LUNES 3 DE ABRIL DE 2000

Ť Propone revisar planes y ofertas del bachillerato


Mejorar la educación primaria y secundaria, desafío: Comipems

Ť Creció en 4 años la deserción en el nivel medio superior: SEP

María Esther Ibarra Ť La enseñanza primaria y secundaria debe ser de mejor calidad y las instituciones de educación media superior revisar sus programas y oferta educativas, pues resultan desafíos más "trascendentes y significativos" que asignar un lugar a los miles de jóvenes que aspiran a ingresar al bachillerato, considera la Comisión Metropolitana de Instituciones Públicas de Educación Media Superior (Comipems).

En su Informe de Resultados de 1999, esa agrupación responsable de aplicar el denominado examen único de ingreso a la enseñanza media superior, resalta como indispensable que la educación primaria y secundaria "aceleren el paso" en incrementen su calidad, ya que repercute en el desempeño educativo de los escolares de bachillerato.

Sobre este último nivel educativo, datos de la Secretaría de Educación Pública (SEP) indican que en los últimos cuatro años ha aumentado la deserción escolar y bajado la eficiencia en la educación media superior, aun en áreas como la ciudad de México, donde -en promedio- el abandono de estudios de bachillerato se elevó a 22. 4 en relación con los ciclos comprendidos entre 1980 y 1996, en los cuales fue de 17.4 por ciento.

De acuerdo con los dos últimos informes de labores de la Secretaría de Educación Pública, la deserción en el ciclo escolar 1980-1981 -cuya población varió entre los 300 mil y 400 mil escolares- se ubicó en 16.5 por ciento, y salvo en 1990-1991-en que bajó a 15.1 por ciento-, en los años subsecuentes osciló entre 18 y 17 por ciento, para llegar en el periodo 1995-1996 a 19.3 por ciento.

Pero entre 1997 y 1998 se elevó a 24.4 por ciento en una población de 410 mil 386 escolares y de 1998-1999 a 24.7 por ciento, con una matrícula de 406 mil 219. Según estimaciones de la dependencia, se prevé que en el presente año descienda a 23 por ciento, pero por igual calcula que bajará el número de alumnos a 390 mil 211.

En sentido inverso, la eficiencia terminal ha decrecido. Las estadísticas de la SEP señalan que en el ciclo 1995-1996, 51.8 por ciento de 384 mil 390 escolares del Distrito Federal concluyó sus estudios, pero en los años subsecuentes menos de 50 por ciento lo lograba. Así, para el año escolar 1997-1998, el índice fue de 47.3 por ciento en una población de 410 mil 386 inscritos, situación que en el de 1998-1999 se mantuvo en 47.2 por ciento y con una matrícula menor en casi cerca de 4 mil estudiantes.

Para el ciclo escolar 1999-2000, las proyecciones de la eficiencia terminal indican que el problema lejos de mejorar tenderá a aumentar, pues la SEP se estima que de los 390 mil 211 alumnos, 45.9 por ciento concluya sus estudios.

Si bien la Comipems establece en su informe de resultados de 1999, que el denominado examen único al bachillerato se aplica en circunstancias de "transparencia, igualdad y respeto a las reglamentaciones de cada institución educativa", señala que ha detectado situaciones y circunstancias que constituyen "desafíos trascendentes y significativos" como la necesidad que la educación básica --primaria y secundaria-- "acelere el paso en el mejoramiento de su calidad".

 

Enseñanza tecnológica, vital en el desarrollo social y económico

Pero también indica que las instituciones de educación media superior "tiene aun tareas pendientes, en cuanto a la pertinencia de sus programas educativos, la evaluación de su oferta educativa y otros asuntos -no los precisa- que inciden en el mejoramiento de la calidad de la educación". Asimismo, recomienda valorar la educación tecnológica en función de su "enorme importancia en el desarrollo social y económico" del país.

De acuerdo con el documento de resultados de la Comipems, el año pasado, de los 241 mil 995 jóvenes que sustentaron el examen de ingreso al bachillerato, a 203 mil 549 se les asignó un lugar en una de las 9 instituciones integrantes de dicha comisión. Así, casi 40 mil escolares no tuvieron acceso a la educación media superior, por lo menos a través del concurso único de admisión.

De acuerdo a la asignación por institución, al grueso de los estudiantes se le otorgó un lugar en planteles con bachillerato tecnológico y sólo 30.4 por ciento en centros educativos pertenecientes a las universidades Nacional Autónoma de México (UNAM) y del Estado de México (Texcoco), así como al Instituto Politécnico Nacional (IPN).

Los planteles que encabezaron la lista de aspirantes asignados fueron los de la Dirección General de Educación Tecnológica Industrial (DGETI), con 412 mil 323 alumnos (20 por ciento); Colegio de Bachilleres, con 38 mil 764 (19 por ciento); los operados por la Secretaría de Educación, Cultura y Bienestar Social del gobierno del Estado de México, con 32 mil 083 (15.8 por ciento); los del Conalep -incluye Distrito Federal y estado de México-, con 27 mil 586 (13.6 por ciento).

En contraste, el IPN recibió 25 mil 525 (12.5 por ciento) y la UNAM 35 mil 613 (17.5 por ciento). Sin embargo, esta cifra de asignación de alumnos para la máxima casa de estudios descendió en 2 mil 692, pues el número de inscritos que reporta la Comipems fue de 32 mil 921 jóvenes.

Ese organismo, atribuye, entre otras razones, las diferencias entre alumnos inscritos y aspirantes asignados a que "todas las instituciones convocantes establecen, en diferente proporción, ofertas de lugares mayores a su capacidad disponible real". Esto -asegura- "se hace con el propósito de contrarrestar las deserciones que invariablemente se presentan después de la asignación y, con ello, evitar el desperdicio de lugares disponibles, especialmente en los planteles de alta demanda".

Sobre los recursos económicos para el actual proceso del concurso para ingresar al bachillerato, la Comipems, en su informe del año pasado, informó tener un fondo inicial de 4 millones 500 mil pesos, superior a 1998 que fue de 3 millones de pesos.