DOMINGO 2 DE JULIO DE 2000



EL VOTO EN EL AIRE

 

Las cuentas finales
de los candidatos

 

Francisco Labastida pasó de una campaña gris a los acarreos del viejo PRI. Del "carro completo" al reconocimiento de una "cerrada ventaja", y es probable que no obtenga el "amplio margen" que según él mismo evitaría un conflicto poselectoral. Cuauhtémoc Cárdenas llega a las urnas envuelto en una paradoja: las encuestas, oráculo de los amigos del "voto útil", prácticamente lo tienen fuera de la disputa. Pero las plazas alimentan la esperanza de sus seguidores. Las encuestas dicen que puede ganar. Sus apoyos llegados de todas las corrientes creen que debe ganar. En los últimos días, se multiplicaron los desplegados en su favor pero, si se mide por las mismas encuestas, la candidatura de Vicente Fox ya no creció.Aquí, los estados de cuenta de los candidatos al llegar a la elección

 

Francisco Labastida: el nuevo PRI puede esperar

La suya comenzó como una campaña gris, que no "levantaba", y terminó en la repetición de los usos y costumbres priístas: grandes concentraciones, cierres regionales con toda la carne en el asador y confianza plena en el triunfo, apenas matizada con la aceptación del crecimiento, en las encuestas, de su competidor de la Alianza por el Cambio.

Francisco Labastida se mantuvo cerca del presidente Ernesto Zedillo; perdió todos los debates y los posdebates, tuvo que dar marcha atrás en polémicas clave; ajustó su equipo a la mitad del río y es muy probable que no obtenga "el amplio margen" que evitaría las "manifestaciones y disturbios" por él mismo anunciados.

*La interna, incredulidad y legitimidad

Diez millones de votos y ya: había nacido el candidato presidencial del nuevo PRI. Aunque muchos -en primera fila los contendientes derrotados, con Roberto Madrazo a la cabeza- pusieron en duda la limpieza del proceso e incluso el poder de convocatoria del tricolor, Francisco Labastida pudo vender su triunfo dentro y fuera del país como una prueba irrefutable de las intenciones democratizadoras de su proyecto.

Así arrancó su campaña con buena estrella, pese a que "el país fue testigo de un destape clásico, pero validado por elecciones primarias", según recordaría meses más tarde la investigadora Guadalupe Pacheco (El Cotidiano 101).

ƑQué pasó después?

Con Zócalo lleno -aunque con menos gente de la que una semana después reunirían, por separado, tanto el PAN como el PRD-, la presidenta nacional del PRI, Dulce María Sauri, recordó que la elección interna era la principal medalla que Labastida portaba en el pecho. Nadie se animó con la referencia ese domingo 18 de junio en la Plaza de la Constitución.

Le había pasado tanta campaña encima al candidato que todos prefirieron cantar con Juan Gabriel el pegajoso estribillo: "Ni Témoc, ni Chente, Labastida será presidente".

*El costo mínimo

Si la economía marcha bien, si la imagen del presidente Ernesto Zedillo está mejor que nunca, si no ha habido muertos -esta semana, al menos- en Chiapas, Ƒpara qué arriesgar? ƑA quién se le ocurre un discurso del 6 de marzo, como aquella pieza célebre en la que Luis Donaldo vc-labastida-propaganda-1-j Colosio marcó su distancia con el presidente en turno?

Así evaluaron en la campaña durante meses. No era la hora de arriesgar. Y Francisco Labastida fue una especie de Jesús Silva Herzog con dimensión nacional: pocos actos de campaña -al menos comparado con sus adversarios- y un bajo perfil, una presencia discreta, mientras uno de sus adversarios lo llenaba de insultos y el otro no lo soltaba como representante del "sistema".

Labastida tomaba las cosas con calma. A diferencia de sus cierres masivos, al estilo del viejo PRI, los estrategas y el candidato parecían rechazar las plazas llenas. En los primeros seis meses de su campaña, Labastida sólo visitó 66 municipios. En el mismo periodo, Cuauhtémoc Cárdenas estuvo en 158, y Vicente Fox, en 142.

Pese a la elección interna, Labastida cargó durante toda la campaña la marca de ser el candidato de Ernesto Zedillo, un personaje que como coordinador de campaña recomendaba a Colosio "mantener una estrecha vinculación con el presidente Carlos Salinas, informarlo, consultarlo y tratar de no molestarlo en nada", según ha recordado Miguel Angel Romero.

