LUNES 14 DE AGOSTO DE 2000

Ť Examina el director del Conacyt la ciencia en México


El PRI no se preocupó mucho por el conocimiento este sexenio: Bazdresch

Ť "No podemos ser un tigre asiático: somos distintos a esos países", dice

Claudia Herrera Beltrán Ť En el último tramo de su gestión, el director del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), Carlos Bazdresch, admite que su partido, el PRI, no se preocupó mucho por el conocimiento, pero esto no es motivo para querer empezar de nuevo o tratar de imitar a potencias científicas como Hong Kong o Japón. "México no puede ser un tigre asiático", es distinto a esos países, advierte.

A propósito de los sondeos del equipo de Vicente Fox para dividir a la SEP y crear una secretaría de ciencia y tecnología, considera a pregunta expresa que un proyecto así tiene inconvenientes y aspectos positivos, pero se inclina más por que en el futuro "la ciencia no sea monopolio de un señor, sino de la sociedad", que hasta ahora, asegura, ha estado divorciada de la ciencia.

En su balance, reconoce las carencias de México: una planta sólida de casi ocho mil científicos, pero muy pequeña con respecto a los cien millones de habitantes. Y es que en nuestro país, por cada 100 mil habitantes hay cinco dedicados a la investigación y desarrollo experimental, mientras que en Gran Bretaña son 48, en Japón 140 y en Alemania 142, de acuerdo con cifras de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

Los empresarios nacionales no aumentaron inversión en el rubro

En cuanto al gasto en ciencia y tecnología, explica en entrevista con La Jornada que este sexenio representó 3.5 por ciento del PIB, quedándose muy lejos de la meta de 1 por ciento anual; sin embargo, ubica el problema en que los empresarios mexicanos no aumentaron su inversión en estos campos tanto por dificultades económicas como por comprar patentes en el extranjero.

Ubica los otros grandes obstáculos del desarrollo científico y tecnológico de México en la falta de infraestructura física, cuya inversión se detuvo este sexenio por problemas económicos, y en que el gasto aún depende del gobierno casi en su totalidad.

Pero en el fondo de todo ello está, argumenta, que en nuestro país el desarrollo científico y tecnológico se ha reiniciado tres veces a causa de conflictos sociales. La primera etapa fue en el Virreinato, la segunda después de la guerra de Independencia y la tercera, luego de la Revolución. Por ello aconseja no caer en una cuarta, sino construir sobre lo que hay.

Aún así, se declara optimista de que en algún momento nuestro país llegue a ser una potencia científica, y cree que la semilla se sembró en este sexenio con la nueva Ley de Fomento a la Investigación Científica y Tecnológica que, en su opinión, puede ser el detonante para que la sociedad se apropie de la ciencia y ésta deje de "ser un evento académico"

--ƑQué frenó el desarrollo científico y tecnológico en este sexenio?

--Por un lado la restricción presupuestal, con todo y que el gasto se mantuvo en los niveles de 1994. Y por otro, no logramos que ciencia y sociedad se vincularan más. La tecnología mexicana sigue estando poco influida por la ciencia mexicana y ese es un problema clave. Por fortuna, la nueva ley tiende a romper todo eso; además, durante el sexenio los programas de ciencia se manejaron con mayor transparencia, lo que le dio más credibilidad a la política científica como instrumento del conocimiento.

--Sin embargo no se alcanzó la meta de gastar un presupuesto equivalente a 1 por ciento del PIB...

--Hubo limitaciones presupuestales y no pudimos mantener el programa de infraestructura. Pero, ojo con ese 1 por ciento. No hay que sentirse presos de las cifras. Brasil dice que está en el 1 por ciento de su PIB pero está mucho más abajo porque inventa sus cifras; gasta 0.7 por ciento, el doble que nosotros.

--De todos modos, México está lejos de ese 1 por ciento.

--Esa era la meta porque se creyó que la sociedad, en particular la iniciativa privada, iba a gastar más en ciencia. Pero no se pudo por la crisis económica y por falta de cultura de las empresas para producir conocimiento útil para sí mismas, pues prefieren comprar patentes en el extranjero. En cambio, en Estados Unidos y casi en cualquier país desarrollado, 70 por ciento del gasto lo hacen las empresas o sectores no gubernamentales: el gobierno hace apenas 30 por ciento. En México esta proporción es completamente diferente: el gobierno gasta 90 por ciento y el sector privado 10 por ciento.

