LUNES 24 DE JULIO DE 2000

* Alejandro Hernández venció por primera vez a Jimmy Szymanski


México logró la blanqueada sobre Venezuela, 5-0

* Mariano Sánchez confirmó que ya superó su lesión y derrotó a José de Armas

Abril del Río * Alejandro Hernández cobró la revancha de tres juegos perdidos frente a Jimmy Szymanski, en tanto que Mariano Sánchez confirmó que ha superado la lesión, que ha retomado las riendas de su carrera y los deseos de convertirse en figura del tenis nacional, al vencer a José Antonio de Armas, para que México blanqueara ayer 5-0 a Venezuela, en la serie definida desde el sábado, por el ascenso al Grupo I de la Zona Americana de la Copa Davis.

Sin nada en juego más que el espíritu de campeones que demandaba la afición en las tribunas del club Casablanca San Angel, los mexicanos echaron mano de motivaciones personales, así que Hernández se impuso por primera vez a Szymanski, en dos sets de 7-6 (7-2) y 6-4.

Sánchez también hizo lo propio al derrotar por 6-0, 3-6 y 6-2 a De Armas, y ratificó su condición de prospecto del tenis mexicano, interrumpida hace casi dos años cuando una lesión en el hombro derecho lo marginó de toda competencia.

La verdadera afición del deporte blanco mexicano, escasa, apenas manchó las tribunas hacia las 10:30 que se inició la jornada que ofrecía los dos partidos de trámite con que concluyó la serie.

El resto de los que tenían entradas compradas fueron integrándose durante el día, a hacer presencia más para que fueran vistos observando el tenis, que para disfrutar del encuentro.

Lo cierto es que el final de la serie tampoco ofreció mucho tenis. A Venezuela le faltó agresividad, determinación para plantear a México una resistencia clara, así que aquello se convirtió en una pachanga, en la que el actor principal fue el simio, un personaje de peluche al rayo del sol que coqueteaba con el público y los jugadores.

Jimmy Szymanski saltó a la cancha con una muñeca de regalo para el chango. El venezolano no parecía muy dispuesto a ganarse la cena japonesa que fuera de cancha había apostado con Hernández, pendiente del marcador. Ni el honor de jugar por su país lo impulsó a esforzarse por el triunfo, el que Hernández consiguió en una hora y 10 minutos.

De Armas, a su vez, se encontró con un Mariano Sánchez que necesitaba fervientemente el punto como una prueba para conseguir el reconocimiento ante el público mexicano, pues en sus dos anteriores alineaciones en Copa Davis jugó con la serie ya definida cuando su carrera despegaba.

El público acompañó a Mariano hasta el final y lo ayudó a traspasar la pérdida del segundo set, mientras que el Venezolano nada pudo hacer frente a la determinación del tenista morelense.