Francisco Olvera y Trino reciben hoy el Premio Nacional de Periodismo


Los secretos del oficio

María Rivera Ť Crear todo un universo de su entorno local ha sido una de las claves del monero tapatío José Trinidad Camacho, Trino, que hoy recibe el Premio Nacional de Periodismo en el género de caricatura. Si cada ciudad tiene los cronistas que se merece, sólo la Perla de Occidente, con su bien ganada fama de conservadora y mochilona, pudo producir su antídoto: el humor desmadroso y anárquico de este caricaturista.

Transgresor como pocos en el uso del lenguaje, el creador de las Fábulas de Policías y Ladrones y Fábulas del Rey Chiquito, que se publican en La Jornada, explica que este reconocimiento oficial no modificará su trabajo. "Ya le dieron bienestar a mi familia, šqué bueno!; lástima que no hayan hecho lo mismo con el resto del país... Pero si me tocó el premio, allá ellos. Yo voy a seguir haciendo lo mismo que ahora, šse chingan!".

Trino ha resuelto de la mejor manera posible la relación de amor-odio que establecen no pocos tapatíos con su tierra: cada mañana toma la pluma y la disecciona. Y de paso, recrea, pero también reinventa su habla. Guadalajara es su trinchera, para crear necesita sus fuertes aguaceros, su humor cursi, las escamochas y las jericallas, al inefable Atlas, y, sobre todo, a sus cuates de toda la vida.

En la década de los ochenta Guadalajara vivía, como todas las grandes ciudades del país, un crecimiento desmesurado. Algún baldío quedaba como vestigio de que Zapopan y Tlaquepaque habían sido pueblos independientes. Sin embargo, pese a que su población aumentaba, conservaba "el alma de provinciana", es decir, no pasaba nada. Lo único que la sacaba del sopor era que alguno de sus equipos de futbol entrara a la liguilla por el título o la peregrinación de la Virgen de Zapopan.

Hasta que los aires de cambio que vivía el país se dejaron sentir por Occidente en forma de ventisca. Surgieron galerías, cines de arte, grupos de rock, se gestó el proyecto de la Feria Internacional del Libro (FIL) y de la Muestra de Cine Mexicano. Los principales animadores de estos proyectos eran jóvenes egresados del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Occidente (Iteso) -la universidad jesuita- y de la Universidad de Guadalajara.

Parte de este ambiente era el grupo que hacía la revista Galimatías, donde comenzó Trino.

-En los ochenta, mientras en el DF se formaban filas para que tú y Jis firmaran ejemplares de El Santos y La Tetona Mendoza, en tu tierra pocos los conocían.

-Más bien, nadie nos conocía. Ibamos al DF para sentirnos rockstars y al regresar al terruño nos sentíamos como cualquier hijo de vecino; nadie se nos acercaba para pedirnos un mono. Lo que ayudó a que la gente de Guadalajara me conociera fue un programa sobre futbol que hice junto a Emilio García Riera, que se llamaba El Rincón del Villamelón, que se transmitía en la televisión estatal. Después hice otro, Perro Mundo, con Luis Usabiaga, pero no duró mucho porque llegó el PAN al poder y el gobernador Alberto Cárdenas Jiménez, alias El Nuncamente, pidió nuestra salida. Esta ciudad tiene fuerzas vivas muy mochas que consiguen cerrar espacios. También me hice más conocido por las tiras de Pipo y Don Calvino y el suplemento La mamá del Abulón, que se publicaban en el periódico Siglo 21.

-En gran medida tu humor se nutre de la cultura popular jalisciense.

-Sí, lo mismo recurro a cosas de las películas de El Santos o de Siempre en Domingo, que del programa del Tío Carmelo, una especie de Tío Gamboín tapatío, y de las anécdotas que me cuentan mis familiares que viven en Atotonilco El Alto (en los Altos de Jalisco). En el DF se les hace muy chistoso el lenguaje de mis monos porque hablan como tapatíos. El Santos dice chéntatelo, como decimos acá, en lugar de chíngatelo; ocupo, en lugar de necesito, toda esa serie de modismos.

-ƑCómo has sobrellevado el ambiente tan conservador de la ciudad?

-En mi casa no son realmente represores. Me dieron mucha libertad. Aunque tuve una formación totalmente católica y mi mamá me decía que fuera a misa, que me confesara y todo eso, nunca me forzaron a nada. Por otra parte, tengo familiares que son tan hipócritas que se manejan tanto con una doble moral que fueron determinantes para que yo decidiera ser lo opuesto.

Por eso mis monos, como El Santos, hablan de drogas y de sexo. Para mis tíos hablar de todo eso es como encuerarse, les causa mucha bronca. Otra cosa que también ha sido importante para mí es que gran parte de mi educación la hice con jesuitas. Mi mamá se queja muchas veces porque digo malas palabras, me dice: "M'ijito: yo no te enseñé eso en casa, así no hablamos nosotros", y yo le contesto: "Mamá, eso no es culpa tuya, la culpa es de los jesuitas, así hablan".

trino-entrevista-1-jpg -Pese a tus críticas a Guadalajara sigues en el mismo lugar y con la misma gente.

-Guadalajara da una calidad de vida envidiable; aquí lo más lejos está a 15 minutos, aún se respira aire puro y llueve bonito. Aquí nací, acá tengo amigos entrañables a los que veo todo el tiempo y, además, está el Atlas.

-Tus personajes hacen guiños a un sector de clase media.