Era, y es, el candidato de la continuidad, con sus riesgos y beneficios.

Por eso tropezaba cuando tenía que tocar los difíciles temas de la coyuntura (de la UNAM al caso Oscar Espinosa). Por eso rechazaba invitaciones a lugares donde hubiera públicos difíciles.

El resto bajo control: el producto interno bruto y las exportaciones crecen, la inflación ronda los márgenes anunciados y hay una leve recuperación del salario real (las fragilidades del peso vendrían después, y se pudo culpar a un candidato alebrestado). La calma debe seguir.

Hasta que los debates y las encuestas cambien el paso.

*Regreso al voto duro

Cuando Esteban Moctezuma veía incredulidad en el rostro de sus interlocutores, tomaba el teléfono y le hablabla al candidato. Intercambiaba algunas frases con alguien que debía ser Francisco Labastida y, luego de colgar, volvía a atender a quienes tenía enfrente:

-ƑYa ven? -decía-. Yo sigo siendo el coordinador de campaña.

La anécdota es real, tanto como los nombramientos de viejos y avezados priístas en cargos clave de la campaña a principios de mayo.

El multicitado choque entre Esteban Moctezuma y Emilio Gamboa Patrón, y la suma de tropezones en la campaña y el crecimiento de Vicente Fox, habrían propiciado los ajustes ("En mi campaña mando yo", dijo Labastida) y el regreso de los héroes.

A falta de publicidad pegadora, derrotados sus asesores en los posdebates, ridiculizado en los spots foxistas, Francisco Labastida decidió recurrir a los servicios de los especialistas en el control y la manipulación del voto.

"Yo nunca he hecho trampas, y no se rían, sino trabajo de fondo", dijo un Manuel Bartlett recién nombrado coordinador de la campaña en las entidades gobernadas por la oposición.

Todos, dicen, se pusieron muy serios.

Y la campaña continuó. A los nombramientos se sumaron otras jugadas no menos espectaculares: reuniones públicas con los gobernadores priístas; abierta promoción del voto entre funcionarios y empleados gubernamentales de todos los niveles; uso de recursos públicos para la campaña labastidista (el caso de Roberto Albores Guillén ha sido emblemático, nunca el único); en suma, la vuelta a la maquinaria electoral priísta clásica y la apuesta por el voto duro.

Los ejemplos de la nueva estrategia comenzaron a verse muy pronto en la multiplicación de las denuncias de los partidos de oposición y en varios casos documentados por los medios, relativas al uso de instrumentos de autoridad y gestión gubernamental a favor del PRI.

Los ejemplos fueron abundantes y de todos colores. A mediados de mayo, en una reunión con funcionarios de alto nivel de la Secretaría de Energía, Carlos Armando Biebrich exigió, de plano, cargos a cambio de votos. Y quizá como una prueba de que nada pasaría pese a la existencia de organismos como la fiscalía especializada en delitos electorales, se hizo acompañar de un subsecretario de la Secretaría de la Contraloría.

(El pasado miércoles, Biebrich anunció el éxito de su misión: 3.5 millones de votos, 20% de los que espera obtener Labastida, serán de los burócratas y sus familiares. En una suerte de operación tamal modernizada, el domicilio de un funcionario será punto de reunión para que familiares y vecinos vayan a votar todos juntos.)

ƑCómo se consiguieron los votos de la burocracia?

Una pista: con el logo del Sindicato de Trabajadores del DIF, un oficio dirigido a Joel Ayala, secretario general de la Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado, dice: "Anexo al presente me permito entregar a usted el número de 506 copias de frente de credenciales de elector, en respuesta al trabajo que tuvo a bien asignar al sindicato que me honro en presidir". Y firma la comunicación, fechada el 27 de junio, Rubén Espinosa López, secretario general del sindicato del DIF.

Hace apenas una semana, funcionarios de la Secretaría de Desarrollo Social en todo el país fueron llamados a la ciudad de México para exigirles cuentas sobre los apoyos que han dado a la campaña. A la salida de la reunión, varios de ellos reafirmaron, en privado, que votarán por Vicente Fox.

