MARTES 29 DE AGOSTO DE 2000

* Un secretario general ''a tono con los nuevos tiempos'', reto del magisterio


El SNTE, huérfano de cuadros directivos

* Las pugnas entre institucionales es muestra de la pérdida de brújula política en el gremio

Claudia Herrera Beltrán /II y última * Luego de fuertes pugnas entre los distintos bandos institucionales del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), éstos acordaron que el relevo de su dirigente, Tomás Vázquez Vigil, se efectúe en un Consejo Nacional, previa publicación de una convocatoria en esta semana.

Mientras líderes sindicales antagonistas del grupo identificado con la ex lideresa Elba Esther Gordillo difundían la versión de que el secretario general no dejaría el cargo y pediría licencia en el Senado para cumplir con su mandato de tres años, Vázquez Vigil envió señales opuestas, pues ayer fue al recinto legislativo para tomarse la fotografía para la credencial que lo identifica como senador electo.

Trascendió que secretarios generales y hombres fuertes de los estados, reunidos este fin de semana, presionaron a Gordillo para que el proceso de renovación no fuera al estilo fast track, como se había planteado originalmente con el nombramiento de un sustituto, el ex dirigente de la sección 36, Rafael Ochoa, el suplente oficial de Vázquez Vigil.

La postura disidente al interior de los institucionales es interpretada, como mencionó uno de los líderes convocados ayer, como producto de los problemas internos del PRI. Ayer se dio otra de las tantas encerronas que los líderes han tenido después del 3 de julio, sobre todo a partir de la efervescencia que provocó el anuncio de la salida de su secretario general y de que la ex lideresa Elba Esther Gordillo fue de las primeras personalidades priístas que se entrevistó con el presidente electo, Vicente Fox.

Las presiones desde entonces son fuertes. Por un lado, la rebelión en el bando institucional de los seguidores del ex líder sindical Humberto Dávila Esquivel, conocidos como davilistas, y de los ex militantes del acaecido grupo Vanguardia Revolucionaria, que demandaban que el Comité Ejecutivo Nacional fuera renovado en su totalidad a fin de buscar mejores posiciones. Por el otro, los señalamientos de grupos con menor influencia de que no había condiciones para un relevo prematuro.

A diferencia de otros sindicatos, los estatutos del SNTE ųreformados en febrero del 1992ų prohíben a sus dirigentes, tanto seccionales como nacionales, que acepten candidaturas, desempeñen cargos de elección popular o dirijan algún partido político.

Por ese motivo el secretario general y senador electo por la vía plurinominal anunció hace un mes que abandonaría su cargo antes del 1o. septiembre ųcuando se instalará la nueva legislaturaų, al tiempo que adelantó que sería convocado un Consejo Nacional para elegir a su sustituto.

En ese consejo, señaló entonces, serían elegidos además los suplentes de los secretarios de Organización, Cutberto Cantorán; de Finanzas, José del Carmen Soberanis González, y de Cultura y Recreación, Juan Nicolás Callejas, que en las recientes elecciones también fueron elegidos diputados federales del PRI.

Según la dirigente del Movimiento Democrático Nuevo Sindicalismo y secretaria de Asuntos Profesionales del CEN, Emma Rubio, en el fondo de estos conflictos también está la ''emergencia de cuadros'' directivos que tomen la estafeta, en el contexto del ascenso de Fox al poder y el resquebrajamiento del PRI, partido con el que los altos mandos del SNTE se encuentran muy ligados.

El futuro del sindicato depende de la elección de un dirigente a tono con los nuevos tiempos, coincide uno de los líderes de fracciones democráticas y secretario de Estadística y Planeación del CEN, Emilio Mejía, quien sin embargo se muestra pesimista de que el grupo institucional, encabezado por Gordillo, se abra ''realmente a las corrientes más progresistas, porque eso implica minar su hegemonía''.

 

Complicada agenda del gremio

 

La agenda del líder del gremio para los próximos meses es "larga y complicada", define la especialista en el tema y académica del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, Aurora Loyo: "En lo inmediato deberá defender el artículo tercero constitucional ante cualquier intento de avance de políticas privatizadoras o contrarias a la educación laica".

Pero el "gran paquete" para el sindicato es evitar su desmembramiento ante la eventual pérdida del "monopolio" de afiliación magisterial, ya sea porque Fox impulse un avance en la política de descentralización educativa o por una posible rebelión de los caciques del sindicato, prohijada por gobernadores y priístas, que vean en el SNTE sus últimos cotos de poder.

''Si el SNTE no se compromete más con la educación, pero no sólo en el discurso sino en los hechos, se abre una posibilidad de que pierda legitimidad social'', afirma la especialista.

El riesgo de desprestigio y atomización del SNTE es aún mayor ''si no hay un compromiso real con la calidad de la educación".