-Creo que sí, porque mis monos reflejan mucho mi entorno de clase media. Nunca he dicho que haya surgido de las bases populares o algo así. Fui una persona a la que nunca le faltó nada, pero que gracias a mi educación jesuita pude darme cuenta de cómo era la realidad de México.

-Devela el secreto de tu humor, cuéntanos sobre tu familia alteña.

-Algunos de los familiares que más quiero viven en Atotonilco El Alto, gente que tiene un sentido del humor que creo que he mamado. Mis tías me cuentan anécdotas del pueblo tan divertidas que yo les digo: "šPor favor, platíquenme más!" Como esa de que ahí vivía un cura que se apellidaba Melano, y que le decía a la gente: "Díganme padre, no cura". Otra que también me contaron fue la de una señora que fue a la misa con su hijo, un chiquillo como de seis años, y el niño estaba chingue y chingue durante toda la misa, corría, gritaba y la chingada, hasta que la mamá se hartó y špram!: le puso un pinche coscorrón. El chavito volteó para arriba y le dijo a la mamá: "ƑPara eso me naciste, para asesinarme a golpes?" También en El Rey Chiquito he sacado historias reales del pueblo. Hay ahí una juguería donde venden jugos de zanahoria, naranja y demás. Un día llegó un señor con su esposa, iban para el pueblo de Tres Palos, que está cerca de San Miguel El Alto. Entonces la señora le dijo: "Viejo, Ƒno vas a querer un jugo?" Pues que sí. Y al rato: "ƑNo vas querer desayunar?". "No vieja -le respondió-, yo con un jugo aguanto hasta Tres Palos". No pues todos los que estaban ahí dijeron: "šA mí échenme seis litros!" Obviamente, el juguero se hizo famosísimo.

-ƑPatentaron el jugo?

-Sí, y ahora se llama Viagra de Tlacote de Atotonilco El Alto.

-Pongámonos trascendentes. ƑCómo te gustaría ser recordado?

-Como el Pepe Guízar de los noventa o el Paul McCartney del 2000.

-La onda fresa.

-Sí, si hubiéramos estado en Los Beatles, Jis hubiera sido John Lenon y yo Paul. Soy súper fresa, todo el tiempo estoy oyendo ese tipo de música porque soy tan depresivo que no me gusta escuchar nada que me ponga triste.

-Ahora podrán entender tus lectores de dónde sacan canciones tan cursis los ladrones de tus tiras.

-šPor supuesto! Para mí el Cancionero Picot es básico; sus letras son una maravilla, las de Leo Dan, de Angélica María o Julissa. Además, me remiten a mi infancia, una etapa de mi vida que pasé ša toda madre!

-ƑTú también todo se lo debes a tu mánager?

-Sí, sólo que tengo varios. En el plano personal mis mánagers han sido Susana San Román, y ahora Clara Lozano, quien con su látigo hace que me levante antes de las ocho y termine mis tiras a las dos de la tarde. Por otro lado, cuando ando: qué haré, qué haré, voy y les pregunto a Carmen Aristegui, Javier Solórzano y a Andrés Bustamente, luego hago lo contrario de lo que me dicen. Y también está Carlos Monsiváis, pero él no es mi mánager, es mi gurú; platicar con él es quitarle solemnidad a las cosas, aun cuando parezca que está hablando en serio.

-ƑCrees que trabajos como el tuyo abren espacios en la libertad de expresión?

-No sé muy bien si somos reflejo de un cambio en la sociedad o hemos impulsado algo. Creo que más que en lo político contribuimos a crear lugares para que se exprese el desmadre. Lo cierto es que gracias a que pudimos publicar primero en Unomásuno, y después en La Jornada, se abrieron esos espacios. Ahora resulta más fácil hacerlo, pero antes no.

-ƑQué vas a hacer con tu premio?

-Pagarle a Germán Dehesa y a Guillermo Sheridan para que escriban mi biografía, había pensado en Krauze, pero creo que no le caigo bien.


Un monero a debate

-Trino, Ƒcon quién debatirías?

-Con Lavolpe, Zedillo y Monsiváis. Con Lavolpe sobre futbol, con Monsi sobre arte y con Zedillo sobre entretenimiento.

-Si te encuentras a Francisco Labastida en un elevador, Ƒqué le dirías?

-Que cambie su slogan de campaña por uno que diga: que el joder sirva a la gente, y que no se ría porque se nota muy falso.

-ƑY si te tropiezas en el estadio con Cuauhtémoc Cárdenas?

-Le diría: sí voto por usted, pero no por el PRD, y menos el de Jalisco, que son los mismos porros que nos golpeaban cuando éramos chavos dizque por pequeño burgueses.

-ƑY si te encontraras a Vicente Fox en Angelƀs (disco gay tapatía).

-Oye, Vicente, šqué bueno que te encuentro aquí! ƑQué haciendo?

-ƑHa marcado tu vida el irle a un equipo que tiene como lema Con el Atlas aunque gane?

-Sí, pero la esperanza muere al último; si ya hay nuevo PRI por qué el Atlas iba a ser menos.

-La seguridad pública es una de las mayores demandas de los ciudadanos, hay quienes dicen que los ladrones de tus fábulas nada tienen qué ver con los reales.

-Sí, es cierto, son terribles, pero esa es su chamba; en cambio, uno esperaría otra cosa de los policías. Además a mí me han tocado enfrentar más a policías que a ladrones, cada rato me levantan de la calle, que porque ando borracho, que no se qué, aunque vaya caminando cerca de mi casa. En Guadalajara, con el panismo, la policía es tan corrupta como antes. (María Rivera)