Pero si no bastaran los 3.5 millones de sufragios de la burocracia, los ciudadanos casi duplicarán la cuota. Gracias al protagonismo de su esposa, María Teresa Uriarte, y a la experiencia y los contactos de personajes como Maricruz Montelongo, hija de Elba Esther Gordillo, Redes 2000 garantizó a Labastida 5 millones 879 mil 929 sufragios en todo el país. El voto ciudadano, se dijo, pues la mitad de los "promovidos" nunca habían participado en política.

*Yo o el caos

Tres puntitos apenas tres. Los suficientes, en la lógica de la campaña labastidista para anunciar a plana entera: "Marcador final. 46 encuestas publicadas al 22 de junio de 2000. Encuestas que favorecen a Francisco Labastida: 38. Encuestas que favorecen a Vicente Fox: 08".

La inserción pagada por el PRI el pasado viernes 23 fue el último jalón de una guerra que, en los medios, comenzaron los publicistas sólo para dar paso a los encuestadores (y éstos a la guerra sucia).

En los próximos días se verá cuáles y cuántas eran las "encuestas serias", porque hasta el final estos instrumentos -con cambios de empresas de última hora o de plano decisiones de no publicarlas más- siguieron reflejando un virtual "empate técnico" entre el PRI y el PAN.

El crecimiento de la candidatura de Cuauhtémoc Cárdenas en las últimas semanas trajo consigo la posibilidad de un escenario que gustaba a muchos priístas: si el PRD llegara a obtener 25% del total de los votos, el PRI podría alzarse con la victoria; menos de 15% para Cárdenas y su partido incrementaría las posibilidades de triunfo del PAN.

Francisco Labastida había comenzado su campaña con el anuncio de "carro completo", es decir, una victoria con 50% de la votación. Al cuarto para las doce, el escenario es otro. El pasado miércoles, en el superconcurrido cierre de campaña en Culiacán, algunos de los estrategas de Labastida sacaban cuentas: "Seis puntos porcentuales, baraja Esteban Moctezuma; ocho o nueve, sería el cálculo de Emilio Gamboa; más o menos lo mismo, estima Dulce María Sauri, que será la ventaja sobre el panista" (Rosa Elvira Vargas, La Jornada, 29 de junio).

Con el paso de los meses, el optimismo se desvaneció. La campaña en medios electrónicos se hizo acompañar de un regreso al acarreo y las grandes concentraciones, así como de los cambios en el equipo de campaña.

Hace un mes, Labastida reconocía que la diferencia andaba entre los dos y los siete puntos. Parecía ya no importarle: "Una diferencia de un voto es un mandato, determina el resultado de la elección" (La Jornada, 2 de junio).

Apenas cuatro días después, sin embargo, hacía el discurso que los analistas bautizaron como "Yo o el caos": "Si no cumplimos cabalmente con esta tarea (de promoción del voto) y ganamos con un amplio margen, tendremos, como consecuencia de ello, problemas en el país, manifestaciones y disturbios que van a afectar el desarrollo de México".

Las preguntas llegaron a este 2 de julio: ƑCuánto queda del voto duro del tricolor? ƑPuede el PRI engañar a las encuestas con la suma de sus artes tradicionales, con la coacción y la compra del voto? ƑCuánto pesará un tercer lugar priísta en el DF? ƑDe veras funciona aún la "maquinaria" priísta? ƑExiste todavía el voto verde?

Hoy por la noche sabremos las respuestas. (Arturo Cano)

Cuauhtémoc Cárdenas: el ancla y el buen cierre Gallo

"No seré el fiel de la balanza", dijo Cuauhtémoc Cárdenas el martes pasado en Jalapa, al defender la capacidad de los electores de discernir proyectos diferentes.

Pero en el abarrotado mitin de la capital veracruzana se confirmó la constante del apoteósico cierre cardenista: plazas amarillas, ánimos desbordados, reafirmación enjundiosa de los que -Andrés Manuel López Obrador dixit- se anclaron en la izquierda para responder a los decepcionados de las ideologías: ni un voto al PAN.

Cárdenas llega hoy enrachado. En los últimos 20 días de la campaña rompió todos los récords de concentraciones humanas en mítines políticos, a decir de las crónicas periodísticas y de los entusiastas miembros de su equipo que durante meses no vieron una. Acabó con el fantasma de la UNAM, que lo rondaba desde octubre del año pasado, y recuperó el terreno perdido en la capital del país tras su paso por el gobierno. Antes, en los felices días del segundo debate, ridiculizó a Vicente Fox y acorraló a Francisco Labastida.

