LUNES 31 DE JULIO DE 2000

Chihuahua. La familia feliz

 

* Samuel Schmidt *

Francisco Barrio se incomodó frente al micrófono cuando le pregunté sobre un préstamo que había adquirido el licenciado Francisco Molina y que había pagado el gobierno del estado de Chihuahua con todo e intereses.

Barrio, que no pudo evadir el tema, me dijo que Molina era un buen hombre, muy honesto y que el sueldo no le alcanzaba para vivir, luego entonces él como gobernador decidió prestarle dinero utilizando fondos públicos. Al reconocer que no existía una partida en el presupuesto para préstamos, el gobernador cometió peculado y el abogado y procurador sabía que se estaba violando la ley.

Hay discrepancia con lo que dijo el Congreso de Chihuahua por lo que toca a quién prestó; ellos sostienen que fue un banco, pero el caso es que el gobierno cubrió el préstamo y el encargado de administrar justicia no tuvo empacho en que se violara la ley en su beneficio.

Molina sostiene que pagó el préstamo, pero nunca ha mostrado un recibo que confirme su dicho, y como legislador y abogado sabe que las pruebas hay que mostrarlas. Pero también sabe que aún pagando, el delito cometido --peculado-- no se puede disculpar.

Molina fungía a la sazón como procurador de Justicia de Chihuahua y es entonces cuando la seguridad pública en el estado empieza a derrumbarse. Surgen masivamente los secuestros, levantones, o sea actos donde la gente es retirada de la calle y muchas veces desaparecida --al parecer muchas veces son agentes policiacos los levantadores--, y aumentó el número de desaparecidos, al igual que lo hizo el abigeato en las zonas ganaderas. Y también empieza la tragedia de las mujeres asesinadas en Ciudad Juárez, que ya ha llegado a convertirse en un escándalo internacional.

Siguiendo con la vieja fórmula de deshacerse de los políticos ineficaces, Molina es lanzado hacia arriba y nombrado comisionado del Instituto Nacional del Combate contra las Drogas, en la Procuraduría General de Justicia de la República, bajo la dirección del panista Antonio Lozano Gracia.

Y vaya usted a saber si es coincidencia, pero cuando el PAN controla la procuraduría federal y estatal, el gobierno estatal (Chihuahua) y municipal, o sea la familia feliz en pleno, es cuando el narco se asienta en Juárez y somete a la ciudad a un baño de sangre que hasta la fecha no termina. Lo impresionante es que la sombra de Molina está presente, sin que nunca haya planteado las grandes soluciones que hoy predica, no solamente porque no las tenía, sino porque su actuación había dejado más preguntas que respuestas.

Ni qué decir que sus jefes policiacos también esta(ba)n marcados con la sombra de la duda.

De su fracaso policiaco, Molina brinca al Senado, tal vez para que durante seis años no tuviera que dar explicaciones a su negra actuación. Hay quien sugiere que este movimiento pudo haber sido una maniobra de Barrio dentro del PAN para así conseguir una posición a nivel nacional; finalmente, habiendo sido un gobernador mediocre continuó con una campaña personal que lo catapultara a las alturas políticas nacionales, incluido un sueño guajiro de llegar a Los Pinos; hay sin embargo quien sostiene que Molina ocupa con Fox una posición para el DHIAC, este grupo tal vez podría caracterizarse como la extrema derecha dentro del PAN y con quien Molina al parecer tiene una relación muy estrecha.

Pero solamente en nuestro México pasan estas cosas. De haber realizado una gestión ineficiente y sospechosa, Molina se presenta como el gurú que sabe todo lo que hay que saber sobre la seguridad y hasta intenta aleccionarnos sobre el tema. ƑSerá que lo que no hizo se debió a que se dedicó a estudiar el tema? ƑO habrá algo más?

Recientemente he escuchado a un locutor defeño decir que Molina había salido bien librado de sus tareas policiacas. O ésta es una señal de la nueva cargada que asume que Fox no se equivoca; o que, en este México centralista disfrazado de Federación, es muy fácil ocultar lo que verdaderamente se hace en los estados; o será, que posiblemente la mano que dejo caer el currículum de Molina en el escritorio de Fox era de un cazador de poder a quien había que escuchar. En Chihuahua, en cambio, no se siente una corriente de opinión a favor de quien ahora dice poder darnos todas las soluciones sobre la inseguridad, pero que mientras tuvo el mando, no solamente no hizo nada, sino que dejó que el castillo se derrumbara.

Y si éste es el cambio, recuerdo que mi amigo Siller me dijo: también la reversa es cambio. *

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