--Conviene que el gobierno siga supliendo al sector privado...

--Sí, para mantener lo que ya se ha creado. Bien o mal es lo que hemos hecho, por ejemplo, los grupos científicos de alto nivel. Lo que hace falta es gastar más para impulsar a las empresas a que inviertan más en la adquisición de conocimientos y se vaya comprendiendo la utilidad de la ciencia en la resolución de problemas.

--ƑDeberá crecer la cifra de científicos que están inscritos en el Sistema Nacional de Investigadores?

--Son casi ocho mil y representan el corazón del sector, pero en torno a ellos hay mucha más gente. Si debe crecer o no eso ya es decisión del siguente gobierno, pero lo que sí conviene es descentralizar la ciencia. El Conacyt no va a inventar científicos en los estados, pero sí puede promover la creación de grupos más competitivos. Para mí las soluciones están en hacer que la sociedad use la ciencia y en seguir insistiendo en mejorar la calidad y la creatividad de la ciencia mexicana.

--Sin embargo, hay muy pocos maestros y doctores para cien millones de habitantes.

--No hemos gastado lo suficiente en eso. El país creció con rapidez imprevista en momentos en que los problemas fiscales se agravaron, en gran medida por la imprevisión del gobierno que fue perdiendo legitimidad y capacidad para aplicar gravamen.

--Entonces, el gobierno invirtió menos en la preparación de los mexicanos...

--Además, el gobierno no tuvo empacho en reconocer que se fue envejeciendo y todavía el PRI tenía entre sus reglas ayudar a sectores como el campesino, pero no integrar el conocimiento.

--Esto quiere decir que el PRI no se preocupó por el conocimiento.

--Sinceramente no veo que se haya preocupado...

--Pero usted es priísta

--Me siento priísta.

--Si está conciente de que su partido no le apostó a la ciencia, por qué...

--No voy a hablar de mi partido...

Los pros y contras de una secretaría y los tigres asiáticos

--ƑEl proyecto de crear una secretaría de ciencia y tecnología no choca con la descentralización?

--Este gobierno decidió no crear una secretaría porque reconoció que el Conacyt debía tener un carácter horizontal, pero si alguien decide hacer una secretaría, puede servir. Lo que no se debe desconocer es que la ciencia no es monopolio de un señor. Aclaro, no ataco la idea de una secretaría. Hay pros y contras. Lo positivo es que si se hace una secretaría, adquiere mucho más peso, porque el titular está más cerca del Presidente, lo que vale mucho en cualquier país, y en éste aún más. Lo importante es que el gasto se haga en muchas dependencias, tal y como sucede en Estados Unidos o Japón.

--En ese sentido, Ƒcree que México puede repetir la historia de casos exitosos como Hong Kong o Japón?

--No creo en la imitación de país a país. Cuando uno analiza los casos siempre encuentra aspectos diferentes, aunque es cierto que algunas soluciones se pueden copiar pero no a la letra. Entonces, uno empezaría por señalar que México no puede ser un tigre asiático porque es un país más grande, con otros problemas.

--ƑQué alternativa le queda a México?

--El problema es que en la historia del país hemos empezado tres veces el desarrollo científico. La primera fue en el siglo XVIII, cuando la ciencia mexicana estaba muy bien y se comparaba con la europea. Entonces teníamos a Carlos de Sigüenza y Góngora y a Sor Juana Inés de la Cruz, que sabían de todo. Llega la Independencia y todo eso se destruye. ƑFue necesario? Desde luego apreciamos más a la Independencia que a la ciencia, pero eso pasó. Después en el siglo XIX, con el porfiriato se desarrollaron muy buenos técnicos, ingenieros y científicos. Luego viene la Revolución Mexicana, pero nos costó que se acabaran estos grupos. Y fue hasta los cuarenta cuando vuelve a aparecer la ciencia porque hubo un compromiso gubernamental de apoyarla, pero creció con gran lentitud.

Por eso es que no debe haber un cuarto reinicio, sino aprovechar lo que tenemos y construir sobre eso pero de otra forma, haciendo participar a la sociedad.