Pero las encuestas no le dan tregua. Las últimas, publicadas hace una semana, cayeron como balde de agua fría entre los afectos a contar asistentes a sus mítines: ninguna le da más de 20% de las preferencias y algunas, incluso, lo ubican en 14%, muy lejos de las disputas de 40 puntos entre el PRI y el PAN.

Aunque todas registran el repunte.

"Le va a faltar tiempo", lamentan en su equipo. "Reaccionó tarde", dicen otros. Los menos, esperan todavía el milagro.

Pero Cárdenas no pierde el buen ánimo.

"Confío en que las plazas llenas que estamos viendo signifiquen urnas repletas. La encuesta que vale es la del 2 de julio", decía hace unos días a reporteros de La Jornada.

Más allá de la franja de indecisos que -otra vez-, según las encuestas, puede aún definir la elección, Cárdenas tiene la apuesta en el 60% de pobres que hay en el país, a quienes dirigió el mensaje de su último acto de campaña, en la plaza Benito Juárez, de Juchitán, Oaxaca:

"Un voto por Labastida es un voto a favor del entreguismo, de que el país siga vendiéndose, de la corrupción y las complicidades con el narcotráfico. Un voto por Fox sería ir en contra de los más puros ideales de la nación y de la tradición juarista... Tengan confianza, que somos mayoría".

*Las odiosas encuestas

Al candidato de la Alianza por México, las encuestas le han dado como máximo 23 puntos (Alduncin) y un mínimo de 13.9 puntos (CEO-UdeG).

Cualquier interpretación, dicen con razón los perredistas, es válida con resultados tan dispares.

Porque la encuestitis que ha marcado esta contienda sólo ha servido como elemento extra de confusión entre los electores.

Un ejemplo: en su segunda encuesta, el 16 de junio, Zogby-Reuters dio a Labastida 43.6% de las preferencias, 40.7 a Fox y 14.5 a Cárdenas. Un mes antes, la agencia británica había provocado revuelo nacional al ubicar a Fox cuatro puntos arriba de Labastida.

En todo caso, los perredistas se aferran a una encuesta interna que coloca a Cárdenas en 25 puntos y apelan a los resultados de 1997, en la primera elección de jefe de Gobierno del Distrito Federal.

Ese año, las encuestas que dos semanas antes del 6 de julio dieron a conocer el CEO y Berumen, por ejemplo, daban a Cárdenas 40 y 35 por ciento de las preferencias, respectivamente.

Cárdenas ganó con 48% de los votos y -en un escenario que nadie previó- el PRD obtuvo 67 de las 70 diputaciones en disputa en la capital.

*El discurso del cambio

Y si a encuestas vamos, los 12 puntos que -dicen los encuestadores- perdió Cárdenas con el episodio del 14 de marzo, en la elección del presidente nacional del PRD, fueron mortales para las aspiraciones del candidato de la Alianza por México.

Hay otros elementos que corren en los balances de los dirigentes perredistas: el conflicto de la UNAM, el pleito con Porfirio Muñoz Ledo, la falta de liderazgo que se achaca a Amalia García, la campaña de descalificación a la que fue sometido su gobierno (aunque la percepción de que "no se hizo nada" fue revertida por Rosario Robles), el caso Stanley, que sigue cobrando facturas con el affaire Lilly Téllez-Samuel del Villar...

Pero los argumentos que más han pesado en su contra son la revelación de su encuentro con Carlos Salinas en 1988 y la idea del cambio, "muy bien vendida" por Fox.

*La izquierda foxista

La diáspora es real. En los últimos meses, más de un perredista o filocardenista, incluso algunos "intelectuales de izquierda", se han unido al llamado del Hamelin mexicano.

Es "para alcanzar la tan deseada alternancia", argumentaron la semana pasada 27 intelectuales -entre ellos German Dehesa, Enrique Serna, René Avilés y Mariclaire Acosta- que firmaron un desplegado para llamar a votar por Fox, si el hombre de las botas asume 10 principios (uno de ellos, por ejemplo, es nombrar "mexicanos progresistas en carteras como Sedeso y Pemex").

