Día de gala en el Zócalo para los jóvenes cincuentones


Tiempo de rocanrol

Jaime Whaley * Al amparo de Cronos la plancha del Zócalo, no en su totalidad, pero sí en al menos una cuarta parte, fue espacio de baile retro. Sucede que bajo la consigna, ahora sí oficial, de que "la calle es de todos", ocho grupos revivieron los orígenes del rocanrol (rucanroll, para los jóvenes de hoy).

Casi seis horas de recuerdos de la época light de la juventud de los hoy senectos ųo ya meroų, que se recrearon al conjuro de la música de Leda Moreno, María Eugenia Rubio, los Hooligans, los Loud Jets, Los Locos del Ritmo, Los Rebeldes del Rock, los Hermanos Carrión y los Teen Tops.

Fue ocasión para la remembranza y la agitación corporal: Muéeeevanse todooooos/muéeeevanse todooooos/al baiiilaaar. De cuando, entre otras cosas, se estudiaba en la Uni, (en sobreentendida referencia a la UNAM, aunque algunos lo hicieran en el Poli) como de ello dejó inocente constancia Johnny Ortega, vocalista de los Hooligans, al responder qué hacía cuando el grupo grabó su primer disco en 1960 y relató que estudiaba ingeniería. Carrera que ahora aplica en su estudio de gra-bación y videos en California.

Leda Moreno, la del Diablito loco, y Maru Rubio, con su Banco de escuela, le empezaron a rascar al tiempo; Jaime Ortiz Pino, aquel de los concursos de rocanrol en Radio Exitos, ųšsiete noventa, equis e erre ceeeee!ų, hoy locutor de la W, rememora, atrás del estrado, que llevaba a los grupos al salón Ciro's, allá en las Lomas, por la Fuente de Petróleos, y que tenía contactos con los señores Hinojosa, Obregón y Paco de la Barrera, que eran los directores artísticos de las casas grabadoras que les ofrecían sus primeros contratos. El legendario Palillo, cabeza de la porra universitaria, se encargaba de llevar a la banda musical de aquel entonces.

Ortiz fue también letrista de canciones que adaptaba libremente del inglés, y así Cesar Costa popularizó Adán y Eva, mientras Los Johnny Jets entonaban: Eeeeees Lupe/Lupita mi amor...

El festival es eminentemente popular. Los vendedores de periscopios apenas y se dan abasto para proveer la demanda que tienen sus ingeniosos y primitivos pero útiles cartoncillos. La familia Ramírez viene casi completa desde Nativitas. El hoy abuelo, que joven era cuando los Hooligans cantaban Agujetas de color de rosa, carga al nieto, Ricardín, hijo de su hija; Susana, veinteañera que se mece al compás de: shake, rattle and roll/now everybody is gonna/shake, rattle and roll... tema al que le dan vuelo los Loud Jets, ataviados con sus suéteres con el emblema de las Harley Davidson, otro icono de aquellos años.

Ahí, al pie del escenario, Josefina Quintero y Mariano de la Vega, ella enfundada con vestido floreado de falda amplia, con gran moño atrás, a la altura de la cintura, tobilleras blancas, zapatillas de tacón muñeca y su pelo prendido por pasadores de plástico; y él, de playera negra y pantalón blanco, se subliman en complicados y rítmicos pasos cuando Los Rebeldes estallan con el Rock del angelito.

Los Rebeldes logran encender el ánimo apenas los presenta la autoridad rocanrolera: Jaime Almeida. Prácticamente son los originales: ahí están los Tena, Américo y Marco Polo. Carlitos, el Abuelo, en los teclados, en la batería está el Sr. Flores, a falta del titular, y el cantante negro, que muchos se preguntan si tendrá parentesco alguno, ųƑacaso hijo?ų con Laboriel,pero que no. Se trata de Enrique San Martín, de voz y estilo similar al de Johnny. Jorge Legorreta, hoy funcionario público y antaño estudiante de arquitectura, no se resiste a llevar el compás con el pie derecho cuando escucha El chico Danielito.

Lupita López, que en esos años no era ni chispa en los ojos de sus padres, canta y se balancea al ritmo de Se fue, de los Carrión. Se sabe todas las del conjunto fraterno. Antes de cerrar la maratónica sesión, Tuti Martínez, de los Teen Tops, hoy diseñador de vitrales, es alabado por un fan que lo sonroja cuando le dice: "eres el guitarrista más importante de México".

Ya se nubla la plaza mayor y la multitud se empieza a disipar. En una tienda naturista se oferta el DHEA, "joven por siempre", pero a muchos no les hace falta.ƑRecuerdas bien?/tu, ru, ru, ru, ru.