JUEVES 2 DE MARZO DE 2000

* Pertenece al acervo del Museo Pushkin de las Bellas Artes de Rusia


Localizan Pesadilla de guerra y sueño de paz, mural desmontable de Diego Rivera

* El hallazgo lo realizó la investigadora Christina Burrus * Se ignora cuál es su estado actual

* Gerardo Estrada nada ha hecho por recuperarlo, pues prefiere evitarse problemas, dice Tibol

Gloriosa victoria, 1954, obra de Rivera que aœn est‡ perdida. Al respecto, con motivo de una muestra en Europa han surgido dos versiones: primero, que el mural se qued— en Polonia; y la otra, que al regresar a MŽxico, se perdi— en su traslado de Acapulco a la capital n Foto: Guillermo Zamora/ Cortes’a del Museo Casa Estudio Diego Rivera y Frida Kahlo Miryam Audiffred * Después de 47 años de estar perdido, el mural Pesadilla de guerra y sueño de paz ųpintado por Diego Rivera en 1952ų ha sido localizado en el Museo Pushkin de las Bellas Artes, en Moscú.

Según la crítica de arte Raquel Tibol, esta obra elaborada por Rivera un lustro antes de su muerte fue encontrada por la investigadora Christina Burrus, enrollada en las bodegas del recinto ruso aunque se ignoran sus actuales condiciones.

Gerardo Estrada, titular del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), ya fue notificado del hallazgo.

De hecho, fue Tibol quien se encargó de darle la noticia, pues considera que el mural ''debe ser reclamado por las autoridades mexicanas" aunque, al parecer, ''Estrada no ha hecho nada porque prefiere evitarse problemas".

Si bien el descubrimiento de este mural ųrealizado sobre una tela con 40 metros cuadrados de superficieų comienza a aclarar uno de los capítulos más extraños y controvertidos de la trayectoria plástica del artista guanajuatense, aún se desconoce cómo llegó la obra a Rusia y cuál es su estado actual.

 

La negativa de Burrus

 

Burrus se niega a hacer comentarios: ''Entiendo su interés sobre este asunto pero, desgraciadamente, no deseo hablar sobre eso ahora".

En el Museo Pushkin tampoco fue posible conseguir datos ya que, interrogado en torno de la obra de Rivera, uno de los encargados del área de informes ųque se negó a dar su nombreų indicó que es imposible proporcionar detalles de las piezas que hay en la institución, pues ''el acervo es muy grande". Es más, ni siquiera aseguró que el mural esté en el recinto, sólo señaló que existe esa posibilidad.

Pero estas declaraciones no deben extrañar a nadie. Hace unos días (La Jornada, 10/02/00) el curador Luis-Martín Lozano señaló a Merry Mac Masters que a pesar de que el catálogo razonado de obra de caballete de Rivera indica que en el Museo Pushkin se encuentra un cuadro realizado con la técnica de puntillismo, representantes de la institución contestaron que no lo tenían.

Ya en un segundo intento ųdijo el curadorų ''nos pidieron comprender que ellos tenían un enorme acervo y que no contaban con el tiempo necesario para evaluar si estaba o no".

 

Muchas historias y un solo paradero

 

Podría decirse que desde su creación, en 1952, el mural Pesadilla de guerra y sueño de paz siempre ha estado rodeado de secretos, crítica y polémica y que son muchas las historias con las que se ha querido adivinar su paradero.

Según el catálogo general de obra mural y fotografía personal publicado por la Secretaría de Educación Pública y el Instituto Nacional de Bellas Artes en 1988, la pintura monumental debía de estar en Pekín puesto que, como señala la investigadora Blanca Garduño, ''se le perdió la pista en China, con la revolución cultural que se generó en los años cincuenta".

Explicar los motivos que llevaron a investigadores y especialistas mexicanos a buscar el mural en Europa implica remontarse al origen de esa pintura.

De acuerdo con Raquel Tibol, Rivera elaboró el mural para presentarlo en la muestra Veinte siglos de arte mexicano que se exhibiría en las ciudades de París, Estocolmo, Londres y otras capitales europeas. Trabajando en el vestíbulo del Palacio de Bellas Artes, ''representó a José Stalin y a Mao Tse-Tung ofreciendo la paloma de la paz a las figuras simbólicas de Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña"; imágenes que en opinión del entonces director general del Instituto Nacional de Bellas Artes, el compositor Carlos Chávez, no podían ser expuestas con motivo de ''razones de cortesía internacional y del tradicional respeto a los gobiernos extranjeros.

''México ųdijo el funcionario en marzo de 1952ų no puede convertirse en el vehículo, ni en el instrumento ni en el responsable de una producción pictórica cuyo mérito, por encima de su valor artístico, es su propósito extra artístico de propaganda política".

Así, en obediencia a las órdenes cursadas por el secretario de Educación Pública, Manuel Gual Vidal, el mural desmontable fue retirado subrepticiamente de su bastidor.

En el libro Diego Rivera. Arte y política, Tibol comenta que la primera apreciación oficial responsabilizó a un grupo de individuos extraños.

''Como esta versión era insostenible y estúpida se abandonó el recurso de robo por manos desconocidas y la jefa del Departamento de Administración del Instituto Nacional de Bellas Artes declaró ante notario público que la pintura había sido desmontada y guardada fuera del museo por orden superior."

Rivera armó un gran escándalo. Convocó a rueda de prensa y consiguió que el mural le fuera regresado al salir la exposición hacia Francia.

Enojado por la censura, ese mismo año el artista anuló su contrato con el INBA y vendió su mural a los chinos, que le pagaron 5 mil dólares por la obra.

Como México no tenía en ese entonces relaciones diplomáticas ni comerciales con el país asiático, el mural fue enviado a Checoslovaquia para desde allí trasladarlo a China.

''Es aquí donde la historia se complica porque se le pierde la pista'' ųcomenta Blanca Garduño.

''Se sabe que a las autoridades de China no les agradó el gesto amable del Mao pintado por Diego Rivera en el panel izquierdo y que fue metido en grandes tubos, por lo que puede estar en cualquier bodega."

 

''Procurar seguir la línea del partido''

 

Por medio de la correspondencia de Diego Rivera es fácil comprender el significado que Pesadilla de guerra y sueño de paz tuvo para su autor. Si bien las alusiones son muchas, sobresale que la obra haya sido mencionada en la solicitud de reingreso al Partido Comunista que el pintor escribió en 1952 y en la que pide la aprobación de su pieza.

En este documento, Rivera habla de una de sus pinturas más censuradas al tiempo que manifiesta su ''resolución firme de procurar seguir la línea del partido" y hace un llamado a todos los intelectuales de México a ''ocupar el único puesto posible y aceptable para todos los humanos, el de combatientes por la paz y miembros del Partido de la humanidad, es decir de Marx-Engels-Lenin-Stalin, el Partido Comunista", exhorto que es evidente en dicha obra.

Otra alusión clara está en la respuesta que Diego Rivera envió en 1957 a un redactor de la revista Europe, de París, quien lo cuestiona sobre la posibilidad de que la pintura mural continúe desarrollándose por el camino que le trazó la Revolución de 1910.

En su contestación, señala que ''es posible que, con el apoyo del Estados Unidos imperialista, alguna gavilla de bandidos se apodere del poder (sic) en México y expulse nuestra pintura de los muros oficiales, pero esto sería transitorio y no detendría el movimiento.

''Ya el gobierno reaccionario de Miguel Alemán en México trató de secuestrar murales de contenido revolucionario y el único resultado que obtuvo fue hacerlos viajar por el mundo entero..."