Antes se habían unido a la causa foxista personajes como el ex comunista Joel Ortega, las hermanas de Pablo Gómez, Héctor Castillo, el hijo de Heberto Castillo. Incluso otros más cercanos, como Francisco de Souza, ex fotógrafo de Cárdenas y ahora flamante candidato a delegado en Cuajimalpa por el PAN.

Y los superasesores, Adolfo Aguilar Zinser y Jorge Castañeda (esta contienda no es asunto de ideologías, dijo, porque no es concurso de belleza), quien la semana pasada declaró que personalmente entregó dinero del extranjero a Cárdenas.

Castañeda siempre podrá decir que eran otros tiempos, aquellos en los que escribía -según reprodujo Miguel Angel Granados Chapa el martes pasado- que "nadie puede cuestionar la inmensa contribución de Cárdenas al lento y penoso proceso de democratización que ha vivido México en estos últimos años. Asimismo, es aberrante poner en tela de juicio la tenacidad y la integridad de quien, como ninguno, se dedicó en cuerpo y alma durante siete años a tratar de transformar las estructuras políticas del país..."

*Cuánto pesa el "voto útil"

ƑY dónde está la suma si Fox terminó la campaña con las mismas preferencias electorales que tenía en enero?

Vale la pregunta para los teóricos del voto útil. Un dato revelador, que da el análisis de la encuesta panel el Grupo Reforma, publicado el 23 de junio: "Cárdenas -quien comparte la batalla por los electores indecisos con Labastida- es quien menos ha mantenido a sus seguidores originales, sólo 65%, pero es quien más votantes ha reunido de sus contrincantes".

*El "martes negro" y las plazas

La frase lo catapultó: "Lo siento, Vicente, pero no podemos actuar a tu capricho". Esa tarde del 23 de mayo, Cárdenas se reveló ante las cámaras como un hombre enérgico, irónico, bromista. Ya no cambió. Tres días después Cárdenas apaleó a Labastida en el debate: "Yo no corrí -le reviró al priísta, cuando justificó su cargo como embajador en Portugal-, yo me quedé a luchar por la democracia".

Algunos consideran que "dejó ir vivo a Fox". Lo cierto es que el "martes negro" marcó el repunte de la campaña cardenista.

Siguieron declaraciones duras que Cárdenas remató bien en el Zócalo amarillo del cierre de campaña: "Son gritos lastimeros de quien se sabe perdido (en respuesta al último llamado de Fox)... Si tuviera, como afirma, 40, 46 o 48 por ciento de los votos, Ƒme estaría llamando, estaría tan desesperadamente como se le ve, suplicando el voto de los perredistas?"

Cárdenas, pues, a galope tendido, como suele cerrar sus campañas, y cuesta arriba, como mejor espolea.

Lástima -dicen unos- que las plazas no voten.

*Rosario y el Peje

Los focos rojos se encendieron en mayo: Fox ganó el simulacro de la UAM Azcapotzalco por escasos dos puntos, y también se embolsó las preferencias en la Universidad Iberoamericana (donde tres años atrás Cárdenas había arrasado).

"La meta no es ganar la jefatura de Gobierno, sino que Cárdenas gane en el DF", confió entonces un dirigente del PRD capitalino.

Después del mitin de la UNAM y el cierre de campaña, los perredistas no dudan más: el DF será para Cárdenas. Y también va a recuperar el voto de las universidades.

En el primer caso, resulta clave el papel de dos personajes que -según se apuesta en el partido- estarán disputando el liderazgo que deje Cárdenas en el PRD: Rosario Robles, quien no deja de repetir que ella sólo "ha puesto la cereza" a la obra de su jefe, y Andrés Manuel López Obrador, quien superó la amenaza de impugnación de su candidatura para perfilarse como seguro ganador de la batalla por el DF.

En el caso de las universidades, la voltereta se dio con la visita al IPN (donde días después se tuvo que cancelar un acto con Labastida). En respuesta a las erradas alusiones de Fox a la viuda de Lázaro Cárdenas y los luchadores sociales, Cárdenas acudió al Politécnico acompañado de "las viudas", Amalia Solórzano, Conchita Nava y Rosario Ibarra.

Después, Cárdenas obtuvo 50% en los simulacros realizados en la UAM (Iztapalapa y Xochimilco), la Nacional de Maestros, y la Pedagógica Nacional.

