LUNES 17 DE JULIO DE 2000

* Astillero *

* Julio Hernández López *

El hombre de los exitosos botines consiguió al fin que el Vaticano anulara su anterior matrimonio religioso. Y de inmediato decidió formalizar sacramentalmente otra relación de pareja, la que mantenía desde años atrás y que se había consolidado en las giras, en las campañas, en los momentos de fama y ahora en la etapa difícil del ejercicio directo del poder.

Fue el pasado viernes en Madrid, en la muy exclusiva iglesia de Los Jerónimos. A la ceremonia y al banquete de bodas asistieron unos 250 invitados. Hugo Sánchez e Isabel Martín cerraron así el álbum matrimonial que habían abierto cinco años atrás, cuando decidieron casarse sólo por el civil, pues subsistía la unión que en 1981 había establecido Hugo con Emma, la hija de Alfonso Portugal, el entrenador clave en la carrera de quien llegaría a ser el mejor futbolista mexicano de todos los tiempos. Isabel Martín, una bella española que ha sido modelo, acompañó a Hugo en las giras y las campañas deportivas y, ahora, en su nueva etapa como entrenador del Pumas de la UNAM.

Otras botas casaderas

Hugo, como es sabido, no es el único famoso con interés en que las autoridades católicas disuelvan el lazo conyugal hecho en los altares. Hay otros hombres de botines que juegan desde ahora no a nivel de cancha (como suelen decir los cronistas deportivos) sino en los terrenos de la especulación, ofreciendo en dosis al morbo popular los episodios distractores de una posible boda en cuyos cálculos no están ausentes las mediciones del impacto social y del fortalecimiento de imagen.

No son pocos, por cierto, los mexicanos que cada año anulan su matrimonio religioso (sólo en el Distrito Federal, de unas cinco mil solicitudes recibidas al año, unas mil reciben respuesta favorable, según datos obtenidos por la reportera Alhelí Lara, de Reforma, en el Arzobispado capitalino).

El Tribunal Eclesiástico de México ha hecho saber, por lo demás, que para la anulación del vínculo religioso puede haber tres tipos de causas: de forma, de impedimento y de consentimiento. Ahora bien, si un hombre o una mujer se divorcian, y se vuelven a casar civilmente, la Iglesia católica les permitirá comulgar, siempre y cuando se comprometan a no tener relaciones sexuales.

Más separaciones conyugales escandalosas

Dos divorcios de menor pudor espiritual están en proceso en México, justamente por problemas de formas, o por impedimentos a ciertas aspiraciones, o por falta de consentimientos. Uno de esos rompimientos tiene sedes alternas: a veces Los Pinos, a veces Bucareli, otras el edificio central del PRI. La contribución más reciente a ese divorcio entre priístas se ha dado al momento de elegir coordinadores de los grupos de legisladores federales. Otro desencuentro traumático se está desarrollando en Tabasco (en una circunstancia regional enlazada con la misma pugna nacional, ambos procesos con Roberto Madrazo como cónyugue incómodo), donde ramas de un mismo árbol estremecido están ahora amenazando electoralmente al tronco madracista que varias hachas desean derrumbar.

La colisión más reciente del largo proceso de divorcio nacional priísta se ha dado a la hora de imponer a Beatriz Paredes y a Enrique Jackson como coordinadores de las bancadas de diputados y de senadores. Como en sus mejores momentos de simulación, como si el 2 de julio sólo hubiera sido un día soleado, el dedo superior se posó sobre la testa de los dos iluminados, haciendo nada más un simulacro de elección interna democrática que, en realidad, poco logró ocultar las evidencias de que el dedazo había sido ejecutado mediante el secretario de Gobernación, Diódoro Carrasco, y los gobernadores priístas que alinearon a los legisladores federales bajo su control.

Dos extremos que se tocan

No son buenos los vaticinios que se pueden hacer a partir de esas dos imposiciones.

