Ť Expone Torturas de fin de siglo, con 47 fotos


La belleza no conoce el dolor, plantea Blanca Charolet

Ť Recrea la cirugía plástica a que se someten algunas personas

Mónica Mateos Ť Frente a la cámara fotográfica de Blanca Charolet (Oaxaca, 1953) han posado escritores, poetas como Pita Amor y Jaime Sabines, políticos, pintores y un sinfín de rostros del mundo de la farándula. En ese ir y venir de miradas una inquietud hizo a la fotógrafa percibir la tortura voluntaria a que muchas personas se someten no sólo para preservar la belleza y juventud, sino para conseguir trabajo: la cirugía plástica.

Este afán del ser humano por convertirse en un producto bonito y codiciable fue recreado por Blanca con ayuda de Javier de la Rosa, especialista en caracterizar actores. En cuerpos y rostros de diversos modelos imaginaron el dolor de quienes sueñan tener senos turgentes, la nariz respingada o una silueta hiperdelgada.

La fotógrafa añadió una fuerte dosis de humor negro en su trabajo visual con el fin de hacer reflexionar en torno a lo patético que resulta en muchas ocasiones someter el cuerpo a operaciones estéticas.

El resultado de este proyecto es la exposición Torturas de fin de siglo... la belleza no conoce el dolor, conformada por 47 únicas fotografías, las cuales sobrevivieron de un total de 810 diapositivas que fueron quemadas en Juchitán, Oaxaca, "mediante una ceremonia para regresar a la tierra lo que es banal y hacer ascender al cosmos lo que es universal", explica la autora, quien conservó únicamente el material que forma parte de su colección.

Ojos con arrugas estiradas por pinzas, glúteos que esperan ser rellenados con globos, pezones falsos, pedazos de piel cosidos con descuido y lágrimas de sangre asoman entre los colores estridentes de las escenas chuscas.

"Es un tema fuerte que había que tratar con sátira para que quedara claro que la belleza es interior y que este valor se está perdiendo."

En los 33 años que Blanca lleva como fotógrafa de estrellas ha visto cómo se ha incrementado una suerte de confusión en la sociedad, lo cual ha influido al mundo del espectáculo con la ausencia de auténticas divas.

"Ya no existen tantas actrices ni actores de primer nivel como hace años, las pocas divas que hay están olvidadas, como Diana Bracho o Patricia Reyes Spíndola. En este medio desgraciadamente le dan trabajo a quien es más guapa o guapo, ya no a los verdaderos talentos. Presenciar esto a diario me duele mucho.

"A veces retrato a alguien que al poco tiempo regresa ya con una cirugía plástica y me enfrento a una persona totalmente diferente, no sólo en lo físico, pues si el cambio fue bueno la persona es más vanidosa, pero si la operación fue mala, será alguien a quien se le han incrementado sus problemas emocionales, pues se siente más inseguro.

"Como fotógrafa me interesa plasmar en los retratos que hago al ser humano, buscar esa esencia tras la frivolidad aparente o real de las personas que fotografío. Sin embargo, he conocido con tristeza a jóvenes actores que ya asumen que son un producto que ha de venderse al mejor postor y que por eso tienen que estar bellos fisícamente, y yo me pregunto: entonces, Ƒdónde queda el talento?"

(Torturas de fin de siglo... La belleza no conoce el dolor, muestra fotográfica de Blanca Charolet se inaugura el próximo primero de septiembre a las 17 horas en el segundo piso del Centro Coyoacán, ubicado en avenida Coyoacán 2000, colonia Xoco. Las imágenes se presentan por primera vez en su versión amplificada e impresa digitalmente.)