La prueba de fuego fue el 14 de junio en la UNAM... y ganó con 51.5% de los 14 mil votos emitidos. Fue lo que detonó su regreso a la UNAM.

*La apuesta

En la pantalla, Celeste Batel, quien durante años se ha mantenido al margen de las actividades políticas de su esposo: "Es un hombre íntegro y trabajador. Confío en él porque es un buen padre, un buen hijo y un buen compañero. Piensa en tus hijos. Cuauhtémoc es el presidente que México necesita. Te invito a votar por él".

El spot televisivo en la recta final de la campaña completa el cuadro que el candidato de la Alianza por México ha querido mostrar desde el debate: el de un hombre feliz, con una "vida familiar ordenada".

El otro punto es el de su compromiso personal por la democracia en el país y la construcción de un país más justo.

Como dijo el miércoles a Joaquín López Dóriga, en su último mensaje de candidato: "Un gobierno honrado, que se maneje con patriotismo, que tenga compromiso con la gente que trabaja, que ha sido marginada del desarrollo".

Es su apuesta. Hoy se verá si tienen razón las encuestas o las plazas. Como sea, ya se especula sobre la posición que asumirá mañana, pues para muchos, la única certeza es que -gracias a su excelente recta final- tiene la batuta de la elección.

Si no, que le pregunten al viejo que en el Zócalo amarillo del cierre de campaña se aferraba a su cartulina garabateada: "Señor Cárdenas, usted es el candidato de los pobres, usted es nuestra esperanza; por favor, gane". (Daniela Pastrana)

Vicente Fox: la ola y las contradicciones fox-simpatizantes-jpg

Genio y figura hasta la urnas, Vicente Fox Quesada llega a los comicios de la misma forma como hace tres años inició su recorrido por el país: envuelto en la polémica y las contradicciones.

Cansado, dijo, "de aguantar candela y calumnias", el candidato panista a la Presidencia invirtió el último día de su campaña para denunciar penalmente como "implicado" en el delito de difamación a quien durante casi un año trató de convencer que fuera su aliado: Cuauhtémoc Cárdenas.

ƑRazones? "Las que ustedes quieran", respondió cuando se le preguntó el porqué de su nuevo cambio de opinión.

Pareció el colofón ideal para una campaña donde hubo de todo, como en botica: en un año Vicente Fox comparó a la Iglesia católica con el PRI, deslindó a los banqueros de la crisis financiera del 95 y luego los acusó de "despacharse con la cuchara grande".

En su batalla personal contra tepocatas y víboras prietas, Fox descalificó al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, advirtió que no aceptará resultados electorales que no tengan 10 puntos de diferencia entre el ganador y su más cercano adversario, dijo que venderá Pemex, "no el petróleo", y llenó de adjetivos a su contrincante del tricolor.

Su familia fue involucrada en el Fobaproa; el First National Bank demandó a su hermano Juan Pablo por un fraude de 100 mil dólares y el PRI denunció que la campaña foxista recibió 300 mil dólares del extranjero.

Y sin embargo, al final de la contienda, Vicente Fox sigue en la cresta de la ola.

La estrategia de mercadotecnia aplicada en la campaña convirtió los errores en aciertos, y los deslices verbales en lemas de campaña.

La imagen de Fox como abanderado del cambio se puso a la venta.

Y muchos la compraron -o ayudaron a construirla-: desde el colosista Alfonso Durazo hasta el politólogo Jorge Castañeda; del futbolista Luis García al empresario Javier Palafox, el mismo que el miércoles pasado inundó el Periférico de la capital con el perfume del cambio.

En la foximanía caben todos. Y si no, cómo explicarse que Porfirio Muñoz Ledo comparte equipo con la senadora Irma Serrano, La Tigresa, que juró "partirle la madre" a la primera oportunidad.

Paradojas de la grilla. Porque para Vicente Fox este fenómeno es su principal fortaleza. Y la mejor prueba es el Zócalo repleto del 24 de junio, la mayor concentración en la historia del PAN.

*Hoy, hoy, hoy

Si hubiera que hacer un corte de caja, Ƒen dónde se anota el tozudo "hoy, hoy, hoy" del llamado "martes negro"? ƑY los 15 minutos para resolver el conflicto armado en Chiapas? ƑY la polémica sobre la venta de Pemex? ƑPasivos, o saldo a favor?

