MARTES 21 DE MARZO DE 2000

Ť Representantes de organismos civiles discrepan


El gobierno de México corrige anomalías, insiste Robinson

Ť La diplomática presentará en breve un informe de actividades

Kyra Núñez, corresponsal, Ginebra, 20 de marzo Ť Mary Robinson, titular del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de Naciones Unidas, insistió en que existe buena fe en las autoridades de México para corregir las anomalías denunciadas; ello, a pesar de que organismos civiles le han informado que el gobierno de este país ha actuado en sentido opuesto al llamado para combatir la impunidad, la falta de independencia de los jueces, la militarización, el acoso a defensores de derechos humanos y la violencia contra mujeres.

Robinson, por ejemplo, solicitó en noviembre de 1999 ante el presidente Ernesto Zedillo el reinicio del diálogo en Chiapas; menos de dos meses después, el jefe del Ejecutivo desestimó, desde un foro internacional, que aquél sea necesario.

Refiriéndose personalmente por primera vez a su visita a México, realizada hace 114 días, Robinson dijo a La Jornada que sigue "creyendo, con certeza en mi opinión, que de la parte de las autoridades hay cierto compromiso de corregir la naturaleza seria de situaciones como la reforma al sistema de justicia y a la independencia del sistema judicial, y, muy particularmente, en relación con la situación de las poblaciones indígenas".

Abundó: "Por supuesto que no se puede cambiar la situación de un día para el otro, pero pienso razonadamente que la visita valió la pena, que fue constructiva y crítica, y que hemos dado seguimiento, en la mejor medida de nuestras capacidades; esto, en el contexto tanto de recursos como de la necesidad de asegurarnos que haya un programa de cooperación técnica".

La voz crítica que Robinson mantuvo durante su visita a México ha sido suavizada; pesa para ello muy posiblemente el que, como anunció, "estemos en serias discusiones para elaborar un programa de cooperación técnica", y también el que, como afirman fuentes de derechos humanos y del gobierno mexicano, las quejas sobre abusos y violaciones han disminuido considerablemente.

Agregó que -muy posiblemente será este el tenor de su inminente informe de actividades- "la visita fue seria y muy constructiva, durante la cual encontré necesario expresarme bastante fuerte por la situación que me llevó a México. Describí el abismo entre lo que se dice y la realidad en el terreno.

"Mi voz fue crítica, pero sentí que era necesario como parte de mi responsabilidad; tuve así mejor respuesta que en mis llamados anteriores, pues, por ejemplo, estamos en serias discusiones por un programa de cooperación técnica.

"Mi visita ha sido seguida por la de Erika-Irena Daes, de la Subcomisión de Derechos Humanos, y por la de Elsa Stamatopoulou, alta comisionada adjunta en la oficina de Nueva York (en febrero pasado). La comunidad no gubernamental se dijo alentada por la voz crítica y abierta que asumí". Aseveró que aún recibe "muy serios alegatos" de violaciones; recientemente, uno de grupos de mujeres.

Este año, el informe general de Robinson sobre sus actividades aún no ha sido publicado, pero en un resumen se cita su visita de cinco días a México, a fines de noviembre 1999, durante la cual firmó con la Secretaría de Relaciones Exteriores un memorándum de intención para cooperación técnica; en él, la diplomática hizo un llamado para acabar con la impunidad y expresó preocupaciones por la militarización en algunas partes del país.

Entre los abusos que ocurren en México, en el documento se citan casos de detenciones arbitrarias, tortura, desapariciones, violencia y acoso a mujeres; así como la actividad de grupos civiles armados en Chiapas y la actitud de las autoridades frente a ellos.

"Parecería que algunos de esos grupos gozan un nivel de indulgencia oficial. Ello sería inaceptable, porque la ley debe aplicarse a todos los igual", dice el resumen.