LUNES 19 DE JUNIO DE 2000

Ť Ricardo Vega dice que quienes critican al trovador son los que no aportaron nada


Acereto siempre buscó el equilibrio entre lo tradicional y lo moderno

Ť El integrante de Yahal Kab lamenta que se haya perdido el punteo de cuerdas que promovió Juan

Pastor Cerveraok.jpg 2 Arturo Cruz Bárcenas, enviado, Mérida, Yuc. Ť Junto con Pastor Cervera, Juan Acereto es uno de los últimos grandes compositores de la trova yucateca, movimiento que nació de una amalgama de varios elementos. Tiene diversidad, sincretismo, tradición, estilo. Acereto (1930-1991) es el más latinoamericano de los trovadores peninsulares. Incorpora a su obra samba argentina y joropo venezolano, entre otros ritmos. Jorge Buenfil es otro trovador que no canta mal las rancheras; la obra de éste crecerá con el tiempo. Ya veremos.

Mucho se dice y se opina sobre Juan Acereto. Nadie le discute su calidad como compositor. Pero la sombra de su encarcelamiento en el penal de Chetumal (dos años) por presunta relación con tráfico de drogas ensombrece un poco su luz artística. Un músico que acompañó a Juan en las buenas y en las malas es Ricardo Vega, quien arregló algunas de las composiciones más famosas del autor de Gota a gota. Tajante, critica a los críticos de Juan y pide que se separe a la persona y al artista.

Juan decía a Ricardo que de vez en cuando es necesario un estímulo para ver a Dios. E invitaba con discreción a ver la Osa Polar. Nunca su "afición" afectó su carrera. Nunca es nunca, precisa quien cantó con Juan temas de trova dentro de su celda. Las imágenes regresan a la mente del músico. Algo piensa para sí.

En el Café Habana, en el Centro de esta nívea ciudad, sorbo a sorbo, Vega, quien forma parte de uno de los mejores grupos de canción tradicional (el sexteto Yahal Kab), pero con una permanente búsqueda de innovaciones, "de equilibrio", dice, expuso algunos de los recuerdos, de las vivencias, que lo siguen día a día.

"Juan decía que no es posible que se siga pensando que los únicos ritmos en que se debe hacer trova sean los que se han mencionado siempre: bambuco, clave, jarana, bolero y son. Preguntaba por qué no se incorporaba el pasillo o el joropo. El nunca se limitó en la composición. Su pensamiento era vanguardista. Es un precursor de la nueva forma de hacer canción yucateca. No una nueva trova, sino un nuevo concepto".

Añade que el autor de Arbol siempre tenía claro lo que había que lograr: el equilibrio entre lo tradicional, el pasado, con lo moderno. "Juan no fue entendido en su época. Fue muy especial, pues si no le cantabas la melodía como era, se molestaba mucho, al igual que Pastor Cervera. Decía que los tríos habían destruido Gota a gota. Acereto hizo aportes de melodía".

Acerca de su encarcelamiento, Ricardo Vega lo ubica como un hecho que afectó a todos en Mérida. "Juan tenía con nosotros muchos planes. Ibamos a ir a Monterrey, a Sudamérica. Podía presentarse en cualquier parte del mundo. Estaba muy sólido. Cuando dieron la noticia de ese problema decidí retirarme un tiempo de lo musical; me encerré en mis clases, no quise hacer nada. Cometió un error en su vida, pero lo que buscaba era mejores condiciones económicas para poder hacer su trabajo. Tuvo amistad con quien nunca debió tenerla (gente de Tijuana). Lo visitaban y lo picaban para que consiguiera el dinero de manera más rápida. Cuando salió nos sorprendimos. Nunca nos dijo nada de eso. El morbo se alimentó y, sí, los tríos decían: 'šay!, tu hermano Acereto... šdrogadicto!'.

"Yo les pregunto qué es lo más importante en la vida: una persona que nunca incitó a la gente a hacer lo que él hacía. Trabajaba con base en el respeto. Sabíamos quién era Juan Acereto y cuál era su medida personal. Y nunca nos metimos tampoco. Pero sí hubo gente que aprovechó la circunstancia para crear el ambiente, una forma de ver la personalidad de Juan, que no tiene nada que ver con su obra".

Lo que sí, casi no bebía alcohol porque tuvo un problema intestinal que se lo prohibía. Aunque, cosas de bohemios, de que le gustaba el ron, no sólo le gustaba, le encantaba. Juan preguntaba a Ricardo: "Es difícil en un medio como éste trabajar si no tienes un estímulo. ƑPor qué toma uno el alcohol? Porque se busca un estímulo. Lo mismo ocurre con el café y con el tabaco. Y la mariguana, šhablando claro!, a él le pareció un estímulo. Pero Juan no lo hacía en público, sino en sus momentos de reposo, de tranquilidad, en su casa, sin perjudicar a nadie. Nunca hizo un escándalo. Tampoco era un vicioso, como se le ha pretendido poner, que nomás eso hacía y que sólo pensaba en eso. šNo es cierto! Para él era un medio que necesitaba para, como él decía, acercarse a los dioses, que le dictaban tal o cual melodía, o esa armonía".

