valorar en toda su amplitud una de las características centrales del trabajo en la red: la necesidad de una colaboración continua y desinteresada, de una construcción colectiva del universo digital.

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