Paredes y Jackson representan dos extremos de un priísmo que termina por tocarse. Beatriz, atrincherada en el sector campesino del PRI, ha cultivado fama de progresismo. Enrique, por su parte, es un ejemplar que combina la rigidez policiaca, la precisión burocrática y la ortodoxia más afinada.

Ambos representan hoy la persistencia del proyecto de dos políticos que era de suponerse habrían de estar a estas alturas fuera del área de las decisiones importantes, dejando a su partido en libertad para recomponerse o, como dicen algunos con algarabía propia de todo lugar común reencontrado, la "refundación".

El presidente Zedillo ha sido acusado, así sea injustamente, por muchos de sus presuntos correligionarios, de haber entregado el poder a Fox, entre otras cosas por su apresurada notificación mediática de las tendencias que favoreceían al guanajuatense el pasado 2 de julio. Labastida es ni más ni menos que el candidato derrotado, no sólo en su aspiración de presidir la República, sino también el PRI.

Consensos "por teléfono"

Pero ambos, Zedillo y Labastida, conservan los arrestos suficientes para mantener el control tanto del PRI como de los liderazgos de las bancadas legislativas. Los seleccionados, Paredes y Jackson, constituyen, así, una nueva forma de agravio al priísmo de base que, en medio de la terrible confusión, ve cómo el Presidente suelta al PRI a la hora de reconocer con premura el triunfo foxista, y a los pocos días aprieta a los órganos de coacción partidista (sobre todo los gobernadores) para imponer coordinadores parlamentarios que le permitan continuar con su aterciopelada transición del poder. La prueba aritmética del disenso está a la vista: nueve gobernadores se abstuvieron de asistir a los juegos de simulación que organizaron Carrasco y Sauri antes de la instalación de Paredes y Jackson. La versión oficial habla de que expresaron su aprobación "por teléfono".

El priísmo mágico de Tabasco

En Tabasco, mientras tanto, los problemas nacionales y locales se agolpan en la Quinta Grijalva. Madrazo ha podido sobrevivir a todas las tempestades e instalar los cimientos de lo que pretende sea un cacicazgo estatal. A pesar de la animadversión de los labastidistas de origen (Esteban Moctezuma, sobre todo), y por imposición de Zedillo, Madrazo regresó a la gubernatura de Tabasco sobre todo para dejar candidato a sucesor, en la persona del joven Manuel Andrade. Es posible que si Labastida hubiera triunfado no le habría quedado más que soportar el triunfo inducido de Andrade-Madrazo, en aras de ahorrarse tempranos problemas, sobre todo pensando en los escenarios de conflictos poselectorales con el foxismo que se habrían dado de haberle arrebatado el triunfo al panista.

Pero, ahora, las perspectivas han cambiado, sobre todo tomando en cuenta que Zedillo y Labastida no tienen mejor afán que abollarle la corona a quien pretende erigirse en adalid de la democracia priísta. Hoy, Madrazo y Andrade están solos, en lucha sobre todo contra un candidato fuerte del PRD, el ex priísta Raúl César Ojeda Zubieta.

Pero no son esas las únicas flores extrañas del priísmo mágico tabasqueño: las fuerzas priístas de Arturo Núñez han entrado en una virtual alianza con el PRD en aquellas tierras del trópico, aunque quien fue durante años el secretario particular del propio Núñez ha sido postulado, sin renunciar al PRI, como candidato panista a gobernador. Y, además... Pero... de Tabasco y sus exóticas flores políticas platicaremos con más extensión mañana, antes de que el último divorcio de estos relatos se dé entre el espacio disponible y el tecleo sin mesura.

Astillas: Con una gran rapidez va entrando Vicente Fox al terreno de los problemas reales. La visita a los mandos militares y marinos es altamente grata por cuanto muestra una solidez institucional que en otras naciones hermanas ha escaseado en momentos históricos. Pero la verdadera prueba de poder se dará cuando el nuevo presidente pretenda asomarse a terrenos largamente escamoteados al poder civil, y cuando pretenda cambiar esquemas de operación densamente cruzados por peligrosos intereses...

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