LUNES 14 DE AGOSTO DE 2000
Ť Indispensable, luchar contra cualquier intento de control ideológico, dice

En el siglo XIX, mayor libertad de expresión que hoy: El Fisgón

Ť El miércoles, presentación de La historia de un país en caricatura, libro elaborado por el monero

Miryam Audiffred Ť Rafael Barajas --mejor conocido como El Fisgón-- declara que es indispensable "seguir luchando con firmeza" contra cualquier intento de control ideológico.

"Si olvidamos que ya hemos conquistado la libertad de imprenta y, por ende, la de pensamiento, la perderemos --asevera el caricaturista de La Jornada, nacido en la ciudad de México hace más de cuatro décadas--. Acabamos de atestiguar, con el caso de la censura en Guadalajara y todo el rollo del aborto, cómo un sector del Partido Acción Nacional quiso saber hasta qué punto puede imponer su proyecto y qué tanto el triunfo de Vicente Fox implica la consolidación de una idea de nación que en términos generales consiste, como dijo Martha Lamas, en hacer de la legalidad del Vaticano la legalidad mexicana."

Autor de Sobras escogidas (1986), El Fisgón pone su confianza en la memoria. Por eso dedicó casi 15 años a buscar el material hemerográfico y bibliográfico con que elaboró La historia de un país en caricatura; libro --publicado por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes-- que reúne la labor de cartonistas, principalmente liberales, hecha entre 1829 y 1872; es decir, durante la República independiente, la intervención francesa, el imperio de Maximiliano y el gobierno de Benito Juárez.

Evidencia de retroceso

De acuerdo con el caricaturista, la época retratada en las ilustraciones que dan vida a su libro era "sin lugar a dudas" mucho más libre que la actual; sobre todo si el trabajo periodístico de entonces se compara con el realizado en los años cincuenta o sesenta de este siglo. "Yo pensaba que estábamos viviendo un periodo de expansión de nuestra libertad de expresión que no tenía precedente pero existen claras evidencias de que es todo lo contrario, que realmente retrocedimos", comenta.

Y es que las ilustraciones publicadas en revistas y periódicos como El Gallo Pitagórico, Doña Clara, El Calavera, El Telégrafo y La Madre Celestina, por nombrar algunos, son impensables en la actualidad debido a su arrojo exento de subordinación. Por ejemplo, La Orquesta publicó el 2 de septiembre de 1871 una caricatura de Santiago Hernández en la que se observa a Juárez y Sebastián Lerdo de Tejada, "reunidos por la ambición", besándose en la boca.

Hoy, expresa El Fisgón, aunque son claros los personajes que podrían sustituir a aquellos viejos políticos, nadie se atrevería a difundir una imagen similar.

Los políticos mexicanos son y siempre han sido cínicos

En palabras de El Fisgón, la caricatura es en México y en cualquier rincón del mundo "la punta de lanza" de la ldibujo- LA ORQUESTA 5libertad de expresión, el termómetro ideal para medir cuánta libertad que existe en una sociedad.

"Nuestra única variente en relación con otros países radica en que, en el nuestro, nunca ha funcionado pensar que el miedo a la burla corrige actitudes, pues los políticos mexicanos son y siempre han sido particularmente cínicos", comenta este hombre que a lo largo de su carrera ha colaborado en revistas como La Garrapata y Quecosaedro.

Esta fue la convicción con que Barajas se acercó a la época de periodistas como Francisco Zarco, José María Lafragua, Guillermo Prieto, Ignacio Ramírez, Vicente Rivapalacio y Melchor Ocampo hasta descubrir el universo gráfico impulsado por Constantino Escalante y Santiago Hernández, entre otros caricaturistas.

Si bien el tiempo que ha transcurrido entre la labor de aquellos dibujantes y los actuales es muy largo, El Fisgón manifiesta que ha habido una "triste" constante: "Seguimos peleando por un país más libre y democrático, por un México con más educación y justicia social".

Pero también hay arquetipos que seguirán viviendo no obstante la caída del PRI porque, señala el caricaturista, Fox ha despertado a los "maromeros" --"esos políticos que cambian de bando como Muñoz Ledo, los Aguilar Zinser, los Castañeda"--, a los "pancistas" como los que están en la lista del Fobaproa y sólo hacen política para su propia panza y, por supuesto, a los curas y su "mochería espantosa".

Así, el nuevo libro de El Fisgón es mucho más que la recuperación de la caricatura del siglo XIX. De acuerdo con él, es un intento por hacerle justicia a algunos de los héroes civiles que lucharon por conseguir la libertad de expresión y han caído en el olvido a pesar de su esfuerzo y de hacer caricaturas que bien podrían ser "estampas de primerísimo orden".

La historia de un país en caricatura es el retrato de la lucha de los liberales contra los conservadores que, ahora, acceden una vez más al poder y resucitan añejas amenazas. En el siglo XIX, los caricaturistas demostraron que el arte puede transformar la historia al criticar a los conservadores en una forma muy similar a la que hoy hacemos para cuestionar a los panistas.

Finaliza: "Debemos mantener con vida la memoria histórica para no combatir a ciegas".

(La historia de un país en caricatura se presenta este miércoles en el aula magna del Centro Nacional de las Artes --ubicado en Río Churubusco y Calzada de Tlalpan--, con la participación de Raquel Tibol, Armando Bartra, Santiago Espinosa de los Monteros y el autor. La cita es a las 20 horas.)