La respuesta quizá se encuentre en las encuestas.

En enero pasado el promedio de los sondeos ubicaban al panista con 38% de las intenciones de voto.

Meses después, en mayo, Zogby-Reuters anunció que Fox había alcanzado ya 46% de las preferencias electorales. Pero el 22 de junio el Grupo Economistas Asociados dio a conocer que el candidato de Alianza por el Cambio tenía 39% de la votación.

Detrás de los números está la historia de la campaña.

En enero, por ejemplo, se mantenía el efecto de la elección interna del PRI, que según colaboradores de Fox le costó al candidato algunos puntos.

La encuesta que se publicó en mayo se levantó el mes anterior, cuando se llevó a cabo el primer debate.

Y tras el resultado de junio se inscribe la campaña con que el PRI evidenció las contradicciones del guanajuatense, las denuncias por la participación de la familia de Vicente Fox en el Fobaproa... Y por supuesto, el efecto del "hoy, hoy, hoy". fox-gira-edomex-iztapaluca-

*Tal para cual

Hace un año Vicente Fox solía decir que Porfirio Muñoz Ledo sólo quería "hacerle el caldo gordo al PRI". Y el ahora ex perredista declaraba, sin lugar a dudas, que el guanajuatense representaba "una derecha salvaje, brutal, rampante".

Todo pareció olvidarse el 14 de junio pasado, cuando el candidato panista nombró a su paisano de sangre como coordinador de la mesa para la transición democrática, mientras que el designado gritaba, con emoción, "šViva Fox, viva la alternancia democrática!"

Días después, al amparo de que "la alternancia será posible sólo si se consolida un candidato opositor", 38 personajes anunciaron su adhesión al fenómeno Fox mediante un desplegado que se publicó en periódicos y revistas de la capital.

Y antes se habían sumado Jorge Castañeda y Adolfo Aguilar Zinser, que en 1994 estuvieron con Cárdenas. Ambos han sido piezas importantes en la campaña.

Juntos, por ejemplo, participaron en la estrategia con que el candidato enfrentó los dos debates, y posteriormente, en los medios electrónicos, defendieron la posición del guanajuatense.

Y también el 22 de junio, cuando en la sesión de la Comisión Permanente el priísta Enrique Jackson presentó copias de los cheques que amparan el presunto financiamiento externo a la campaña blanquiazul.

En todo caso, la moraleja parecía ser que el cambio sólo es posible con Vicente Fox.

Y así se lo dijo el candidato a Cuauhtémoc Cárdenas, cuando quería que se sumara a la ola.

ƑDe veras el guanajuatense quería una alianza con el michoacano?

No está claro.

Por un lado en cada una de las adhesiones públicas a su campaña, Fox repitió la invitación para formar una sola fuerza opositora.

Pero cuando el perredista le decía que no, Fox reaccionaba a su estilo.

Ejemplos:

El año pasado, cuando fracasaron los escarceos por consolidar una alianza opositora, el panista dijo que Cárdenas no era necesario para ganar las elecciones. "Estoy a gusto, a toda máquina", dijo.

En mayo, cuando no pudo forzar a que se realizara el segundo debate en la fecha que quería (y donde se entrampó con la frase de "hoy, hoy, hoy"), acusó al michoacano de hacer "mancuerna" con Francisco Labastida, y hasta afirmó que "seguramente será su mamita la que está recordándole que nació en Los Pinos".

El mes pasado, cuando se percató de que con el Partido Verde sólo podría ganar "de panzazo", Vicente Fox enfocó sus baterías a convencer a los perredistas de que votaran por él.

*Marca Fox

Al anochecer del 12 de septiembre de 1999 Vicente Fox ondeó, en el atrio de la parroquia de Dolores Hidalgo, un estandarte de la Virgen de Guadalupe.

El acto levantó ámpula.

La Secretaría de Gobernación criticó "el burdo símil" que del cura Miguel Hidalgo quiso hacer el ex gobernador. El obispo de Ecatepec, Onésimo Cepeda, dijo que ningún candidato "puede utilizar nuestro símbolo de mexicanidad para aplicarlo a la politiquería barata".

Y Fox respondió a su estilo. "Me hacen los mandados", dijo, y en seguida anunció que recorrería el país con el estandarte en la diestra, porque la Virgen "no pertenece a nadie".

