Lunes en la Ciencia, 5 de junio del 2000



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Feliciano Sánchez Sinencio

La aventura de la ciencia

sanchez-entrevista3-jpg De principio, analizar cada uno de los átomos de diferentes materiales sólidos y estudiar sus propiedades, no parece incidir en nuestra vida diaria, sobre todo si después de muchos años, todo ese conocimiento se aplica en un granito de maíz o en partículas microscópicas que flotan en pequeñas cantidades en el aire.

Sin embargo, Feliciano Sánchez Sinencio (México DF, 1938), quien ha dirigido algunos de los institutos de investigación más importantes del país como el Centro de Investigación y Estudios Avanzados (Cinvestav) y el Centro de Investigación en Ciencia Aplicada y Tecnología Avanzada (Cicata), del IPN, y quien actualmente preside la Sociedad Mexicana para el Progreso de la Ciencia y la Tecnología (Somprocyt) y funge como coordinador general de Posgrado e Investigación del IPN, enfatiza que lo que persigue es que de una manera u otra, toda la investigación influya en la solución de los problemas nacionales, así como en promover la formación de nuevos investigadores a través de los estudios de posgrado, ya que la riqueza de un país no se basa en la cantidad de recursos naturales que posee, sino en su posibilidad de crear valor agregado, lo cual sólo se logra mediante mejoras en la educación superior.

Una de las líneas de investigación de Sánchez Sinencio, concretada en nueva tecnología, se enfocó a mejorar el proceso de nixtamalización, en el cual se utilizaban generalmente tres litros de agua para procesar un kilo de harina. Ahora se podrá emplear sólo un litro del líquido, además de conservar y mejorar el valor nutricional y de consumo del producto final.

Los prometedores resultados de esta investigación -hecha por diversos especialistas- y que derivó en importantes patentes y en la próxima inauguración de una planta piloto para la elaboración de harina de maíz nixtamalizado, son sólo una aplicación del conocimiento acumulado a través de años de investigación básica del grupo de trabajo al que pertenece Sánchez Sinencio, quien es ingeniero en comunicaciones eléctricas y electrónicas del IPN, maestro en ciencias de la universidad de Brasil y doctor en ciencias en el área de física de la Universidad de Sao Paulo.

sanchez-entrevista-1-jpg "Me inicié en el estudio de la fotoconductividad. Es la época en que está en ciernes la electrofotografía, por lo que intenté entender cuáles eran los mejores fotorreceptores. Después estudié y desarrollé alrededor de 30 técnicas experimentales para la caracterización de sólidos a lo largo de muchos años de mi carrera como investigador."

Entre los aportes científicos del doctor Feliciano Sánchez se cuenta el descubrimiento del telurio de cadmio amorfo oxigenado como un nuevo semiconductor aislante y otros materiales como los ternarios basados en CdTe, también como semiconductores. Asimismo, se le reconoce como pionero en el estudio de transporte electrónico en cristales de azufre y en materiales semiconductores policristalinos, y en la aplicación de la espectroscopía de desviación fototérmica al estudio de semiconductores.

El investigador se enfocó posteriormente hacia la nixtamalización. Dentro de Cicata ha trabajado para entender las propiedades mecánicas, térmicas y alimenticias de este proceso, con el propósito de mejorarlo. A consecuencia de lo anterior también promocionó entre los industriales la fabricación de nuevas máquinas que hagan harina sin la problemática tradicional.

Sánchez Sinencio, quien ha recibido reconocimientos como la beca Guggenheim, la medalla de la Academia de Ciencias Cubanas, el Premio al Desarrollo de la Física en México, el Premio Nacional de Ciencias y Artes en el campo de tecnología y diseño, entre otros, ha trabajado en el desarrollo de nuevas técnicas experimentales que permitan medir cantidades muy pequeñas de contaminantes en la atmósfera, que pueden ser peligrosos para la salud, y tal vez "entre ellos encontremos posibles precursores del cáncer".

Finalmente, el especialista añade que "la investigación nos hace ver la vida de una forma antes no conocida. Al principio, me gustaba la idea de pensar que podía medir cosas que no podía, imaginar cómo lo podía hacer y experimentarlo. La investigación me dio un principio casi biológico, ya que puedo reproducir mi conocimiento y experiencia en otras personas, para que a su vez, éstas crezcan al aplicarlo y trasmitirlo nuevamente todo, con el propósito de que las entrañas de la ciencia beneficien a la sociedad" (Mirna Servín) (Fotos: Duilio Rodríguez)

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