Lunes en la Ciencia, 27 de marzo del 2000
Mafias académicas y ciencia ficción
Miguel Angel Barrón Meza
ƑExisten las mafias académicas o pertenecen al reino de la ciencia ficción? Si pensamos en asociaciones duras al estilo de la de Al Capone, con sus integrantes vestidos con traje a rayas, sombrero, lentes oscuros y metralleta en mano, seguramente la respuesta será negativa. Pero si pensamos en asociaciones blandas, de personas que se apoderan de alguna comisión o jefatura de una institución de educación superior y cuyo objetivo primordial es beneficiarse a sí mismos y a sus amigos, entonces la respuesta será... un nudo en la garganta. Los agnósticos aseguran que la existencia de las mafias académicas no puede comprobarse, que éstas sólo se intuyen por sus consecuencias. El ateo afirma que tanto las mafias académicas como Dios no existen. Los integrantes de una supuesta mafia académica jamás se reconocerían como tales, al menos públicamente.
Pensemos en el Comité de Posgrado de la
internacionalmente reconocida Universidad del Trebolito. Este
asigna los cursos de doctorado (con un elevado número de
créditos) en forma exclusiva a los amigos más cercanos
del responsable de dicho comité, y deliberadamente ignora a los
investigadores que no pertenecen al selecto club, sin importar que
puedan tener un currículum arriba del
estándar. ƑPodría decirse que tal comité
está amafiado? Tal vez, pero nadie podría
probarlo.
ƑQué opinión nos merecería la Comisión de Apoyo a la Investigación de la citada universidad, que otorga una gruesa suma de dinero al proyecto de un veterano investigador cuyo único producto de trabajo en los últimos tres años ha sido una ponencia en un congreso nacional (y su único mérito son los 20 años de antigüedad en el puesto), mientras que otorga una cantidad ridícula al proyecto de otro no tan veterano investigador que reporta en el año anterior tres artículos en revistas estadunidenses arbitradas y dos ponencias en congresos europeos? ƑPodríamos decir que una mafia se ha apoderado de esa comisión? Posiblemente, pero nadie podría demostrarlo.
Pensemos ahora en el jefe del Departamento de Estudios Culinarios (DEC) de la Universidad del Trebolito: se va a realizar el 38 Congreso Mundial del Caldo de Pollo en Cancún, el cual tiene un costo de inscripción de mil dólares por persona más gastos de avión, hotel y comidas. El jefe del DEC decide enviar a cuatro de sus amigos profesores a tal congreso, sólo a foguearse y a conocer el estado del arte, ya que de momento (y tal vez por siempre) ellos no son capaces de escribir una ponencia. A la siguiente semana, un introvertido investigador tímidamente le solicita apoyo económico para asistir en autobús a un congreso en una ciudad cercana a presentar dos ponencias, y el jefe, como debe ser, se lo niega tajantemente haciéndole ver con firmeza que las arcas del DEC están vacías. ƑPodemos afirmar que el jefe del DEC es el padrino de una mafia? Quizá, pero no es factible de probarse.
Finalmente, imaginemos a la jefa del Departamento de Estudios Reproductivos y Conductas Sexuales (DERCS) de la misma universidad, en su amplio y cómodo despacho: ha venido a visitarla un grupo de ingenuos profesores que trabaja en la simulación numérica del proceso de reproducción del perro chihuahueño, con el fin de solicitarle recursos para la adquisición de un moderno y potente equipo de cómputo. La directora acepta otorgar recursos y pide al grupo que le entregue una propuesta detallada del proyecto, en la que se justifique la compra del equipo, así como una cotización. Después de varios días y noches de arduo trabajo, el grupo entrega lo que se le pide. Pasan las semanas y los meses y el equipo de cómputo no llega. Al cabo de un año el grupo se entera de que el equipo de cómputo ya se recibió y que la directora lo entregó hace dos meses a su amigo Zutanito, quien lo utiliza primordialmente para ver chicas sin ropa por Internet. ƑPudiéramos afirmar que la jefa del DERCS está amafiada? De nada serviría, pues no podría demostrarse.
En la Universidad del Trebolito, la sola insinuación de la existencia de mafias académicas es un riesgo, pues los delatores se exponen a sufrir serias represalias por parte de un ente ficticio cuya influencia, sin embargo, es notoria. Por fortuna y para tranquilidad de todos, la Universidad del Trebolito -al igual que las mafias académicas- pertenece al reino de la ciencia ficción. En este país, Ƒcómo podrían ser las cosas de otro modo?