Es el sello Fox.

Cuando era gobernador de Guanajuato recorrió el país para aplastar con sus botas "a las tepocatas, sanguijuelas y víboras prietas" que le estorbaban el camino a Los Pinos.

Ya como candidato calificó como "marranadas" la decisión del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación de no aceptar la inclusión de su fotografía en el lema de campaña de la Alianza por el Cambio.

Se solidarizó con pastores de iglesias evangélicas a quienes, dijo, la Iglesia católica los trata como el PRI hace con sus adversarios.

Y después prometió a los obispos católicos que, de ganar las elecciones, encabezaría la lucha por garantizar el derecho a la vida desde la concepción, abrir los medios electrónicos a las iglesias y promover la homologación de los estudios eclesiásticos con los civiles, "respetando los programas y contenidos de materias que impartan seminarios o instituciones de formación religiosa".

Al escritor Carlos Monsiváis le dijo que no era intelectual "porque no actúa con inteligencia", y de Diego Fernández de Cevallos escribió que le faltaba "valor y temple" porque en las elecciones de 1994 "se echó para atrás".

Por supuesto, el principal destinatario de sus comentarios fue Francisco Labastida, a quien dijo que era "un mariqueta que se esconde en sus jilgueros y achichincles"; "chaparrito" y "poco hombrecito".

Pero el sello Fox también se presenta en las contradicciones en que incurrió a lo largo de la campaña.

En 1997, cuando todavía era gobernador de Guanajuato, presumió que podría resolver el conflicto armado de Chiapas en 15 minutos. Después, ya como candidato presidencial, afirmó que de ganar los comicios de este domingo se entrevistaría personalmente con el subcomandante Marcos para llegar a un arreglo. Luego dijo que su primera acción de gobierno será instalar junto a su despacho una oficina de asuntos indígenas.

Y el martes pasado anunció que "el mismo 1o. de diciembre" enviará al Congreso de la Unión la iniciativa de Ley de Derechos y Cultura Indígena que ampara los acuerdos de San Andrés Larráinzar... La misma que el PAN se ha resistido a discutir en la Cámara de Diputados.

También como gobernador, durante un viaje a Nueva York, Fox confesó a The Wall Street Journal su deseo de que Petróleos Mexicanos (Pemex) sea privatizado.

El 5 de marzo de 1999, en Los Angeles, propuso "una segunda nacionalización" del sector petrolero.

Seis días después dijo que "Pemex, como la Virgen de Guadalupe, es un símbolo que debe manejarse con cuidado". Y en julio de ese año dijo que su proyecto es transferir la paraestatal "a la sociedad y al mercado", pero "sin vender el petróleo".

Y en Acapulco, durante la 63 Convención Bancaria, Vicente Fox encontró una buena forma de ganarse el aplauso de los hombres del dinero: "El error no fue de los banqueros ni de los empresarios ni de los ciudadanos, šque no quieran ahora pasarnos la factura!"

Cinco días después, el panista rectificó sus palabras. Los banqueros, advirtió, "tienen buena parte de culpa" en el alza de las tasas de interés, "porque hubo muchos actos de corrupción, se despacharon con la cuchara grande".

*Los que siguen

A principios de este año, el senador Ricardo García Cervantes dio la voz de alarma. "Algo tenemos que hacer -dijo-. Los Amigos de Fox nos están relegando".

No le faltó razón.

Desde 1997, cuando arrancó la campaña del guanajuatense, la asociación civil se hizo cargo de todo: desde conseguir el financiamiento para los recorridos de campaña hasta reclutar publicistas, estrategas, demóscopos...

En los hechos, Amigos de Fox se convirtió en una estructura paralela al partido, que incluso tiene más afiliados que los militantes registrados del blanquiazul.

A la asociación civil se canalizó parte de los 300 mil dólares que, según el PRI, recibió la campaña panista de empresas extranjeras.

Un equipo así tiene sus bemoles.

Entre los viejos militantes del blanquiazul existe la duda de lo que podría pasar si hay fraude.

ƑHabrá movilización poselectoral? ƑQuién la encabezaría?

Tal vez por eso el chiste que se cuenta en los círculos panistas es válido: el único que faltó de afiliarse a Amigos de Fox es el Partido Acción Nacional.* (Alberto Nájar)