LUNES 8 DE MAYO DE 2000

Ť Lo obligaron a posar para una foto con un letrero de apoyo a la Border Patrol


Juzgarán a guardias fronterizos que golpearon a un mexicano en Caléxico

Ť Defensores de indocumentados consideran que este caso servirá para evitar más abusos

Jorge Alberto Cornejo, corresponsal, Tijuana, BC, 7 de mayo Ť El mexicano Jesús Ibarra Chávez, de 23 años de edad, fue brutalmente golpeado por agentes fronterizos de Estados Unidos el pasado 27 de febrero, cuando intentó ingresar de manera indocumentada a ese país por la región desértica de Caléxico. Después, oficiales de la corporación lo obligaron a posar para una cámara fotográfica sosteniendo en sus manos un letrero con la leyenda: "Yo respaldo a la Patrulla Fronteriza".

Su caso está ahora en una corte federal de San Diego, California, y activistas de ambos lados de la frontera tienen confianza en que este juicio contra los guardias migratorios que intervinieron en el maltrato servirá para sentar un precedente y evitar más abusos.

Los organismos de derechos humanos en la región Tijuana-San Diego tienen documentados al menos otros 439 casos de abuso contra migrantes indocumentados por pare de agentes de la Patrulla Fronteriza y otras corporaciones policiacas de California, desde la puesta en marcha de la Operación Guardián.

La mayor parte de esos reportes han sido documentados por el Comité de Servicios de los Amigos Americanos en la vecina ciudad californiana, que ha presentado más de 50 denuncias similares a la de Ibarra Chávez, pero ninguna ha prosperado.

Sin embargo, en el caso de la demanda presentada el 28 de abril por Ibarra Chávez ante la fiscalía federal estadunidense con sede en San Diego, California, existe una fotografía que demuestra de manera "irrefutable" -sostiene el abogado del mexicano, Guadalupe Valencia-, que los abusos y las violaciones a las garantías individuales de los mexicanos detenidos continúan, a pesar de las declaraciones y compromisos asumidos por el gobierno estadunidense.

En su demanda, Jesús Ibarra asegura que el 27 de febrero pasado, cuando intentaba ingresar al vecino país, agentes de la Patrulla Fronteriza lo arrestaron y lo acusaron de ser traficante de personas. Asevera que fue obligado por el oficial identificado como Jason Caffey a sostener en sus manos un letrero, y después, en medio de risas de otros oficiales de la corporación, le fue tomada la fotografía.

Esto, de acuerdo con el abogado Valencia, defensor de oficio asignado al mexicano por la corte federal en San Diego, es una prueba irrefutable de que sus derechos humanos fueron violentados por los agentes estadunidenses, por lo cual su defendido no sólo merece la libertad, sino que buscará una indemnización económica.

El caso que irá a la corte el próximo 12 de junio, acapara la atención de activistas y políticos en el sur de California, toda vez que sentaría un importante precedente que haría menos vulnerables a los migrantes en casos de abuso.

El reporte del Comité de Servicios de los Amigos Americanos establece que casos como el de Ibarra Chávez, no son poco comunes, sino más bien frecuentes, al grado que pareciera parte de una política encaminada a persuadir a los migrantes para que no intenten regresar a Estados Unidos.

El informe entregado a La Jornada contiene casos documentados en los que oficiales de la Patrulla Fronteriza, así como policías de San Diego, Oceanside y Chula Vista, California, golpearon, amenazaron, insultaron e incluso robaron dinero a migrantes.

En un caso, documentado el 12 de julio de 1996, Roberto Martínez, director del Comité de Servicios de los Amigos Americanos en San Diego, indica que una joven mexicana perdió un ojo cuando agentes de la policía local trataban de detener a dos hombres de "apariencia" indocumentada disparando en varias ocasiones e hiriéndola en el ojo izquierdo.

Otro caso establece que el 31 de julio de 1996 agentes aduanales de la garita de San Ysidro golpearon y trataron de ahorcar a un migrante que intentaba cruzar ilegalmente por ese lugar.

Por su parte, Raúl Ramírez, director del Centro de Apoyo al Migrante en esta frontera, afirmó que los abusos son consecuencia de la xenofobia y la discriminación que existe en Estados Unidos desde la puesta en marcha de la Operación Guardián por parte del Servicio de Inmigración y Naturalización (SIN) en octubre de 1994.

Un análisis de esa medida antinmigrante sostiene que el número de arrestos de migrantes indocumentados al tratar de ingresar ilegalmente a Estados Unidos sólo se ha reducido uno por ciento, en tanto que el número de migrantes muertos se incrementó 600 por ciento con más de 500 muertes.

Durante este tiempo, el gobierno estadunidense ha gastado casi mil millones de dólares para tratar de controlar la frontera, y el número de oficiales de la Patrulla Fronteriza en el sector de San Diegose incrementó de 400 oficiales a 2 mil, y continúa aumentando frecuentemente.

Este crecimiento acelerado de oficiales hace pensar a los activistas que muchos oficiales fueron "capacitados al vapor" y carecen de los elementos suficientes para desarrollar su labor con estricto apego al respeto de los derechos humanos de los migrantes.

Esto se demuestra, según Ramírez, con las estadísticas, ya que desde 1995 a la fecha han muerto en el sur de California cinco migrantes mexicanos baleados por agentes de la Patrulla Fronteriza novatos.

El activista afirma que la conducta de los agentes fronterizos es, en muchos casos, violatoria de las normas internacionales de derechos humanos y sólo se le puede calificar como cruel e inhumana.