Quienes critican a Acereto, añade, son los músicos que no han aportado nada a la trova. "El día que el murió (de cáncer) había muchos trovadores que estaban llorando igual que nosotros. Sabíamos que se estaba perdiendo un gran talento. Juan tomó clases de guitarra con Guadalupe Trigo y Juan Helguera. Su armonía es la de un trovador de los más avanzados. Tocaba siempre buscando una novena, una acorde. Le gustaba mucho el efecto de la cuerda suelta al aire. Su guitarra era moderna y su toque igual, contemporáneo".

Destaca varias veces el punteo de las cuerdas de parte de Juan y lamenta que esa técnica se haya perdido -aunque varios lo conservan- por culpa de Los Panchos, cuya influencia fue mundial, "y ni Yucatán se pudo salvar. Aquí, los tríos no se acercan a la música de Acereto, šno la entienden! Se le da frescura a la trova si le das una novena, por ejemplo".

Ricardo dice poseer algunas piezas inéditas de Juan con las cuales editará, antes de que termine el 2000, un disco que se llamará, más o menos, Yahal Kab interpreta a Juan Acereto o Influencia de los ritmos sudamericanos en la obra de Juan Acereto. Un aporte a la trova yucateca.

La vida después de la muerte

Cada mañana y cada noche, Juan Acereto le da los buenos días, mi amor, y las buenas noches, mi amor, a su última esposa, su hoy viuda Celia González Cordero. Para ella, sólo hubo un hombre en su vida. Y no habrá otro más. Por eso Juan aún recorre, no como un fantasma, sino como algo real. No ha muerto porque no se le ha olvidado. Se casaron cuando Juan tenía 44 años y ella 35, a finales de 1974.

"Era un bohemio empedernido, pero aún así, después de que nos casamos le dio prioridad al hogar. Fue amoroso con sus hijos; era muy espiritual; le gustaba convencer a toda la gente. Cuando lo conocí no sabía que era un trovador. Cuando nació Benjamín se compusieron las cosas y le dio importancia al hogar".

Juan Acereto Ok Reconoce que Juan tenía hábitos comunes a los trovadores, pero que lo aceptó tal y como era. "Vivimos un romance de película. Siempre estábamos juntos. Cuando lo conocí ya tenía varios años de divorciado de su primera esposa. Luego se volvió a casar, y también se divorció. Que yo sepa se casó tres veces. A él lo perseguían mucho las mujeres. Eso lo sabía yo, pero también que era muy discreto al respecto".

La señora Celia asegura que Juan era capaz de quitarse la ropa para dársela a un buen amigo que tuviera frío. Eso por el lado de las virtudes, Ƒpero de los defectos? "Tenía un carácter muy fuerte. Una cosa que no le parecía y reaccionaba. Nunca hizo una letra agresiva contra una persona. Sus últimas canciones, me decía, las hizo pensando en mí. Todas me gustan, pero prefiero Te quiero por capricho y Cuerpo y alma, ésta la compuso antes de conocernos, pero Juan me platicó que en esa canción expresa su aspiración de encontrar un amor, una mujer, así como él la pinta en la canción. Me da algo de pena decirlo, pero me dijo que yo era, más o menos, como la mujer de esa canción, de Cuerpo y alma".

Los derechos de su obra los tienen los nueve hijos de Juan Acereto. Celia no puede ejercerlos. "Todo lo que él dejó se lo he entregado a mis dos hijos, quienes tienen contacto con los otros hijos de Juan".

Al morir Juan, Celia se sintió desamparada. "Para mí, Juan era mi padre, mi amigo, mi hermano, mi amante, mi compañero... todo en la vida".

Acerca del episodio del encarcelamiento de su esposo, hace una defensa tajante de la inocencia de Juan. Señala envidias que lo privaron de la libertad. Relaciona el hecho con su actividad en Silán de Bravo, donde fundó una cooperativa que se dedicaba a la construcción de barcos de mediana altura. Hubo problemas de dinero, momentos de tensión. Agrega que Juan fue a una fiesta y que al cantar alguien le metió algo en su bolsa. Pensó que era un billete, pues es muy común que eso suceda como muestra de agradecimiento. Pero resultó "que le metieron un polvillo blanco por ahí; llegaron los agentes y lo acusaron de que era traficante de drogas". Estuvo dos años presos en la cárcel de Chetumal. Sale y enferma de cáncer. Luego de varias operaciones, muere por metástasis en el pulmón.

Desde entonces, asegura Celia, Juan le di

ce cada mañana bueno días, mi amor.